«JÁCHAL NO SE TOCA»: LA RESISTENCIA

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El 27 de febrero de 2015 fue el día en que todos los jachalleros decidieron unir sus fuerzas para defender su tierra. Meses más tarde la lucha avanzaría contra el derrame de la Mina Veladero en el río Jáchal. Un pueblo unido que lucha y resiste defendiendo sus recursos naturales.

Por Josefina Navarro

La Asamblea «Jáchal No Se Toca» nació el 27 de febrero de 2015 como forma de protesta contra la instalación de una mina de uranio ubicada a 20 kilómetros dentro del centro de San José de Jáchal en la localidad de La Ciénaga. “Nos reunimos 120 personas en una charla que dio la Empresa Latín Uranio SRL en La Ciénaga, pero nos corrieron de la reserva natural porque descubrimos que habían funcionarios que ya habían dado el ok para la instalación de la mina de uranio en La Ciénaga y decidimos hacer una asamblea en la plaza departamental” comenta Saúl Zeballos, integrante de la Asamblea Jáchal No Se Toca.

Ese 27 de febrero más de 3 mil personas dijeron presente en la plaza departamental dispuestos a defender la tierra. “Reunirse en asamblea tuvo en los habitantes de Jáchal, y en el resto de la provincia, un efecto movilizador porque somos un pueblo demasiado pacifico hasta que explota” dice Saúl y remarca que “la perseverancia que tuvimos en las reuniones y la coherencia en defender lo que se decidía en asamblea es lo que nos ha dado la continuidad hasta ahora. Este 27 de febrero de 2025 estamos cumpliendo 10 años de la Asamblea Jáchal No Se Toca”.

Unos meses más tarde, la lucha de la Asamblea Jáchal No Se Toca se fortaleció mucho más cuando en septiembre del 2015 se produjo el primer gran derrame de la Mina Veladero, de cianuro y mercurio, en la cuenca del río Jáchal. “Ahí empezamos a defender la tierra y el agua porque sin agua no podemos seguir viviendo en esta tierra” dice Saúl.

 Crónica de la contaminación: El primer derrame de la Mina Veladero.

En septiembre de 2015 la peor pesadilla de todos los jachalleros se hizo realidad: Barrick había derramado cianuro en el  río Jáchal.

El primer gran derrame de la Minera Barrick Gold en la Mina Veladero fue el 12 y 13 de septiembre de 2015 y tuvo un impacto directo en el departamento de Jáchal porque la Mina Veladero está ubicada en las nacientes de las cuencas del río Jáchal” advierte Saúl y agrega que “el agua del río Jáchal es utilizada para riego de los cultivos de ahí y para darle de beber en su gran mayoría al ganado que se cría en ese departamento”.

La Mina Veladero es una mina de oro y plata. En el proceso se extrae el oro y la plata y un montón de metales preciosos en un lingote de metal dore. “En el mismo proceso también se extrae mercurio y se lo almacena en la Mina Veladero en una especie de garrafa de mil kilos” afirma Zeballos.

La mina se encuentra a unos 374 kilómetros al noroeste de la ciudad de San Juan, en el departamento de Iglesia, en la provincia de San Juan, en el noroeste de Argentina, y se extiende por la frontera con Chile. La mina se ubica en la Cordillera de los Andes y las elevaciones del lugar oscilan entre los 3.800 y los 4.800 metros sobre el nivel del mar. Las comunidades Rodeo y San José de Jáchal se sitúan aguas abajo de la mina, a lo largo de los ríos Blanco y Jáchal.

Antes y después del derrame

A partir de ese derrame, la Asamblea Jáchal No Se Toca solicitó que se realizaran análisis de agua, los cuales se hicieron por parte de la Municipalidad de Jáchal y paralelamente con la contratación de la Universidad Nacional de Cuyo de Mendoza. También se realizó una denuncia penal en el juzgado de Jáchal.

Los resultados de la Universidad Nacional de Cuyo de Mendoza ratificaron que el derrame había llegado a la cuenca del río Jáchal y había recorrido aproximadamente hasta 220 kilómetros río abajo. La contaminación ya era un hecho comprobado.

Con ese resultado pudimos fogonear y generar más acciones en la justicia” afirma Saúl y advierte que “con esos resultados vimos que nos estaban ocultando el derrame y pudimos presionar para que la Barrick presente los análisis que ello habían hecho. Recién ahí la Barrick presentó los resultados del cianuro y del mercurio detectados en todo el recorrido de la cuenca del rio Jáchal”.

Saúl Zeballos, integrante de la Asamblea Jáchal No Se Toca, denuncia que ante esta situación “la Minera Barrick Gold, encargada de la Mina Veladero, lo único que trato de hacer es ocultar el derrame y lo hizo en conjunto con el Gobierno de San Juan, en ese entonces con el Gobernador José Luis Gioja”.

La información sobre el derrame producido llegó a los jachalleros a través de un mensaje de WhatsApp que algún trabajador o trabajadora minera envío para alertar a su familia sobre lo sucedido. “Nosotros nos enteramos del derrame por un mensaje de texto que fue pasando por los distintos celulares de los jachalleros. Las autoridades mineras de la Provincia de San Juan y la autoridad de la Barrick Gold habían ocultado esa información y no la habían dado a conocer” explica Zeballos y remarca que “no hubo ninguna respuesta favorable por parte del Gobierno de la Provincia de San Juan ni de la Barrick Gold para solucionar el problema del derrame. Tampoco de la justicia de Jáchal, la justicia de San Juan”.

Silencio y complicidad para cubrir más de un millón de litros de agua con mercurio, plomo, aluminio, manganeso y níquel entre otros metales. Mientras tanto la salud de los jachalleros en peligro.

“La salud de los jachalleros se vio afectada y se ocultó” denuncia Saúl y agrega que “hay una resolución de la Facultad de Medicina de la UBA (Universidad de Buenos Aires) donde se propone a la Provincia de San Juan venir y hacer un estudio sobre la población y las consecuencias de ese derrame, pero la provincia les negó la posibilidad de hacer ese estudio”.

Lo alarmante de esta situación es la gran concentración de mercurio en el agua. “El mercurio es más dañino que el cianuro” advierte Saúl y explica que “el mercurio tiene la capacidad de traspasar la cadena alimentaria, es decir, que del agua pasa a los vegetales y de los vegetales pasa a los animales de consumo humano y al ser humano que consume esos animales o que consume esos vegetales”. De esta manera, la salud y la calidad de vida de los jachalleros queda afectada por el mercurio.

Uno, dos, tres…. ¿Cuántos derrames vas a hacer?

“Hay que recordar que en la Mina Veladero ya hubo por lo menos 18 derrames de mercurio en la cuenca del río Jáchal, todos ratificados, todos reconocidos por los análisis de agua realizados por la Universidad Nacional de Cuyo de Mendoza pero la Barrick Gold y el Gobierno de San Juan solo dicen que hubo tres derrames: El de septiembre del 2015, el de septiembre de 2016 y el de marzo de 2017” denuncia Saúl Zeballos integrante de la Asamblea Jáchal No Se Toca.

A pesar de los múltiples derrames generados por la Mina Veladero solo 3 han podido ser denunciados. Sin embargo, hasta el día de hoy, a casi 10 años del primer derrame no hay responsables.

Por el derrame del septiembre de 2015 se hizo una denuncia penal, por el derrame de septiembre de 2016 y del 2017 también se hicieron denuncias penales, pero se archivaron en tiempo récord, en menos de un año y medio estuvieron las dos causas archivadas” comenta Saúl y continúa “no hay ningún responsable, no hay ningún enjuiciado por este primer derrame de 2015 ni por los sucesivos derrames”.

Es una impunidad que se le asegura desde el sistema judicial argentino a las grandes corporaciones como la Barrick Gold. Los poderosos como Barrick Gold no cumplen ninguna ley ni la Ley de Glaciares que también están infringiendo, ni la Ley de Residuos Peligrosos ni el Código de Minería que establece que, ante tres incidentes graves, como fueron los 3 derrames 2015, 2016 y 2017, tendría que haber cerrado de forma definitiva” denuncia Zeballos.

A pesar del silencio, la complicidad de las autoridades y la impunidad de Barrick Gold con los reiterados derrames que afectan severamente al derecho a la vida, al derecho al más alto nivel posible de salud, al derecho a la alimentación, al derecho de acceso a la información, al derecho a la justicia ambiental, al derecho al agua potable y al derecho a un medio ambiente limpio, sano, sostenible y libre de sustancias tóxicas, los jachalleros están dispuestos a luchar hasta el último momento.

“Nosotros vamos a seguir luchando” advierte Saúl Zeballos, integrante de la Asamblea Jáchal No Se Toca.

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