GUALCAMAYO: LA RESISTENCIA DE UN GIGANTE
Tras años de incertidumbre y un posible cierre, la mina Gualcamayo en San Juan renace bajo la administración del Grupo AISA. Nuevas estrategias de exploración, recuperación de oro y proyectos de infraestructura marcan el inicio de una nueva etapa para uno de los pilares de la minería sanjuanina, de la mano del geólogo local Ricardo Martínez.
Ubicada en Jáchal, en el límite entre San Juan y La Rioja, la mina Gualcamayo ha sido históricamente una de las principales productoras de oro de la provincia. Sin embargo, en los últimos años, su producción disminuyó, generando dudas sobre su continuidad. Con la salida de capital colombiano de Minas Argentinas y la llegada del Grupo AISA, el yacimiento resurgió con un nuevo impulso basado en tres pilares: tecnología, exploración y sustentabilidad.
De la incertidumbre a la expansión
La historia de Gualcamayo comenzó en 1994 con la exploración, después en 2007, bajo la propiedad de Yamana Gold, se inició la construcción y dos años después arrancó la producción. Las expectativas eran producir durante aproximadamente 10 años, sin embargo gracias a la exploración constante, se descubrió que la zona mineralizada de la Quebrada del Diablo tenía más potencial del inicialmente estimado, permitiendo que la mina en 2017, mutara y pasara de ser una explotación a cielo abierto, a una mina subterránea, extendiendo así su vida útil.
Desde 2018 hasta 2022 fueron años convulsos y de incertidumbres, con la venta de Gualcamayo por parte Yamaha Gold, llegando a plantearse un cierre por agotamiento del mineral, los que llevó a la empresa a comenzar a explorar alternativas, como la extracción de mineral en Carbonatos Profundos, un nuevo yacimiento descubierto debajo de la mina subterránea.
La figura de Ricardo Martínez
En septiembre de 2023 el Grupo AISA, a través de su empresa Eris LLC, tomó control de Gualcamayo, justo cuando la mina había presentado su plan de cierre. Con Ricardo Martínez, director ejecutivo de Minas Argentinas y presidente de la Cámara Minera de San Juan a la cabeza, comenzó el resurgimiento.
“Cuando la empresa anterior presentó el plan de cierre, revisamos el proyecto y concluimos que aún tenía reservas y un gran potencial de exploración. Además, detectamos otro activo no considerado en la etapa de cierre: el oro que puede ser recuperado de la pila de lixiviación”, afirmó.
Este hallazgo, sumado a los recursos de Carbonatos Profundos, estimados en 2,6 millones de onzas de oro, revitalizó el interés en la mina. Según Martínez, “el proyecto de recuperación de oro ya alcanzó los niveles de producción del año pasado, con una operación más pequeña pero rentable”. En cuanto a Carbonatos Profundos, aseguró que “el proyecto cuenta con estudios de prefactibilidad y reservas auditadas internacionalmente, con una proyección de explotación de entre 15 y 17 años”.
Inversión y Desarrollo para el Futuro
Además de la exploración, Gualcamayo planea construir un parque solar para abastecerse de energía y un gasoducto que beneficiará a toda la zona norte de San Juan. Estas iniciativas forman parte de la presentación para acceder al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), con un plan de inversión de 1.000 millones de dólares.
La mina funciona hoy como una verdadera ciudad autosuficiente, con viviendas para sus trabajadores, hospital, central eléctrica y estrictos protocolos de seguridad. Actualmente, alrededor de 450 personas, hombres y mujeres, trabajan en Gualcamayo, en su mayoría bajo un régimen de 7×7.
A diferencia de otros proyectos mineros en altura, este se encuentra a sólo 1.600 a 2.000 metros sobre el nivel del mar y a dos horas y media de la ciudad de San Juan, con acceso completamente asfaltado, lo que se demuestra que con planificación, innovación y compromiso, es posible extender la vida útil de una mina y potenciar su impacto en la economía regional. En palabras de Martínez, “San Juan tiene un enorme potencial minero y Gualcamayo es un claro ejemplo de que, con exploración y tecnología, aún queda mucho por descubrir”.
Ricardo Martínez30 (izquierda), conversando con el gobernador de San Juan Marcelo Orrego
En la visita que la semana pasada realizó el gobernador de san Juan Marcelo Orrego a la mina pudo comprobar de primera mano como se trabaja y como se cuida el recurso humano, además se realizaron importantes anuncios como la construcción de una nueva mina subterránea, con capacidad de procesar entre 3.500 y 4.000 toneladas diarias, lo que permitiría producir alrededor de 120.000 onzas de oro anuales durante al menos 17 años.
El estudio de factibilidad y las ingenierías necesarias estarán finalizados este año lo que daría paso a la construcción de la nueva infraestructura. Se estima que esta fase generará aproximadamente 1.000 puestos de trabajo, mientras que la operación sumará otros 400 empleos.
Con estos proyectos en marcha, en el gobierno local celebraron que la mina además de continuar operativa extenderá su vida útil hasta 2046, con una proyección total que alcanzará el año 2059. Además, destacaron la incorporación de energías renovables y la producción local de cal como factores clave para optimizar la operación.