MUJERES EN LA MINERÍA: ENTRE EL ASCENSO BLOQUEADO Y EL ACOSO SILENCIADO

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En un sector históricamente dominado por hombres, las mujeres enfrentan dos grandes barreras: la dificultad para ascender a puestos clave y el acoso laboral, muchas veces silenciado. Carla Costabile, secretaria adjunta de Asijemin, analiza los desafíos de las mujeres en la minería sanjuanina y las políticas necesarias para lograr un cambio real.

Por Lucas Laciar

La minería, uno de los sectores más dinámicos y productivos de San Juan, sigue siendo un espacio de desigualdad para las mujeres. Aunque en los últimos años se han incorporado más mujeres al sector, su presencia en puestos de liderazgo sigue siendo casi nula. Además, muchas enfrentan un ambiente laboral hostil, donde el acoso y la discriminación son problemas recurrentes, pero poco visibles, según indican en el sindicato de jerárquicos. Carla Costabile, secretaria adjunta de Asijemin, pone sobre la mesa una realidad incómoda: una minería sin una supervisora de mina mujer en San Juan, trabajadores que no están acostumbrados a recibir órdenes mujeres y la pregunta incómoda sobre quién cuida a los hijos en las entrevistas laborales.

 “La situación dista mucho de ser ideal. Si bien en los últimos tiempos se han incorporado muchas más mujeres, a nivel nacional hay aproximadamente un 13% de trabajadoras. Sin embargo, no se ha trabajado lo suficiente en la inserción de la mujer en el sector ni en la retención de los puestos laborales, ni en los planes de carrera, que es lo que más interesa a nuestras afiliadas, ya sean profesionales o técnicas. Ellas quieren crecer en sus trabajos, obtener promociones, ascensos y subir de categoría”, introduce Costabile en diálogo con ACERO Y ROCA.

Según aclara la sindicalista, esta situación es común en el sector, pero se acentúa en el caso de las mujeres: “En general, las personas llegan a un techo y no pueden ascender a puestos clave, que suelen ser ocupados por extranjeros o profesionales de otras grandes empresas. Pero en el caso de las mujeres, esto es aún más marcado: ni siquiera alcanzan posiciones a las que sí llegan los varones”.

En este contexto, Costabile destaca que en Veladero hay aproximadamente un 13,5% de trabajadoras, aunque en otros proyectos la situación es más complicada: “En Caminos Argentinos hay poco personal y muy pocas mujeres, principalmente en roles administrativos. En el área de exploración también hay menos mujeres; suelen emplearlas en tareas administrativas”.

Carla Costabile, secretaria adjunta de Asijemin.

¿Hay puestos más ocupados por mujeres que otros?

Históricamente, las mujeres han ocupado puestos vinculados a lo que se llama cuidado, como administración, maestranza u oficina. Hasta ahora, no hay supervisoras de minas. Ahí es donde encuentran el techo: hay muchas geólogas o ingenieras, pero terminan en la oficina. Por ejemplo, no pueden salir al campo porque no hay baños, aunque tampoco los hay para varones. Es una excusa”, explica.

“No hay una supervisora de mina en San Juan. Es muy difícil que una mujer lidere y comande un equipo de varones”.

Pero esto no es todo, la sindicalista destaca que los trabajadores son reacios a recibir órdenes de una mujer. También se argumenta que las mujeres son ‘nuevas’ en la minería y carecen de experiencia, pero no hay planes concretos para formarlas”, agrega. “Los trabajadores son reacios a recibir órdenes de una mujer”

¿Los profesionales mineros, ¿son más hombres o mujeres?

Ha crecido mucho el número de mujeres que se gradúan en la Universidad Nacional de San Juan, incluso más que los varones, en general. Sin embargo, el porcentaje de mujeres profesionales las carreras afines es mayor en hombre. Muchas enfrentan el dilema entre la maternidad y su carrera, y optan por la docencia. Se las acusa de ‘no querer trabajar en minería’, pero hay muchos impedimentos: en entrevistas laborales, les preguntan si son madres o cómo manejarán el trabajo en la mina con los rosters. Eso es ilegal, pero las empresas lo hacen”, denuncia.

Acoso a mujeres en la minería

Según Costabile hay muchos casos que reflejan una cuestión de cultura, pero advierte que “Muchos trabajadores varones llevan 20 años en el sector y no están acostumbrados a trabajar con mujeres. Las denuncias suelen manejarse internamente, aunque algunas llegan a la justicia. Por ejemplo en Veladero nos avisan si hay un afiliado involucrado”.

Pero lo llamativo es que en minería “cuando se denuncia a un obrero, lo despiden. Pero si es un gerente o alguien que consideran ‘productivo’, no pasa nada. Por eso exigimos que el sindicato participe en un comité de género para investigar estos casos con objetividad”, indica.

Desde la falta de oportunidades para ascender hasta el acoso laboral silenciado, los desafíos son muchos, pero no insuperables. Según Carla Costabile, la clave está en un trabajo conjunto entre empresas, sindicatos y el gobierno para implementar políticas de género concretas y fomentar un cambio cultural que valore la diversidad. Mientras San Juan se prepara para un nuevo boom minero, la pregunta que queda en el aire es: ¿estamos dispuestos a construir una minería que no sólo extraiga recursos, sino que también genere oportunidades reales para todos? El futuro del sector, y de la provincia, depende de la respuesta.

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