RADIOGRAFÍA EN LAS ALTURAS. LA VIDA DE UNA TÉCNICA EN VELADERO
En lo más alto de la Cordillera de los Andes, donde el cielo parece más cercano y el aire más puro, se encuentra la mina Veladero, una de las joyas mineras de Argentina. A una altitud que oscila entre los 4.000 y 4.850 metros sobre el nivel del mar, este yacimiento de oro y plata no solo es notable por sus recursos, sino también por las historias de quienes trabajan allí.
Por Yenhy Navas
Lorena Tornello, Técnica Radiologa.
Una de esas historias es la de Lorena Tornello, técnica radióloga que, dejando atrás la rutina urbana, decidió aventurarse en el mundo de los campamentos mineros. En una charla con ACERO Y ROCA, Lorena nos cuenta cómo es su vida en Veladero, las particularidades de su trabajo y la convivencia en este entorno remoto.
Del hospital a la mina: un giro inesperado
Lorena llegó a Veladero gracias a la recomendación de un colega que le informó sobre la búsqueda de radiólogos para sitios remotos. Aunque no era algo que siempre hubiera planeado, la curiosidad por conocer la mina y entender su funcionamiento la llevaron a presentar su currículum. «No sé si me interesó siempre, pero hubo un interés en cuanto al lugar, conocer la mina y cómo se manejaban», nos comenta.
Rutina en las alturas: entre radiografías y paisajes imponentes
Un día típico para Lorena en Veladero es, en sus palabras, tranquilo. La principal diferencia con respecto a trabajar en hospitales o clínicas de la ciudad radica en el ambiente y el trato. «En mi caso no siento presión en cuanto a mi trabajo. En hospitales y clínicas, tal vez tenés mucha demanda de pacientes y acá no», explica.
Sin embargo, el entorno presenta desafíos únicos. La altura, el frío extremo, la presión atmosférica y los cambios climáticos son factores que Lorena debe tener en cuenta al realizar su labor. «Los principales desafíos son saber las patologías madres del lugar, tener en cuenta frío extremo, la altura, la presión atmosférica, los cambios climáticos y las horas que pasa el personal de mina trabajando afuera«, detalla.
Equipos y emergencias: adaptándose al entorno
A pesar de las condiciones extremas, los equipos e insumos con los que trabaja son los mismos que en un hospital de ciudad. En caso de emergencias, existe un protocolo establecido que se basa en estabilizar al paciente y, tras realizar los estudios necesarios, decidir su traslado a la ciudad. «Somos un equipo y entre todos ayudamos para que la gestión del traslado salga bien y el paciente, sobre todo, se mantenga estable y llegue a tiempo a la ciudad», enfatiza.
Convivencia en el campamento: una segunda familia
La vida en el campamento se basa en la empatía y el apoyo mutuo. Lorena destaca la importancia de ser consciente de que todos están en situaciones similares, lejos de sus familias y hogares. «El vínculo lo vas construyendo con los días, convivís todos los días con las mismas personas que forman parte de tu roster, pasan a ser familia porque compartís momentos buenos, malos, cumpleaños, aniversarios; en fin, convivís con personas que terminan siendo parte de lo cotidiano«, reflexiona.
En su tiempo libre, Lorena aprovecha las instalaciones del campamento, como el gimnasio y la sala de juegos, que cuenta con mesa de pool, ping-pong, una máquina de café, televisión y sillones para compartir momentos de distracción. Sin embargo, admite que extraña a su familia, amigos y la libertad de poder salir a donde quiera. «Estar en la mina no es fácil y tenés que ser consciente de que es tu trabajo, que te pueden pasar cosas y encontrarte ‘sola’, en realidad sin tu gente querida», confiesa.
Celebraciones en las alturas: cumpleaños y festividades
Recientemente, Lorena celebró su cumpleaños en el campamento, una experiencia que describe como linda y cálida. «Recibí mucho cariño por parte de mis compañeros, me sorprendieron con una tortita y me cantaron el feliz cumple; es importante el acompañamiento en estas fechas especiales, se valora mucho«, recuerda con una sonrisa. Además, destaca que en Veladero se festejan otras fechas importantes, como el carnaval, donde el servicio de cocina preparó comida especial y entregaron cotillón.
Reflexiones de una radióloga en la mina
Lo que más disfruta Lorena de su trabajo en Veladero es el ambiente laboral en el área de salud, el compañerismo y la tranquilidad que esto genera. Lo más difícil, admite, es la distancia y perderse fechas importantes, lo que requiere fortaleza y aceptación. «No ha cambiado mucho mi perspectiva en cuanto a mi profesión, pero sí confirmar que somos esenciales en la salud, y más en sitios remotos», afirma con convicción.
A otros profesionales de la salud que consideren trabajar en sitios remotos, Lorena les recomienda vivir la experiencia. «Vale la pena, porque aprendés mucho de otras áreas, conocés y ves cosas que en un trabajo convencional no tendrías la posibilidad; el paisaje, los animales autóctonos del lugar, es precioso«, concluye.
La historia de Lorena Tornello es un testimonio de adaptación, resiliencia y pasión por su profesión, demostrando que, incluso en los lugares más remotos, la dedicación y el compañerismo pueden convertir un campamento minero en un hogar lejos de casa.