Acorralados por la crisis, pequeños caleros buscan reconvertir sus plantas para sobrevivir

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El presidente de la Cámara de Piedra, Cal y Afines, el ingeniero César Terera, contó sobre la realidad de los pequeños productores caleros de San Juan. Explicó que con el parate de la obra pública, la actividad de estos productores se redujo casi a cero. A su vez, remarcó que el sector de los hornos tradicionales o criollos se está organizando para hacer inversiones con el fin de producir cales industriales.

Por V.G

La crisis que atraviesan los pequeños productores caleros en San Juan es cada vez más evidente. Desde la paralización de la obra pública, el mercado de la cal no industrial se desplomó, afectando severamente a los productores de menor escala. En contraste, la producción de cal a nivel provincial pareciera mantenerse estable en cifras, pero este fenómeno se debe a la comercialización de los desechos de los grandes hornos industriales, que los pequeños productores revenden sin haber producido cal propia en sus hornos.

Según un relevamiento de la Universidad Nacional de San Juan en 2015, existían en la provincia aproximadamente 133 hornos de cal tradicionales. Hoy en día, esa cifra se ha reducido dramáticamente a unos 30 o 33 hornos en actividad. Este retroceso del sector se debe a la falta de inversión, el alto costo de producción y la ausencia de un respaldo gubernamental efectivo.

Un intento de reconversión en medio de la crisis
Ante este panorama desalentador, los pequeños caleros han decidido emprender un camino de transformación. Según Terera, «el objetivo es que los productores de menor escala realicen inversiones para poder producir cales industriales y competir en mercados más amplios. Ya hay algunas empresas que han iniciado este proceso, pero la mayoría no cuenta con los recursos financieros para dar el salto».
«El principal obstáculo es la falta de acceso al crédito. Las entidades bancarias no otorgan financiamiento accesible para este tipo de inversiones, lo que impide que los productores puedan modernizarse. Además, el sector enfrenta problemas legales y burocráticos, como la regularización de terrenos y la documentación de las empresas, lo que dificulta aún más la posibilidad de obtener créditos. Razón por la cual la cámara está trabajando en una oficina de legales para buscar la normalización dominial de las explotaciones», explica.

La actividad principal calera está centrada en Los Berros, departamento de Sarmiento, luego en Albardón y Jáchal.

Sin mercados
Terera contó que en el departamento de Jáchal tienen algunos socios que han hecho inversiones para proveer de cal industrial, tienen todo listo para empezar, pero no tienen mercado. «El problema se les genera a partir de que la Mina Gualcamayo anunció que ellos iban a poner sus propios hornos de calcinación, lo que les permite abaratar costos. Vale mencionar que esta mina puede hacer porque su estructura es una gran mina de oro con cal».

Falta de apoyo del gobierno provincial
Desde la Cámara de Piedra, Cal y Afines denuncian que el Gobierno de San Juan no ha implementado políticas que favorezcan a los productores caleros. En el ámbito minero, la atención está completamente dirigida a la minería metalífera, dejando a los productores de cal en una situación de abandono.
Pese a la falta de respaldo gubernamental, el sector ha encontrado apoyo en otras instituciones. La Federación Económica de San Juan ha comenzado a trabajar junto con los caleros para buscar alternativas de financiamiento y nuevos mercados. A su vez, el presidente del Concejo Deliberante de Sarmiento, Lucas Gómez, ha mostrado interés en acompañar la reconversión de la industria calera en su departamento.

La búsqueda de nuevos mercados
Una de las estrategias para sostener la actividad calera ha sido la apertura a nuevos mercados. En ese sentido, algunas empresas han logrado vender cal a provincias como Santa Cruz, abasteciendo a mineras como Don Nicolás. Además, se está gestionando la posibilidad de exportar cal a Chile a través de una misión comercial organizada por la Federación Económica.
Sin embargo, para que esta estrategia sea viable, los productores deben modernizar sus plantas. Esto implica instalar molinos, separadores y líneas de envasado, lo que requiere inversiones millonarias. Terera estima que «un productor necesita entre 150 y 200 millones de pesos para poder sostener su actividad durante dos meses para la adquisición de carbón de coque, que se paga al contado y la ventas de cales las liquidan entre los 30 y 60 días».

Ing. Cesar Terera

El impacto del costo del carbón de coque
Otro problema crítico para el sector es el aumento del costo del carbón de coque, esencial para el proceso de calcinación de la caliza. «Este insumo está atado a los precios internacionales del combustible, lo que hace que su valor aumente constantemente. Además, los productores deben comprarlo al contado, mientras que la venta de cal se realiza a plazos de 30, 40 o 60 días, generando un desfasaje financiero que agrava la crisis del sector«, comenta el ingeniero.

La necesidad de políticas públicas concretas
Terera subraya que la clave para la reactivación del sector calero está en el acompañamiento del Estado. Si bien han logrado avances en el diálogo con algunos actores políticos, como el presidente del Concejo Deliberante de Sarmiento y representantes de la Federación Económica, el Gobierno Provincial sigue sin implementar medidas concretas para el sector. Este grupo también buscará el apoyo del intendente Alfredo Castro y del diputado Andrés Castro, con quienes aún no han podido reunirse, de todos modos guardan expectativas porque ambos funcionarios vienen del sector minero.


Los productores reclaman políticas de fomento que incluyan créditos accesibles, reducción de impuestos y programas de capacitación en tecnología y seguridad industrial. Además, insisten en la necesidad de una estrategia de diversificación productiva que integre a la minería no metalífera dentro de los planes de desarrollo económico de San Juan.

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