España ante el desafío minero
El Gobierno de España ha presentado un ambicioso proyecto para transformar el sector minero del país y reducir la dependencia del exterior en el suministro de minerales esenciales. Bajo el nombre de «Plan de acción sobre materias primas minerales 2025-2029», la iniciativa busca fortalecer la extracción de recursos como tierras raras, cobre, litio, níquel y cobalto, elementos clave para la industria tecnológica y energética.
Madrid. Ángel Serrano
El territorio español es rico en elementos fundamentales para digitalizar la economía y afrontar con éxito los retos de la transición energética
El desafío se presenta complejo para la minería española ya que para que su plan de transformación tenga éxito, es necesario revisar la estructura actual del sector, empezando por el propio Estado. En la actualidad, la empresa pública Hunosa (Hulleras del Norte S.A.), dependiente del holding estatal Sepi (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), ostenta más de la mitad de las licencias mineras vigentes en España. Esta situación plantea una paradoja: mientras el Gobierno impulsa una mayor actividad minera, gran parte de los permisos están en manos de una entidad que ha reducido su papel en la extracción real de minerales.
El dominio de Hunosa en el sector minero
El Grupo Hunosa, ostenta más de la mitad de las licencias mineras vigentes en España.
Según datos del registro catastral del Ministerio de Transición Ecológica, España ha concedido 22.388 licencias mineras desde 1891. De ellas, 2.490 siguen vigentes y están en manos de 381 empresas. Dentro de este panorama, Hunosa es, con diferencia, el actor dominante: controla 1.407 permisos, más del 50% del total.
Hunosa fue fundada en 1967 para gestionar la minería del carbón en Asturias, región rica en materiales críticos como barita, fluorita, espato, cobre, oro y plata. Sin embargo, en la actualidad, su papel en la minería activa es limitado. La empresa sólo extrae carbón para una central eléctrica y ha evolucionado más hacia la consultoría e ingeniería que hacia la explotación de nuevos recursos.
Por otro lado, el sector minero privado está representado por compañías extranjeras como Solvay (con 54 permisos), Atalaya Mining (más de 30) y Orvana Minerals (10), además de grupos españoles como Minersa (34 permisos) y Unión Minera del Norte (Uminsa), que cuenta con 30 permisos pero se encuentra en proceso de liquidación.
Los desafíos de la minería en España
España se encuentra ante un desafío y una modernización en sus políticas mineras.
La minería española ha estado marcada históricamente por dos factores clave: los ciclos económicos y la regulación. Durante décadas, el sector estuvo ligado casi exclusivamente al carbón, cuyo auge en los años 70 se debió a la crisis del petróleo. Sin embargo, a partir de los años 90, la industria comenzó a declinar hasta casi desaparecer.
El resurgimiento de la minería en la década de los 2000 vino impulsado por la demanda de materiales para la construcción y las infraestructuras. En 2007, la producción minera alcanzó un valor récord de 4.465 millones de euros. Pero el estallido de la burbuja económica y las restricciones ambientales provocaron el cierre de numerosas explotaciones, especialmente en la Faja Pirítica Ibérica, una de las regiones con mayor tradición minera en la Península.
Hoy en día, la minería podría resurgir gracias a nuevas tecnologías de exploración y extracción que han identificado yacimientos con alto potencial. Sin embargo, la burocracia sigue siendo un obstáculo. El caso más emblemático es el del grupo Berkeley, al que el Gobierno ha negado la licencia para explotar uranio en Salamanca, lo que ha derivado en un arbitraje internacional de 1.000 millones de euros, el mayor contra España hasta la fecha.
Pedro Sánchez presidente del Gobierno de España, deberá afrontar el desafío minero español con consenso político al ser un tema de Estado.
Reformas políticas necesarias para el futuro del sector
Para que el Plan 2025-2029 tenga un impacto real, España debe enfrentar varios desafíos:
1. Reorganizar la distribución de licencias: La concentración de permisos en manos de Hunosa no se traduce en una explotación efectiva de los recursos. Es fundamental revisar su papel y, si es necesario, reasignar permisos a empresas con capacidad de inversión y desarrollo.
2. Agilizar los procesos administrativos: Muchas empresas enfrentan largos tiempos de espera para la aprobación de sus proyectos. Un marco regulador más eficiente permitiría atraer inversiones y desarrollar la minería de forma sostenible.
3. Equilibrar la protección ambiental con la explotación de recursos: La transición energética requiere minerales estratégicos, pero la extracción debe realizarse bajo estándares de sostenibilidad. La clave está en encontrar un modelo equilibrado que garantice el abastecimiento sin comprometer el medioambiente.
4. Fomentar la innovación y la exploración: España cuenta con potencial geológico sin explotar. La inversión en nuevas tecnologías de extracción y en exploración de yacimientos puede convertir al país en un referente en minería sostenible.
Con estos datos España se encuentra ante una oportunidad única para revitalizar su sector minero y reducir su dependencia de mercados extranjeros en recursos estratégicos. Pero para lograrlo, debe empezar por reorganizar su propio sistema, redefiniendo el papel de Hunosa y estableciendo un marco normativo más ágil y eficiente, tarea que se vislumbra complicada ante las discrepancias políticas existentes en el país, y los escasos acuerdos a los que el gobierno está llegando con el resto de partidos del arco político español.