Minería en el fondo de mar. ¿Un desatre ambiental en puerta?

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Los océanos son fuentes de minerales valiosos, y eso hace que la minería de aguas profundas sea tan atractiva para la economía mundial, sin embargo, el peligro que puede provocar la minería en el fondo del mar puede tener consecuencias devastadoras para todo el planeta, si no se toman medidas oportunas, estudiadas, y se realiza un control estricto.

Por C.C

Recientemente, un estudio publicado en la revista científica Nature reveló señales de vida en zonas afectadas por la minería submarina. Aunque esto puede parecer una buena noticia, los científicos advierten que la recuperación completa de estos ecosistemas podría ser imposible.

Este hallazgo llega en un momento clave. Actualmente, los países discuten la creación del primer código global para regular la minería en aguas profundas. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) lidera estas negociaciones en Kingston, Jamaica.

Este debate no sólo involucra a la comunidad científica. Gobiernos, empresas y activistas están preocupados por el impacto ambiental de esta industria emergente.

¿Por qué la minería en el fondo marino es tan peligrosa?

La extracción de minerales en las profundidades del océano es una actividad relativamente nueva, pero los expertos llevan años advirtiendo sobre sus riesgos. Entre los principales peligros se encuentran:

  • Destrucción de ecosistemas únicos: Muchas especies marinas dependen de los hábitats que la minería podría eliminar.
  • Alteración de la cadena alimentaria: Los sedimentos levantados pueden afectar a organismos en toda la red trófica.
  • Aceleración del cambio climático: El lecho marino almacena carbono; al removerlo, se podrían liberar grandes cantidades de CO₂ (dióxido de carbono) a la atmósfera.

A pesar de estos riesgos, algunas empresas ven la minería submarina como una solución para la creciente demanda de minerales utilizados en baterías y tecnologías verdes.

Zona Clarion-Clipperton: un laboratorio para la minería submarina

La zona Clarion Clipperton posee una biodiversidad invaluable. Actualmente allí albergan más de 5000 especies, aún sin identificar

La zona Clarion Clipperton posee una biodiversidad invaluable. Actualmente allí albergan más de 5000 especies, aún sin identificar

Para evaluar el impacto real de la minería en el fondo marino, un grupo de científicos británicos estudió una de las zonas más afectadas por esta actividad: la Zona Clarion-Clipperton (CCZ).

Esta vasta región, ubicada entre Hawái y México, es rica en nódulos polimetálicos (pequeñas rocas del tamaño de una papa, que se ubican en los fondos marinos y contienen cobalto, litio, manganeso y níquel). Estas rocas son valiosas para la industria y también sirven de hogar para numerosas especies marinas, por lo que su extracción supone el riesgo de destruir ecosistemas únicos.

Las cicatrices de la minería en el océano

En 1979, una prueba de minería en la CCZ dejó una franja del lecho marino completamente alterada. Los nódulos fueron removidos y quedaron surcos de hasta 8 metros de ancho en el fondo oceánico.

Décadas después, los científicos han vuelto a analizar el área y encontraron que:

Algunas especies han comenzado a regresar, los organismos pequeños y móviles son los más resistentes y las especies grandes y fijas siguen siendo extremadamente raras.

«Los números de muchas especies disminuyeron dentro de las huellas de minería, pero hemos observado algunos de los primeros signos de recuperación biológica», explicó Daniel Jones, autor principal del estudio.

¿El océano puede recuperarse por completo?

Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio es que las plumas de sedimento (concentraciones de material en suspensión), generadas por la minería no han dejado un impacto duradero. Sin embargo, esto no significa que la recuperación total sea posible.

Los científicos advierten que los cambios en el ecosistema podrían ser irreversibles, especialmente para especies que dependen de los nódulos metálicos como parte de su hábitat.

El futuro de los océanos en luz roja

Con la demanda de minerales en aumento, la minería submarina podría convertirse en una industria masiva en los próximos años. Sin embargo, los efectos a largo plazo siguen siendo inciertos.

Mientras los gobiernos debaten nuevas regulaciones, los científicos piden actuar con precaución. El equilibrio del ecosistema marino está en juego, y sus consecuencias podrían ser más profundas de lo que imaginamos.

Los impactos de la minería podrían durar décadas

Huellas mineras en el fondo del mar, a 4500 metros de profundidad. Imagen. Nature

Huellas mineras en el fondo del mar, a 4500 metros de profundidad. Imagen. Nature

Aunque la tecnología ha avanzado y los equipos modernos pueden diseñarse para minimizar el daño ambiental, la escala de las futuras operaciones mineras en el fondo marino sigue siendo motivo de preocupación. Los científicos advierten que los impactos visibles de la minería submarina podrían persistir durante décadas.

De hecho, la recuperación completa de la biodiversidad en las áreas afectadas podría ser imposible. Esto se debe a que los nódulos polimetálicos, que sirven como hábitat para muchas especies marinas, pueden ser eliminados permanentemente, alterando el ecosistema de manera irreversible.

Un experimento encubierto con repercusiones globales

El estudio de 1979, que hoy sirve como referencia para analizar los efectos de la minería submarina, tiene un origen inesperado. Se realizó tras una operación secreta de la CIA, cuyo objetivo era recuperar un submarino nuclear soviético hundido.

Tras esta misión, la minería en la Zona Clarion-Clipperton (CCZ) se mantuvo a pequeña escala y dispersa. Sin embargo, el interés y la financiación para estas operaciones disminuyeron con el tiempo.

El renacimiento de la minería submarina

Irónicamente, el mismo lugar donde se llevó a cabo ese experimento encubierto es ahora el epicentro de un renovado interés global por la minería en aguas profundas.

Los nódulos metálicos de la CCZ contienen minerales esenciales como cobalto y níquel, fundamentales para la fabricación de baterías recargables y dispositivos electrónicos.

Actualmente, se estima que el lecho marino de la CCZ alberga 21,000 millones de toneladas de nódulos, lo que representa una de las mayores reservas de metales críticos para la industria tecnológica. Esta cifra ha impulsado la exploración y ha generado un intenso debate sobre los riesgos y beneficios de explotar estos recursos.

¿Minería submarina o protección de los océanos?

A pesar de los avances científicos, el estudio no manifiesta abiertamente si la minería submarina es social y ambientalmente aceptable. Sin embargo, proporciona información clave para la toma de decisiones políticas y regulatorias.

Según Adrián Glover, coautor del estudio y experto del Museo de Historia Natural de Gran Bretaña, «estos hallazgos podrían ser utilizados para crear áreas protegidas en los océanos y fortalecer los mecanismos de monitoreo ambiental».

El dilema del futuro: Progreso vs. Conservación

El debate sobre la minería en el fondo marino sigue abierto. No obstante, hay una verdad innegable: la protección de los océanos y sus ecosistemas es más urgente que nunca.

La pregunta ya no es si la minería en aguas profundas debe seguir, sino cómo equilibrar el desarrollo tecnológico y la preservación de estos hábitat únicos.

Ya en 2019 National Geographic publicó una investigación alertando sobre la biodiversidad del lecho marino y la minería. Accedé a esta nota en el siguiente enlace:
https://www.nationalgeographic.es/medio-ambiente/2019/07/como-afectara-mineria-fondo-marino-apenas-conocemos

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