Seguridad sísmica en minería: Cómo el INPRES protege proyectos clave en San Juan
En una provincia donde los movimientos del suelo son parte de la geografía emocional y técnica, la minería a gran escala no puede hacerse sin tener en cuenta lo que tiembla. Desde hace décadas, el INPRES participa en la revisión de los principales proyectos mineros, aportando conocimientos científicos que, aunque invisibles para muchos, son esenciales para evitar catástrofes.
Por Lucas Laciar
El desarrollo de la minería en San Juan no se detiene. Nuevos proyectos, anuncios millonarios y estudios de factibilidad marcan el pulso de una industria que apunta a ser protagonista del futuro económico provincial. Pero detrás de cada dique de cola, cada pila de lixiviación o cada infraestructura minera, hay una revisión silenciosa pero esencial: la sísmica.
“Desde 2004 participamos en forma activa en todos los estudios de peligrosidad sísmica de los grandes proyectos mineros”, explica Rodolfo García, titular del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES), en diálogo con ACERO Y ROCA. Y la frase no es menor.
En una provincia que ha vivido terremotos devastadores y que está ubicada en una de las zonas más sísmicas del continente, cada cálculo importa.
La participación del INPRES se ha dado en proyectos como Veladero, Pascua Lama, Gualcamayo y en la planificación de Los Azules y José María. Todos tienen algo en común: estructuras de gran escala que, en caso de fallar ante un sismo, no sólo generarían daños económicos, sino también ambientales irreparables.
Participación técnica, no controladora
La función del INPRES no es fiscalizadora, ni de control directo. Es, en palabras de García, “asesorar al gobierno de la provincia en nuestras competencias, que son las relacionadas con todos los aspectos sísmicos de estos proyectos”.
Eso significa que no supervisan las obras durante la construcción, ni validan casas modulares o containers habitacionales que suelen usarse en los campamentos. El foco del organismo está puesto en lo macro: estructuras críticas como los muros de cierre de los diques de cola o las pilas de lixiviación.
“Nuestra participación ha sido fundamentalmente en esas grandes obras. Ahí es donde nosotros, humildemente, creemos que hemos hecho nuestro aporte, dando nuestra opinión técnica”, señala.
¿Qué hace el INPRES cuando evalúa un proyecto minero?
Rodolfo García, titular del Instituto Nacional de Prevención Sísmica
La intervención del INPRES en minería se concentra en dos aspectos fundamentales:
– Estudios de amenaza o peligrosidad sísmica
Estos estudios son la base para saber qué tipo de terremoto se debe tomar en cuenta a la hora de diseñar una estructura. No se trata de suposiciones, sino de cálculos científicos basados en el análisis del suelo, la actividad histórica y la proximidad con fallas activas.
“Estamos hablando de qué acciones sísmicas deben considerarse, qué fuerzas deben contemplarse para el diseño de esas grandes obras”, explica.
– Evaluación del comportamiento dinámico de las estructuras
Este análisis apunta a prever cómo responderá una estructura crítica frente a un terremoto severo. Diques, muros, sistemas de lixiviación: todo debe ser pensado para resistir embates sísmicos fuertes, frecuentes o combinados con otras condiciones, como lluvias o fallas humanas.
“La seguridad sísmica garantiza que todos los residuos mineros que están depositados en los diques de cola o en las pilas de lixiviación no se dispersen por la rotura de esas estructuras frente a un gran terremoto. Sería una catástrofe, sobre todo ambiental”.
¿Qué pasa si algo falla?
García es claro en este punto. En San Juan, afortunadamente, no se han registrado fallas estructurales graves en minería debido a terremotos. Pero el mundo ya conoce los efectos de errores de diseño o falta de previsión.
“En Brasil hubo varios casos. Incluso ni siquiera por sismos, sino por una mala construcción, o un diseño equivocado. Y también por la acción combinada de sismos con diseños inapropiados para zonas de alta sismicidad”, Explica García.
Riesgo, amenaza y vulnerabilidad: una ecuación que hay que entender
Uno de los temas que más preocupa a García no es sólo técnico, sino cultural: la conciencia sísmica. Entender los conceptos de amenaza, vulnerabilidad y riesgo es clave, tanto para quienes diseñan proyectos como para quienes viven cerca de ellos.
“Una cosa es el riesgo, otra cosa es la amenaza y otra es la vulnerabilidad. Podemos estar en una zona de alta peligrosidad sísmica, pero tener un riesgo bajo si las construcciones están bien hechas”, explica el especialista destacando la importancia de unas buenas construcciones y de la toma de conciencia al respecto como factores clave para reducir la vulnerabilidad ante una situación como el terremoto.
Para dejarlo claro, resume los conceptos en una fórmula simple pero precisa:
Conceptos clave
- Amenaza sísmica: Posibilidad de que ocurra un terremoto (alta en San Juan).
- Vulnerabilidad: Qué tan débil o expuesta está una estructura y la población.
- Riesgo sísmico: Resultado de la interacción entre amenaza y vulnerabilidad.
“Si la amenaza es alta pero la vulnerabilidad es baja, el riesgo también será bajo. Pero si la construcción es deficiente, incluso un sismo moderado puede generar mucho daño”.
Prevención real: actuar antes de que tiemble
“La prevención sísmica se funda básicamente y principalmente en todas las acciones y esfuerzos que puedan hacerse antes de que ocurra un sismo o un terremoto”, remarca García.
No se trata de adivinar cuándo ocurrirá el próximo temblor, sino de estar preparados estructuralmente y socialmente.
“No podemos prevenir un sismo, no podemos evitar que ocurra. Pero sí podemos hacer las cosas acordes al lugar donde vivimos. Y en San Juan, ese lugar tiene una historia sísmica que no se puede ignorar”.
¿Y si todo falla?
Como sucede en países como Japón, donde los trenes de alta velocidad se detienen automáticamente ante un sismo, García recuerda que también en minería deben existir protocolos de acción automática, especialmente para controlar estructuras como los diques.
Analiza que: “si el evento es muy grande, se dispara una alerta y puede comenzar el desagote por el descargador de fondo. Todo debe estar previsto para que, en caso de emergencia, las estructuras respondan y la operación sea segura”.
Conciencia sísmica: una tarea de todos
Más allá de los cálculos, los mapas y las normativas, el titular del INPRES insiste en un mensaje que trasciende lo técnico: hay que crear conciencia.
“El concepto de tener verdadera conciencia va más allá del saber algo. Significa actuar en consecuencia. Porque el terremoto no avisa. Y cuando ocurre, solo hay segundos para reaccionar”.
Simulacros, planes de contingencia, comunicación de riesgo clara: todo eso es parte de una estrategia que no se ve, pero que puede salvar vidas.
“El trabajo fuerte está en el antes. Para que podamos actuar correctamente durante los pocos segundos que dura un sismo”.
En una industria cada vez más exigente, con inversiones multimillonarias y estándares ambientales cada vez más rigurosos, el trabajo del INPRES es silencioso, pero indispensable. Y si el día que la tierra se mueva, todo sigue en pie, sabremos que alguien, mucho antes, hizo bien los cálculos.