Famatina: Un ejemplo de resistencia comunitaria frente a la megaminería depredadora en Argentina
En el corazón de la provincia de La Rioja, Argentina, se encuentra Famatina, un pequeño pueblo de aproximadamente 3.500 habitantes que ha logrado lo que muchos considerarían imposible: expulsar a cinco compañías mineras de su territorio en los últimos 20 años. Este logro no solo destaca la determinación de sus habitantes, sino que también resalta la importancia de la participación comunitaria en la defensa del medio ambiente y los recursos naturales.
Por Miriam Martínez
La unión vecinal, con su líder espiritual a la cabeza fue la clave de la lucha contra las mineras. Foto Diego Lima
Toda resistencia, tiene un recuerdo en la historia de los pueblos, y Famatina no es una excepción. Los hechos que vamos a relatar están basados en las historias contadas por sus protagonistas, donde motivados por su párroco y con las mujeres una vez al frente, impidieron reiterados intentos de instalar la minería a cielo abierto en ese rincón de la cordillera riojana.
«Famatina no se toca», fue el lema, y recordando la cita bíblica de la lucha desigual de David contra Goliat, en este pueblecito la «mano de Dios» guiada por su lider espiritual en la tierra logro vencer lo que aprecia invencible.
La Iglesia al frente
El Papa recibió al cura de Famatina, el padre Omar Quinteros líder de la lucha contra la megaminería
Fue un cura, el padre Omar Quinteros, y un grupo de mujeres quienes un día alertaron que la llegada de una minera a Famatina. Corría el año 2005, cuando los habitantes de Famatina se enteraron de los planes de la minera canadiense Barrick Gold para explotar oro en la mina La Mejicana.
Información y Organización fueron la clave
La resistencia involucro a todas las generaciones de Famatina
La empresa requería aproximadamente 1.000 metros cúbicos de agua por día para sus operaciones, mientras que el caudal diario disponible para la zona era de solo 750 metros cúbicos.
Esta discrepancia generó preocupación entre los pobladores, quienes dependían del agua para su agricultura y consumo diario.
Con acampes, marchas, encadenamientos, reparto de panfletos, videos, pintadas, murales y cortes de ruta para impedirle el paso a la mina a funcionarios del Gobierno y representantes de las empresas, lograron lo impensado: No sólo impedir que Barrick operará, sino también expulsar al resto de compañías que quisieron asentarse en esa zona.
La comunidad organizada en asambleas comenzó a informarse sobre los riesgos de la minería a cielo abierto, especialmente el uso de cianuro y otros químicos peligrosos.
El agua es lo que da vida a Famatina
Los habitantes de las treinta localidades que reciben el agua de Famatina son, en su mayoría, empleados estatales que suman algunos ingresos extras con pequeños emprendimientos agrícolas.
Viven en un paraíso natural de cadenas montañosas que pasan del rojo al marrón, y del verde al azul, mientras la luz va cambiando.
Río de dos colores: una joya de Famatina en la provincia de La Rioja
“De lo que siempre vivimos fue de los cultivos que son posibles gracias al agua que baja del Famatina», expresaron los lugareños.
Desde las cumbres, bajan aguas de color amarillo por la carga de minerales. El conjunto, a la vista, resulta una obra maestra de la naturaleza.
“Cuando era pibe la mayoría de los pobladores tenía una finca, no había grandes productores, pero les alcanzaba para su consumo y quedaba algo para la venta o intercambio. Y esa cultura agrícola se está recuperando con la defensa del cerro en estos últimos 20 años”, cuenta Daniel Herrera (49 años), nacido en este valle y descendiente de dos familias que trabajaban la tierra.
Famatina, una localidad riojana con 3.500 habitantes, expulsó varias propuestas de minería a cielo abierto
Empresas expulsadas y métodos de resistencia
Tras el éxito inicial, Famatina continuó su lucha contra otras empresas mineras que intentaron establecerse en la región:
• Shandong Gold (China): Intentó ingresar en 2010, pero fue rechazada por la comunidad.
• Osisko Mining Corporation (Canadá): Firmó un acuerdo en 2011, pero enfrentó una fuerte oposición que llevó a la rescisión del contrato en 2013.
• Midais (Argentina): En 2015, esta empresa salteña también se retiró tras las protestas de los habitantes.
• Seargen (Argentina): Fue la última en ser expulsada, consolidando la posición de Famatina como un bastión de resistencia contra la megaminería.
Guerra de Guerrillas
La lucha contra las mineras fue cuerpo a cuerpo hasta vencerlas
La clave del éxito de Famatina radica en la unidad de su comunidad. Mujeres, docentes, agricultores y líderes religiosos se unieron en una causa común, enfrentando incluso amenazas, persecuciones judiciales y espionaje.
El bloqueo de los caminos a las minas fue la principal herramienta de resistencia: una medida de gran exigencia física, por las condiciones adversas de las montañas, y porque en algunos momentos esto llevó a enfrentamientos cuerpo a cuerpo.
Luna, un miembro de la resistencia de Famatina todavía guarda los tirachinas — o gomeras, como se les llama en Argentina— que utilizaron. “Con esto nos defendimos cuando echamos a la Osisko, hicimos como cien”.
Las RRSS y la imaginación
Iglesia de Famatina recreada por IA
Las redes sociales jugaron un papel crucial en la organización y difusión de la información, permitiendo una movilización efectiva y sostenida.
Pero no siempre había señal de celular, por lo que algunos aún recuerdan, una anécdota donde el sacerdote, Omar Quinteros, llamaba al pueblo a juntarse usando la campana de la parroquia como en tiempos de guerra.
Impacto y alternativas sostenibles
La lucha de Famatina logró proteger su entorno natural e inspiró a otras comunidades en Argentina y América Latina a defender sus territorios.
Además, el pueblo ha buscado alternativas sostenibles para su desarrollo económico, enfocándose en la agricultura y el turismo.
La región, rica en biodiversidad y paisajes naturales, ha sido propuesta como parque nacional, lo que permitiría preservar su ecosistema y promover el ecoturismo.
Un recuerdo y una reflexión
Famatina representa un ejemplo emblemático de cómo una comunidad unida y bien informada puede enfrentar y superar desafíos significativos. Su historia destaca la importancia de la participación ciudadana, la defensa del medio ambiente y la búsqueda de modelos de desarrollo sostenibles.
La conformación de las asambleas ambientales que protagonizaron estas resistencias fue y son heterogéneas, hay diferencias políticas y culturales, y también hay cientos de pobladores que no participan de las reuniones.
Sin embargo, no hay persona en estos pueblos que desconozca su historia reciente y que, según afirman, no esté dispuesta a volver a defender el cerro porque hay una decisión colectiva e inquebrantable: “El Famatina no se toca”.