Un revés para Trump: China rechaza la orden sobre minería submarina y advierte violación del derecho internacional
En la edición de ayer 30 de abril, ACERO Y ROCA publicó la información sobre la orden ejecutiva del presidente de EE. UU, Donald Trump para acelerar la minería submarina.
Pero un nuevo capítulo acaba de abrirse, ahora Beijing acusa a EE. UU de actuar unilateralmente y exige respeto a los tratados internacionales. Ya no sólo hay oposición a los aranceles, ahora la guerra se traslada al mar, y en esta ocasión China va por todo y busca aliados en Europa y otros países.
Por Mark Phillips

Se eleva la tensión entre China y EE.UU. La minería submarina puede ser el detonante del inicio de un nuevo conflicto entre ambas potencias
El gobierno de China rechazó enérgicamente la reciente orden ejecutiva del expresidente estadounidense Donald Trump, que busca acelerar la minería en los fondos marinos internacionales.
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores chino, esta medida “viola el derecho internacional” y pone en riesgo los intereses globales, en un momento en que decenas de países y organizaciones científicas piden una moratoria hasta contar con regulaciones ambientales claras.
Esta nueva tensión internacional revela la creciente competencia por los recursos minerales del fondo oceánico, considerados clave para la transición energética y la fabricación de tecnologías limpias. Sin embargo, el vacío legal y los impactos ecológicos aún inciertos colocan a la minería en aguas profundas en el centro de un debate geopolítico, económico y ambiental.
China se opone de manera frontal a los planes de Trump, de buscar minerales en el lecho submarino
Trump impulsa la explotación del lecho marino sin consenso global
Durante su mandato, Donald Trump firmó una orden ejecutiva para agilizar los permisos de exploración minera submarina y promover la inversión privada en este sector emergente.
Su argumento se basa en la necesidad de garantizar el “liderazgo estadounidense en la minería estratégica” y reducir la dependencia de China en minerales críticos como el cobalto, uranio, el níquel, las tierras raras y el litio, esenciales para baterías y dispositivos electrónicos.
La medida, sin embargo, ha sido ampliamente criticada por su carácter unilateral y por ignorar las discusiones en curso en la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés), el organismo de la ONU encargado de regular la explotación de los recursos en aguas internacionales. China, uno de los países con mayor presencia en la ISA, ha declarado que esta orden “mina los principios de cooperación internacional”.
Con 4.500 millones de toneladas de uranio en los océanos, la minería submarina se convierte en el nuevo campo de batalla entre EE.UU. y China
China denuncia violaciones al derecho internacional
Beijing sostiene que cualquier actividad minera en la zona internacional del océano debe respetar los tratados existentes, particularmente la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR).
En Naciones Unidas, China busca apoyos de otros países para frenar a EEUU
Este tratado, ratificado por más de 160 países (aunque no por Estados Unidos) establece que los fondos marinos fuera de jurisdicciones nacionales son patrimonio común de la humanidad, y su uso debe beneficiar a toda la humanidad, no sólo a intereses privados o nacionales.
“El océano profundo no puede convertirse en una nueva frontera sin ley ni responsabilidad ambiental”, advirtió un portavoz del gobierno chino.
Además, recordó que múltiples países, incluidas naciones insulares del Pacífico, han solicitado una pausa global en la minería submarina hasta que existan marcos regulatorios robustos que garanticen la protección del ecosistema marino.
Preocupación ambiental y demandas de una moratoria
La minería de los fondos marinos implica el uso de robots y maquinaria pesada para extraer minerales de nódulos polimetálicos, costras de cobalto y fuentes hidrotermales, ubicadas a miles de metros de profundidad. Científicos advierten que esta actividad podría tener efectos irreversibles sobre ecosistemas únicos, muchos de los cuales aún no han sido estudiados completamente.
Más de 20 países, cientos de científicos y organizaciones como Greenpeace y el WWF han exigido una moratoria internacional. También han pedido mayor transparencia en las evaluaciones de impacto ambiental y una gestión conjunta basada en la ciencia y los principios de precaución.
La comunidad científica, y las organizaciones como Greenpeace advierten del daño ecológico que se le puede infringir al ecosistema marino con una minería depredadora submarina
Geopolítica, tecnología y un nuevo frente oceánico
El conflicto entre China y EE.UU. por el control de los recursos estratégicos del lecho marino representa un nuevo capítulo en la competencia geopolítica por el dominio tecnológico y energético. Mientras la demanda global de minerales críticos se dispara, la presión por acceder a nuevas fuentes genera fricciones entre quienes apuestan por el desarrollo acelerado y quienes llaman a actuar con responsabilidad ambiental y legal.
La minería submarina se perfila, así como un escenario decisivo en el reordenamiento de la economía global del siglo XXI. Y como advierte China, si no se respetan los tratados internacionales, los océanos podrían convertirse en territorio de conflicto en lugar de cooperación.