Denuncian evasión y subfacturación en la industria del litio: polémica por el control minero en América Latina
La Cámara Latinoamericana del Litio, con su presidente a la cabeza, Pablo Rutigliano, presentó una denuncia formal en sede judicial contra un grupo de empresas mineras (a las que calificó como «la casta minera») por delitos económicos que incluyen evasión fiscal, subfacturación de exportaciones, falta de trazabilidad y maniobras fraudulentas en la explotación del litio, un recurso estratégico clave para el desarrollo del país.
Por Sergio Álvarez
Pablo Rutigliano
La Cámara Latinoamericana del Litio (CALL) encendió las alarmas tras denunciar a lo que denomina “la casta minera”(denuncia completa pinchando el enlace), acusando a grandes empresas del sector de evasión fiscal, subfacturación de exportaciones y prácticas que atentan contra el interés nacional.
La entidad sostiene que existe un régimen fiscal y aduanero laxo, que permite la fuga de divisas y el saqueo sistemático de uno de los recursos más estratégicos del continente: el litio.
Esta denuncia no sólo tiene un fuerte impacto económico, sino también político y social, reavivando el debate sobre la soberanía sobre los recursos naturales y el papel de los Estados en su regulación.
Subfacturación: el mecanismo detrás de la pérdida millonaria
Según la Cámara, la principal herramienta utilizada por algunas empresas mineras para evadir impuestos es la subfacturación de exportaciones. Esto significa declarar un valor inferior al real de los productos exportados (como el carbonato o cloruro de litio), reduciendo así la base imponible y los tributos a pagar.
Este mecanismo, aseguran, representa una pérdida multimillonaria para los Estados, y limita la capacidad de inversión en infraestructura, salud, educación y transición energética.
¿Quién controla el litio?
El litio es hoy un mineral estratégico clave para baterías, autos eléctricos y almacenamiento energético. En un contexto global de transición energética, América Latina, especialmente Argentina, Bolivia y Chile, concentra más del 60% de las reservas conocidas de este metal.
Sin embargo, la mayoría de las explotaciones están en manos de multinacionales extranjeras, muchas con casas matrices en paraísos fiscales. Para la CALL, esto constituye un modelo de “neoextractivismo dependiente”, donde los países productores tienen poco control sobre los precios, márgenes y beneficios finales.
Soberanía minera en disputa
La Cámara apunta a las empresas y a los gobiernos que consienten estas prácticas mediante regímenes fiscales débiles y falta de controles. Propone que los países del triángulo del litio implementen una política común que priorice:
• Valor agregado en origen
• Empresas mixtas con mayoría estatal
• Auditorías independientes
• Transparencia total de contratos y exportaciones
La organización también reclama la creación de una agencia regional del litio, que actúe como plataforma de regulación y defensa común ante el poder de los gigantes mineros.
Litio y geopolítica: la nueva batalla
El litio ha dejado de ser un simple recurso para convertirse en un activo geopolítico de primer nivel.
Mientras China, EE. UU. y la Unión Europea compiten por garantizar su acceso al mineral, América Latina enfrenta el desafío de negociar en condiciones justas y con beneficios concretos para sus pueblos.
La denuncia de la Cámara del Litio no es aislada. Se suma a una ola de críticas sociales, ambientales y económicas que exigen una revisión profunda del actual modelo extractivo.
¿Un nuevo pacto social por el litio?
El debate sobre el litio en América Latina no es solamente técnico ni económico: es profundamente político y estructural. La región tiene la oportunidad histórica de liderar un nuevo modelo que priorice el desarrollo soberano, el respeto ambiental y la justicia fiscal.
Pero para lograrlo, será clave una alianza entre sociedad civil, Estados y productores locales, que enfrente a las estructuras de poder consolidadas en la industria extractiva.
La batalla por el litio apenas comienza.