Hilario: el sueño minero de Sarmiento que resiste en las alturas de San Juan
En el corazón del departamento Calingasta, entre montañas imponentes y vientos cordilleranos, se yerguen las Ruinas de Hilario, un sitio declarado de interés patrimonial por su trascendencia histórica y cultural. Más que piedras antiguas, estas ruinas son las huellas vivas de un proyecto de país que buscó, a mediados del siglo XIX, impulsar el desarrollo de una industria minera nacional. Soñado por Domingo Faustino Sarmiento y ejecutado por el ingeniero británico Francisco Ignacio Rickard, Hilario fue el primer gran intento de industrialización minera en Argentina.
Por Yenhy Navas
Una visión progresista a 3.000 metros de altura
Entre 1862 y 1864, durante su gestión como gobernador de San Juan, Domingo Faustino Sarmiento impulsó una idea visionaria: instalar en plena cordillera una planta de fundición para procesar minerales locales, especialmente plomo y plata.
En un contexto en que el país aún dependía de la exportación de materia prima sin procesamiento, este emprendimiento representaba una apuesta por la autonomía industrial y el progreso regional.
Para llevar adelante la iniciativa, Sarmiento convocó a Francisco Ignacio Rickard, ingeniero inglés con formación en la prestigiosa escuela de Freiberg (Sajonia), quien diseñó el establecimiento metalúrgico, importó maquinaria desde Inglaterra y coordinó el complejo traslado de los equipos, que debieron cruzar la cordillera desmontados sobre mulas.
“La planta era verdaderamente impresionante para la época. Rickard decía que era el establecimiento más grande de su tipo en la República Argentina”, señala la historiadora María Julia Gnecco, exdirectora del Museo Histórico Provincial Agustín Gnecco, en exclusiva con ACERO Y ROCA. “Era una obra colosal: traían los hornos, los artefactos, todo desarmado desde Inglaterra para ser montado en la cordillera”, detalla.
María Julia Gnecco, historiadora y exdirectora del Museo Histórico Provincial Agustín Gnecco
Una villa minera olvidada por el tiempo
La fundición no fue el único elemento del proyecto. En torno a ella se planificó la construcción de una villa minera que alojara a los operarios, técnicos y sus familias. “La idea era que produjera un desarrollo en el departamento y un aumento de la población. Por eso la creación de la villa a 3.000 metros de altura, en un lugar que tenía una gran planicie y agua”, explica Gnecco.
Se levantaron casas de adobe, depósitos, un hotel, despachos, y un conjunto de edificaciones que conformaban una pequeña ciudad industrial en el corazón de la cordillera. Se cree que allí vivieron decenas de personas, entre trabajadores locales, técnicos ingleses y algunos comerciantes que abastecían la zona.
“Las ruinas indican que fue una villa minera que no llegó a consolidarse como población permanente, pero que fue reutilizada por otros emprendimientos mineros a finales del siglo XIX”, remarca la historiadora.
Un proyecto adelantado a su tiempo
Pese a la magnitud del emprendimiento, Hilario no logró prosperar. Las dificultades logísticas, la escasez de capital y el contexto político inestable terminaron por frenar el impulso inicial. Años más tarde, el complejo fue abandonado y sus estructuras comenzaron un lento deterioro.
“Era un proyecto muy ambicioso, muy avanzado desde las ideas. Pero la tecnología disponible no acompañaba del todo y se adelantó a los tiempos en ese sentido”, reflexiona Gnecco. “También hay que tener en cuenta que las condiciones políticas no eran favorables. No se llegaron a concretar los capitales que se necesitaban en la cantidad suficiente, y eso lo terminó de debilitar”, agrega.
Hilario representaba la síntesis de varias ideas clave del pensamiento sarmientino: la industrialización como motor del desarrollo, la minería como oportunidad productiva, la educación técnica y la incorporación de conocimiento extranjero. Sin embargo, el país no estaba aún listo para sostener semejante apuesta.
Ruinas que hablan: el valor patrimonial de Hilario
Lo que hoy queda de aquel sueño son las ruinas de adobe y piedra que resisten en la inmensidad cordillerana. Pero no son simples escombros: son testigos de un capítulo fundamental en la historia de la minería argentina y un testimonio invaluable del patrimonio sanjuanino.
“Es un sitio con un altísimo valor patrimonial. Por su antigüedad, su significado histórico y por la magnitud del proyecto, Hilario es un símbolo del primer gran intento de industrialización minera del país”, sostiene Gnecco.
El sitio ha sido objeto de estudio por parte de investigadores, historiadores y técnicos que han identificado estructuras como hornos de fundición, viviendas, depósitos de mineral, corrales, canales de agua, y restos de maquinarias. También ha sido incluido en rutas de turismo patrimonial impulsadas por el Gobierno de San Juan.
Una de las pocas imágenes oficiales de las ruinas puede encontrarse en el Flickr del Gobierno de San Juan, donde se aprecia la imponencia del paisaje y la estructura de los muros que aún se mantienen en pie.
Entre memoria, minería y futuro
El legado de Hilario no se limita al pasado. Su historia sigue dialogando con el presente de San Juan, una provincia que hoy se posiciona como protagonista de la minería argentina. En un contexto en que se debaten nuevos modelos de desarrollo, sostenibilidad e identidad, recuperar la memoria de Hilario es una forma de conectar las raíces productivas de la región con los desafíos del siglo XXI.
“La minería fue fundacional en San Juan, y Hilario es uno de sus pilares históricos. Es fundamental conservar este tipo de sitios y transmitir su historia a las nuevas generaciones”, concluye María Julia Gnecco.
Hoy, mientras proyectos mineros avanzan en las alturas de Calingasta, el recuerdo de Hilario se vuelve aún más relevante. Porque entender de dónde venimos es imprescindible para construir hacia dónde vamos.
Ficha técnica: Ruinas de Hilario
- Ubicación: Cordillera de Calingasta, provincia de San Juan, Argentina
- Altura: Aproximadamente 3.000 msnm
- Origen: Instalación minera proyectada entre 1862 y 1864
- Impulsores: Domingo F. Sarmiento (Gobernador), Francisco I. Rickard (ingeniero)
- Actividad: Fundición de plomo y plata
- Estado actual: Ruinas declaradas de interés patrimonial
- Acceso: Vía trekking o excursión especializada desde Calingasta