La minería que hace falta: agrominería, transición energética y el nuevo mapa estratégico de América Latina
ESPECIAL ARMINERA 2025
Durante la última edición de Arminera, el ex ministro de Energía y Minas del Perú, Ing. Rómulo Mucho, brindó una conferencia clave sobre el papel estratégico de la agrominería como plataforma de desarrollo sostenible en América Latina. Su exposición se centró en los desafíos globales de la transición energética y el papel que deben asumir países como Argentina y Perú en el suministro de minerales críticos. Bajo un enfoque integrador entre producción minera y desarrollo territorial, el experto dejó una frase que sintetiza su diagnóstico: “esta es la minería que hace falta”.
Por Sergio Álvarez
Agrominería: más que convivencia, una integración estratégica
Rómulo Mucho no sólo expuso el potencial geológico de la región, sino que propuso un nuevo paradigma para abordar la relación entre minería y comunidades: la agrominería.
Este concepto impulsa una convivencia productiva entre la actividad minera y el desarrollo agrícola, no como sectores en tensión, sino como complementarios.
Según explicó, muchos de los proyectos mineros se desarrollan en regiones altoandinas con tradiciones agrícolas ancestrales y potencial productivo, lo cual exige un modelo de gestión que permita sinergias.
Ing. Rómulo Mucho
“Un proyecto minero bien planificado puede mejorar la infraestructura, el acceso al agua, el financiamiento de emprendimientos rurales y generar mercados para productos regionales”, sostuvo Mucho, y remarcó que la clave está en una gobernanza territorial que incluya a todos los actores y priorice la sostenibilidad ambiental y social.
Este enfoque cobra especial relevancia para provincias argentinas como San Juan, Salta y Catamarca, donde conviven proyectos de gran escala con economías regionales.
La urgencia de nuevos proyectos: minerales críticos y demanda global
En una de las diapositivas más reveladoras de la charla, Mucho mostró una tabla con la demanda proyectada para minerales estratégicos al 2030, según estimaciones de organismos internacionales.
La necesidad de cobre, litio, níquel, grafito, tierras raras y otros minerales clave para la transición energética crecerá exponencialmente.
Sólo en cobre, el mundo necesitará más de 3,7 millones de toneladas adicionales hacia 2030, lo que requerirá al menos 61 nuevas minas de tamaño mediano o grande.
Argentina está posicionada estratégicamente para responder a esta demanda.
En una segunda diapositiva, el expositor presentó los principales proyectos de cobre en territorio argentino, como Los Azules, Taca Taca, El Pachón, Josemaría, MARA, Filo del Sol, entre otros.
Entre todos, podrían aportar más de 1,2 millones de toneladas anuales de cobre, consolidando a Argentina como un actor central en el mapa global del cobre. “Estos proyectos no pueden quedar dormidos, el momento es ahora”, enfatizó.
¿Qué implica esto para la minería argentina?
La exposición del exministro peruano dejó claro que el desafío no es geológico, sino político y estratégico. “Los recursos están, lo que falta es decisión, planificación y reglas claras”, subrayó.
En ese marco, la agrominería aparece como una estrategia de consenso, que puede ayudar a construir licencias sociales duraderas, integrar a las comunidades y reducir tensiones territoriales.
Para Argentina, la propuesta de Mucho interpela tanto al sector público como al privado: fomentar una minería moderna, responsable, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y comprometida con los territorios donde se inserta.
Lejos de antagonismos, la minería puede ser motor del desarrollo agrícola, generador de empleo calificado y promotor de encadenamientos productivos.
Palabras clave para el futuro: sostenibilidad, cobre y gobernanza
En definitiva, la exposición del Ing. Rómulo Mucho trajo a la agenda regional un concepto innovador que Argentina debería considerar con atención.
Si la transición energética global demanda cobre y litio, América Latina está en condiciones de proveerlos. Pero debe hacerlo con una mirada estratégica, integradora y sostenible.
La agrominería podría ser, justamente, esa plataforma que articule recursos, personas y territorios para construir una minería verdaderamente transformadora. La que hace falta.