Eduardo Elsztein y el banco Santander: deforestación, negocios mineros y silencio

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En el norte de Argentina, donde el monte aún resiste al avance del agronegocio y la minería, el nombre de Eduardo Elsztain se repite como una sombra oscura. Considerado uno de los hombres más poderosos del país, el empresario de origen judío lidera imperios como CRESUD e IRSA, que van desde los shoppings hasta la agricultura y ganadería. Su presencia en el monte salteño está dejando una huella irreversible: miles de hectáreas de bosque arrasadas y comunidades indígenas que reclaman lo básico para sobrevivir.

Por Miriam Martinez

Ana Botín presidenta del banco español Santander, junto a Eduardo Elsztein

Ana Botín presidenta del banco español Santander, junto a Eduardo Elsztein

La reciente investigación de Global Witness puso luz sobre un modelo que se expande silenciosamente. Más de 10.000 hectáreas de bosque nativo fueron desmontadas en fincas de CRESUD, con avales estatales y financiamiento internacional, principalmente a través del Banco Santander, una de las entidades financieras más grandes de Europa.

La relación entre ambos actores es directa: Santander ha emitido bonos verdes y líneas de crédito sostenibles para empresas de Elsztain, a pesar de los múltiples cuestionamientos ambientales.

 El precio del “progreso”: sin monte, sin agua, sin derechos

El Gran Chaco es el segundo ecosistema más grande de América del Sur, después del Amazonas. Su biodiversidad es inmensa, pero también lo es su fragilidad.

En estas tierras, los desmontes para agricultura y ganadería han sido una constante. Sin embargo, lo que preocupa ahora no es sólo la pérdida del monte, sino el silencio ante las consecuencias humanas: comunidades originarias que pierden sus tierras, que ya no pueden cazar, recolectar ni sembrar.


Cresud ha deforestado más de 170.000 hectáreas en Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay desde 2001 (una superficie 3 veces mayor que Madrid y 8 que la ciudad de Buenos Aires) para convertirlas en tierras de cultivo y venderlas después a un mejor precio. 


La sequía avanza, el calor aumenta y los cursos de agua desaparecen

La maquinaria no arrasa únicamente árboles: también arrasa derechos. En muchas de estas zonas, no hay hospitales rurales, no hay caminos accesibles, no hay ayuda concreta del sector privado.

El modelo extractivo promete empleo y desarrollo, pero deja pueblos empobrecidos, desplazados y vulnerables.

Deforestación en el norte de Argentina. Greenpeace Argentina

Deforestación en el norte de Argentina. Greenpeace Argentina

De la soja a la plata: el negocio minero como nueva frontera

En paralelo al agronegocio, Eduardo Elsztain se ha introducido en la minería.

A través de su fondo IFIS, adquirió parte de Argenta Silver Corp., responsable del proyecto El Quevar, un yacimiento de plata ubicado a más de 4.000 metros de altura, también en Salta.

La minería aparece como una nueva fase del modelo extractivo, esta vez apuntando a recursos estratégicos como el litio, el cobre y la plata, esenciales para la transición energética global.

Este movimiento empresarial pone en jaque a un territorio que ya sufre las consecuencias del monocultivo. La llegada de la minería, en lugar de significar diversificación productiva, podría representar una doble presión sobre los recursos naturales y las comunidades rurales.

Bancos, compromisos verdes y realidades negras


Mientras el Banco Santander publica informes de sostenibilidad y asume compromisos climáticos globales, en Argentina financia a grupos como CRESUD, cuya huella ambiental está documentada y denunciada.


Esto expone una doble moral financiera: se promueve la “inversión responsable” en el Norte Global, mientras se permiten prácticas nocivas en el Sur Global bajo el escudo de la rentabilidad.

La pregunta es clara: ¿puede una entidad financiera lavarse las manos si financia, directa o indirectamente, el desmonte de bosques protegidos y el deterioro de la vida comunitaria?

Sequía y deforestación es la denuncia que viene realizando las comunidades afectadas.

Sequía y deforestación es la denuncia que viene realizando las comunidades afectadas

El doble discurso del Santander

El banco de Santander con su presidenta a la cabeza la santanderina, Ana Botin, también establece entre sus políticas ambientales “la ambición del banco de ser cero emisiones netas de carbono en 2050 para luchar contra el cambio climático”.


Santander ha sido parte activa en el avance de las topadoras en el monte chaqueño, según Global Witness. La organización determinó que la filial argentina ha ayudado a financiar a Cresud desde 2011 con US$1.300 millones para la agroindustria. Además, le ha proporcionado directamente a Cresud préstamos de más de US$50 millones.


Sin embargo, de acuerdo con el cálculo de Global Witness, la deforestación de Cresud equivaldría a un estimado de 30 millones de vuelos trasatlánticos, ya que los bosques afectados constituyen una de las zonas con mayor biodiversidad y carbono del mundo.

Topadoras utilizadas para deforestar en una de las propiedades de Cresud en Salta. Greenpeace Argentina

Topadoras utilizadas para deforestar en una de las propiedades de Cresud en Salta. Greenpeace Argentina

Consultados sobre si financiar a Cresud no implicaba una violación a su propia política ambiental, la filial argentina de Santander respondió: “Tenemos políticas estrictas de compromiso ambiental”. “Por temas de confidencialidad no tenemos permitido comentar cuestiones de nuestros clientes”, añadieron sus voceros.

Los residentes locales protestaron contra los planes de deforestación de Cresud en una audiencia pública en Salta. Claudia Ferreyra /Salta 12/gentileza Global Witness

Los residentes locales protestaron contra los planes de deforestación de Cresud en una audiencia pública en Salta. Claudia Ferreyra /Salta 12/gentileza Global Witness

Ponerle fin a la deforestación es una obligación moral

Ola Janus dirige la campaña Banks and Nature de BankTrack, una ONG que organiza campañas para que los bancos respondan por sus compromisos.
Consultada por Global Witness, sostuvo en el informe: “Las ambiguas políticas de Santander les abren las puertas a la deforestación y los abusos de derechos humanos relacionados con los negocios agrícolas en América del Sur”.

La especialista afirmó que, en aras de mostrar su verdadero compromiso con el fin de la deforestación, “Santander debería comenzar por pedirles explícitamente a sus clientes y proveedores que no contribuyan a la conversión o degradación de los ecosistemas naturales”.

El yaguareté es una de las especies más amenazadas por la deforestación en la región cahequeña argentina. Martín Katz/Greenpeace

El yaguareté es una de las especies más amenazadas por la deforestación en la región chaqueña argentina. Martín Katz/Greenpeace

Un modelo que concentra riqueza y expulsa gente

El caso de Elsztain y Santander no es sólo una denuncia ambiental. Es el reflejo de un modelo económico que concentra tierras, capitales y decisiones en pocas manos, mientras deja a cientos de familias sin respuestas.

“El dueño de Argentina” no es un título formal, pero sí simbólico: quien decide qué se siembra, qué se extrae y qué se inunda, ejerce un poder real.
Y ese poder, cuando no escucha ni repara, deja cicatrices que ningún balance financiero puede justificar.

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