¿Puede la minería crecer sin competir por el agua?
Gustavo Fernández, el titular de la cartera productiva sanjuanina asegura que en su modelo la minería impulsa a las otras actividades como parte de un todo, niega una competencia entre minería y agroindustria por el agua y explica ve el uso de agua desalinizada traída de Chile como una salida para el boom minero que se viene.
Por Lucas Laciar
Gustavo Fernández: “Yo no veo la más mínima competencia entre la actividad minera y la agroindustrial”
En defensa del perfil productivo
San Juan se encuentra en una etapa bisagra. El impulso minero, que viene creciendo desde hace más de dos décadas, se prepara para un nuevo salto si el distrito Vicuña logra despegar como se espera. Pero ese despegue, aunque deseado por casi todo el arco político y económico de la provincia, enfrenta múltiples desafíos: infraestructura, sustentabilidad, desarrollo local y, sobre todo, agua.
En diálogo con ACERO Y ROCA, el ministro de Producción, Gustavo Fernández, defendió el perfil productivo mixto que plantea el gobierno de Marcelo Orrego y rechazó que el crecimiento de la minería pueda ir en detrimento de otras actividades, especialmente la agroindustria, que junto con el turismo, el comercio y la economía del conocimiento, componen la base de un modelo que se busca diversificar.
“Yo no veo la más mínima competencia entre la actividad minera y la actividad agrícola o agroindustrial”, asegura Fernández. “Por el contrario, creo que son actividades perfectamente complementarias, perfectamente necesarias”, sostiene.
“La minería puede abrir puertas para todas las actividades”.
El titular de la cartera productiva insiste en que la minería no debe ser vista como una amenaza para otros sectores, sino como una palanca de desarrollo para toda la matriz económica sanjuanina.
“La agroindustria también forma parte de esa visión estratégica de desarrollo diversificado”, señala.
Fernández hace especial hincapié en la capacidad que tiene la minería para desarrollar infraestructura de gran escala (caminos, energía, conectividad), que luego puede ser aprovechada por todas las ramas de la economía.
“La minería tiene la escala y la capacidad de hacerlas posibles, pero una vez que se concretan, benefician a todas las actividades”, indica. “La agroindustria necesita caminos para bajar sus costos logísticos, necesita mejor y más barata energía”, añade.
“Yo no veo la más mínima competencia entre la actividad minera y la agroindustrial”.
Para Fernández si puede haber megaminería a pesar de estar en un desierto
Uno de los puntos que suele generar inquietud en el debate entre sectores productivos es el del uso del agua. En una provincia con estrés hídrico creciente, es inevitable que la expansión de una industria intensiva como la minería despierte preguntas.
Fernández no esquiva el tema y lo aborda con datos concretos:
“La producción agrícola demanda más del 90% del agua que se consume en la provincia”, afirma. Desde ese marco, sostiene que el problema no es la minería, sino la eficiencia en el uso del recurso. Y en ese punto, vuelve a conectar el rol de la minería con posibles mejoras para el conjunto:
“La eficiencia en el uso del recurso hídrico va de la mano del consumo de energía. Todos los sistemas inteligentes, los sistemas mecanizados de riego requieren el uso de energía”, explica.
“La minería lo puede hacer posible, lo puede acercar en el tiempo, y el beneficio es para todas las actividades”, agrega.
Agua desde Chile: la opción que se explora
De acuerdo a los últimos datos, Chile es el país con mayor capacidad de desalación instalada en toda América Latina, con más de 900.000 m3/día de producción, lo que representa el 28% de toda la región.
En ese contexto aparece una de las propuestas más ambiciosas del proyecto Vicuña Corp.: abastecerse con agua desalinizada desde el Pacífico chileno, cruzando la Cordillera de los Andes hasta los yacimientos sanjuaninos.
El ministro confirma que ya hubo conversaciones con autoridades chilenas para explorar esta posibilidad:
“Desde el gobierno de la provincia venimos conversando con algunas compañías, sobre todo las que están más avanzadas, como es el caso de Vicuña, de planificar un camino similar al que tiene Chile”, indica.
“Yacimientos como Vicuña prevén abastecerse en el mediano plazo con agua desalinizada”, sostiene Fernández, quien además afirma que desde el lado chileno hay buena disposición. “Las autoridades locales de la tercera región de Chile ven con buenos ojos la posibilidad de exportar agua de mar para la minería en Argentina”, comenta.
¿Un proyecto viable o una utopía de marketing?
ACERO Y ROCA publicó un extenso análisis sobre sobre las múltiples dificultades que enfrenta esta propuesta. Si bien es técnicamente realizable, su ejecución requiere una coordinación binacional inédita, inversiones millonarias y superar barreras jurídicas, políticas y ambientales de alta complejidad.
Entre los puntos críticos señalados en esa investigación se destacan:
- El costo estimado de la infraestructura hídrica (acueducto + planta desaladora): entre 1.200 y 1.500 millones de dólares.
- Plazos totales de ejecución: entre 12 y 18 años, si todo marcha sin obstáculos.
- Riesgo de superposición de proyectos energéticos, hídricos y de infraestructura.
- Dudas sobre la aprobación política del proyecto en Chile.
Además, fuentes diplomáticas chilenas consultadas en esa oportunidad señalaron que el anuncio realizado por Lundin “se parece más a una campaña de marketing que a un proyecto viable”, y recordaron los múltiples retrasos en otras iniciativas binacionales como el Túnel de Agua Negra, que pese a décadas de diálogo aún no se concreta.
Una puerta que puede abrirse, pero no sola
En definitiva, para el gobierno de San Juan la minería no es un enemigo de la producción tradicional. Es una herramienta para amplificarla, si se la gestiona con inteligencia, reglas claras y responsabilidad ambiental.
“Cuando mostramos a San Juan, lo mostramos completo: con minería, agroindustria, energías renovables, turismo, economía del conocimiento”, dice el ministro.
La propuesta de traer agua desde Chile puede formar parte de ese modelo. Pero como demostró el análisis publicado por este medio, no es una solución inmediata ni sencilla, y cualquier expectativa al respecto debe ser medida, informada y realista.