EE:UU avanza en el plan y firma una autorización para apoyar la minería submarina
La empresa canadiense The Metals Company (TMC) se posiciona como pionera en la minería submarina, con planes de extraer nódulos polimetálicos en el Océano Pacífico. Su objetivo es obtener níquel, cobre, cobalto y manganeso, esenciales para la transición energética.
Por Redacción ACERO Y ROCA
El respaldo de Trump y la estrategia de TMC
TMC ha solicitado al gobierno de Estados Unidos el primer permiso de minería comercial en aguas internacionales, dejando de lado a la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA). Según su CEO, Gerard Barron, la empresa espera recibir la autorización dentro del próximo año, acelerando el proceso gracias a una orden ejecutiva de Donald Trump.
Controversia y oposición
El proyecto ha generado preocupaciones ambientales, con grupos como Greenpeace y gobiernos que buscan una moratoria para la minería en aguas profundas.
Barron compara la resistencia a la minería submarina con la oposición inicial a la energía nuclear, argumentando que los impactos ambientales serán menores en comparación con la minería terrestre.
Relación con la ISA y el futuro de la minería submarina
TMC ha decidido operar bajo la jurisdicción estadounidense, evitando la regulación de la ISA (Autoridad Internacional de los Fondos Marinos), que aún no ha finalizado el desarrollo de un código minero para aguas profundas. Mientras tanto, China avanza en su propia estrategia de minería submarina, con cinco contratos de exploración en la ISA.
Este avance marca un hito en la industria minera, con implicaciones económicas y ambientales que podrían transformar el acceso a minerales estratégicos.
¿Quién es Gerard Barron?
El empresario australiano Gerard Barron está impulsando la carga de Estados Unidos hacia la controvertida minería en aguas profundas
Hijo de un granjero, que reparaba molinos y una madre dedicada al cuidado de 5 hijos, Gerard Barron, CEO de The Metals Company (TMC), ha sido una figura clave en la minería submarina desde principios de los 2000.
En sus inicios apoyó a Nautilus Minerals, una empresa con sede en Brisbane, que intentó sin éxito, extraer sulfuros del fondo marino cerca de Papua Nueva Guinea.
En 2011, cofundó DeepGreen, que más tarde se convirtió en The Metals Company (TMC). Aunque inicialmente fue un patrocinador financiero, asumió el control total en 2017, tras la salida de un ex ejecutivo de Rio Tinto.
Actualmente TMC es la mayor compañía minera de aguas profundas de América del Norte.
El enfoque en los nódulos polimetálicos
Barron identificó que el verdadero potencial estaba en los nódulos polimetálicos (pequeñas «rocas» con forma de esferas, que se forman a lo largo de millones de años y están enterradas en el lecho marino y contienen minerales en su interior), ricos en níquel, cobre, cobalto y manganeso, esenciales para la electrificación global.
Desde hace 5 años ha insistido en Washington para que lo autorizaran a impulsar la extracción comercial de nódulos polimetálicos en el Océano Pacífico, buscando reducir la dependencia de China en minerales críticos como cobalto, níquel y manganeso, que resultan esenciales para la transición energética y la industria tecnológica.
Su esfuerzo finalmente ha encontrado apoyo en el gobierno de Donald Trump, quien recientemente firmó una orden ejecutiva para facilitar la minería en aguas profundas. Con este respaldo, TMC espera obtener el primer permiso comercial para operar en aguas internacionales, evitando la regulación de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA).
Greenpeace se opone a la extracción minera submarina
Planes de producción
- Inicio de operaciones: Se espera que la producción comience antes de 2027.
- Buque de extracción: Hidden Gems, de la compañía All Seas, será el primero en operar.
- Escalamiento: Se proyecta alcanzar 12 millones de toneladas de nódulos al año para 2030-2031.
Cambio de estrategia y liderazgo
Barron enfatiza que la mentalidad de una gran empresa no funciona en una startup minera, destacando la necesidad de un equipo ágil y enfocado en la innovación, cuyo objetivo es iniciar la producción comercial en los próximos años.
Este enfoque marca un cambio significativo en la minería submarina, con implicaciones ambientales y económicas, que podrían transformar el acceso a minerales estratégicos.