El 66% de lo que genera la minería va a la Nación
Un reciente informe difundido por la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), expone una verdad incómoda: el Estado Nacional se queda con más del 66% de los ingresos directos e indirectos que genera la minería en Argentina, dejando a las provincias productoras con un tercio, y prácticamente sin obras de infraestructura. Gobernadores, cámaras empresarias y comunidades comienzan a levantar la voz y endurecer su discurso. La paciencia territorial se agota.
Sergio Álvarez
De cada 100 dólares recaudados por aportes fiscales el gobierno se queda con 66 dólares, mientras que las provincias obtienen 33 dólares
Nación cobra, pero no invierte en las provincias
De cada 100 dólares que genera la minería en el país, 66 terminan en manos de la Nación, y 33 van a las provincias, según el relevamiento de fuentes oficiales. Las provincias que albergan la actividad, soportan el impacto ambiental y social, y administran los territorios, solo perciben regalías limitadas y coparticipación decreciente.
“Nos dejan los agujeros y se llevan el litio”, expresó un funcionario cuyano en Arminera 2025.
De acuerdo al informe de la CAEM, el aporte tributario de la minería durante este año será de 1 billón 272.845 millones de pesos. De ese monto la Nación recauda:
- En concepto de seguridad social: 53%.
- Derechos de exportación (retenciones) 11%.
- Impuesto a las Ganancias: 15%.
- IVA: 13%.
- Débitos y créditos: 7%.
En tanto, las provincias mineras reciben:
Aportes en concepto de regalías, en un 30% del total de las tributaciones jurisdiccionales; del impuesto de Ingresos Brutos, que significa el 62%; entes públicos, 6%; fondos fiduciarios, 1%; y otros tributos, 1%.
Infraestructura en ruinas: minería sin caminos ni energía
La minería moderna necesita rutas asfaltadas, ferrocarriles activos, redes eléctricas confiables y conectividad. Nada de eso abunda en las provincias productoras.
En Salta, la ruta 51 presenta tramos intransitables. En Catamarca y La Rioja, el acceso a zonas de litio depende de caminos precarios. El Ferrocarril Belgrano no llega a los yacimientos de San Juan.
El resultado: altos costos logísticos, demoras y pérdida de competitividad frente a Chile o Perú.
Regalías mínimas, dividendos simbólicos
En Jujuy, la empresa estatal JEMSE sólo obtuvo $203 millones de dividendos en 2023, mientras las empresas exportaron litio por más de $350.000 millones.
En Mendoza y San Juan, proyectos multimillonarios de cobre aún no aseguran retorno tangible para la población local, salvo promesas futuras.
“Si no hay agua, rutas ni energía, el litio no sirve para el desarrollo provincial”, advirtió un legislador sanjuanino.
RIGI: incentivo o trampa para los territorio
El Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), aprobado por el Congreso, ofrece beneficios fiscales por 30 años a empresas extranjeras.
Las provincias temen que el RIGI profundice el desequilibrio: baja recaudación, fuga de divisas y escasa inversión real en obra pública.
Desde CAEM y varios gobiernos locales se impulsa un Fondo Minero Federal para redistribuir parte de lo recaudado por Nación hacia infraestructura territorial.
Lo que piden las provincias
Las exigencias ya no son tímidas. Las provincias reclaman:
• Un Plan Nacional de Infraestructura Minera, con ejecución compartida.
• Revisión del sistema de coparticipación de los ingresos mineros.
• Que una parte del 66% que capta Nación vuelva al territorio en forma de rutas, energía, escuelas técnicas y conectividad.
Mineria sin reparto equitativo, no es minería de futuro
Distintos estudios, privados y de organismos públicos, dieron cuenta que alrededor del 80% de la facturación de las empresas mineras queda en el país. Uno de ellos, el Centro de Estudios para la Producción XXI (CEPXXI) determinó en 2022, que de cada US$100 exportados en minerales, US$68 terminan siendo una generación neta de divisas para la economía argentina.
La minería puede ser una palanca de desarrollo nacional, pero sin equidad fiscal ni inversión en infraestructura, se convierte en un modelo extractivo que vacía territorios y concentra beneficios.
El dato es contundente: el 66% queda en Nación, y poco o nada vuelve al origen del recurso. La pregunta que flota en todas las provincias mineras es una sola: ¿hasta cuándo?