Los movimientos telúricos no sólo ocurren en la tierra, sino también en las organizaciones y la Camara Minera de San Juan está en plena tensión, sintiéndose los crujidos de sus placas tectónicas más allá de los muros de su sede. El próximo 4 de julio habrá elecciones y el consenso esta complicado por el modelo de minería que se está debatiendo de puertas adentro.

Por ACERO Y ROCA

Ricardo Martínez, el actual presidente de la Cámara Minera, dejará su puesto, esto abre la puerta a una nueva etapa en la institución, que concentra a las principales empresas del sector minero en la provincia.

Las elecciones para encontrar el reemplazo de Martínez debían realizarse este 16 de junio, pero se postergaron para el 4 de julio, al no existir consenso, ni tener claro el mensaje que quieren transmitir de puertas afuera.

Una cámara con historia bajo presión

La Cámara Minera de San Juan ha sido históricamente un actor clave en la vida económica de la provincia. Nacida en 1963, su origen estuvo ligado a fuertes trabajadores de la provincia.

Mientras la minería sanjuanina dejaba atrás las viejas minas de oro y emergía una nueva oportunidad gracias a la demanda de caliza por parte de la siderúrgica estatal Somisa (ubicada en San Nicolás), un grupo de pequeños productores, dedicados a la cal, la bentonita y minerales industriales, comenzó a reunirse con la intención de colaborar con el Estado y promover el desarrollo de un sector incipiente pero estratégico.

Así nació la Cámara Minera de San Juan el 3 de septiembre de 1963, como un espacio de encuentro entre mineros que compartían desafíos comunes: abaratar los costos de flete hacia San Nicolás y acceder a créditos accesibles para crecer e industrializarse.

Durante sus más de 50 años de trayectoria, su papel como interlocutora entre empresas, gobierno y comunidad ha sido tan influyente como cuestionado. La defensa del “modelo sanjuanino de minería”, centrado en la licencia social, las inversiones multinacionales y la gobernanza institucional, ha sido su bandera.

La presidencia en los últimos años ha sido un puesto casi vitalicio, habiendo tenido a Jaime Bergé durante 26 años como presidente de la Cámara. Después se dio paso al binomio Mario Hernández – Ricardo Martinez durante unos años, al que sucedió posteriormente, Ricardo Martinez – Raul Cabanay.

Conflictos y fisuras

Sin embargo, los conflictos no resueltos también forman parte de su historia reciente. La ultima fisura ha sido la falta de posicionamiento claro frente a la adjudicación de obras millonarias a empresas de afuera de la provincia, como ocurrió con el camino de acceso al proyecto Vicuña, donde los proveedores sanjuaninos quedaron relegados, dejando fisuras internas.

Varias cámaras de proveedores mineros  (CAPRIMSA, CASEMI , CAPRESMI, entre otras),  y representantes locales criticaron abiertamente esa decisión. La CMSJ, pese al revuelo público, no emitió un comunicado categórico, lo que fue interpretado como un silencio funcional o «estratégico» de cara a sus propias elecciones en puerta.

Otro punto de conflicto ha sido el debate sobre la Ley de Proveedores Locales impulsada por el gobierno sanjuanino. Mientras cámaras como la de la Construcción y CAPRIMSA pidieron normas claras para garantizar el compre local, desde la Cámara Minera se promovió un enfoque desregulado y consensuado.

Para algunos observadores, la CMSJ ha oscilado entre el lobby institucional y la contención corporativa, sin asumir un liderazgo claro en temas clave para el desarrollo provincial.

Continuidad vs. renovación: el dilema del modelo

Quienes serán los candidatos entre los que se definirá la próxima presidencia de la Cámara es aún incierto, pero según información a la que ACERO Y ROCA ha tenido acceso, el propio Martínez estaría pujando por Alfredo Vitaller, actual vicepresidente de Asuntos Corporativos de Minera Vicuña y actual vocal titular en la CMSJ.

Vitaller se presentaría como la visión conservadora y tradicional, el que apuesta por “no cambiar lo que funciona”.  Representa la línea histórica de la CMSJ: técnica, institucional, ligada a los grandes proyectos, con una lógica de gobernanza cerrada.

¿Y del otro lado?

Marcelo Alvarez y Sonia Delgado ¿Podrían representar la renovación de ideas y la conexión de la minería con otros estratos sociales?

Marcelo Álvarez, actual secretario de la CMSJ y Director Ejecutivo de relaciones Gubernamentales de la minera Barrick Veladero, suena para muchos como el candidato natural del sector renovador, respaldado por un amplio sector de integrantes de la cámara, que ven en su figura, unida a la de Sonia Delgado como vicepresidenta, un duo que podría llevar a la cámara a otro nivel. Sonia hoy es revisora de cuentas suplemente en la CMSJ y es la Executive Director de Challerger Gold.

Cambios necesarios

Sea quien fuere el futuro presidente de la Camara, hay necesidades que quien ocupe el cargo debería atender:

• Mayor participación real de las mujeres en cargos decisivos.
• Inclusión de jóvenes profesionales en la toma de decisiones.
• Promoción de herramientas de transparencia como registros públicos de proveedores.
• Asunción de errores pasados como parte de un modelo de aprendizaje.
• Estrategias activas de comunicación con las comunidades.

La presión de la sociedad: minería con rostro humano

Desde afuera, la presión también es fuerte. Las comunidades exigen participación real, los proveedores piden reglas claras, y la sociedad sanjuanina demanda una minería más humana, más federal, más justa y con mas oportunidades para los sanjuaninos .

Los temas de género, diversidad, medio ambiente, desarrollo de proveedores, y equidad están hoy en el centro del debate. La pregunta es si la Cámara Minera de San Juan está dispuesta a repensarse desde adentro.

¿Qué se juega en esta elección?

Mucho más que una presidencia. Esta elección es, en realidad, una disputa por el alma de la minería sanjuanina. ¿Se quiere apoyar una minería corporativa, cerrada y funcional a los grandes capitales o buscará convertirse en el apoyo a una minería participativa, dialogante y orientada al desarrollo territorial real?.

Lo cierto es que la Cámara Minera de San Juan ya no puede darse el lujo de mirar para otro lado. La sociedad le exige tomar posiciones, generar valor real y abrir sus puertas a este siglo XXI del que ya llevamos vividos 25 años.

La decisión la sabremos en breve. Y en esa decisión, una buena parte del futuro de San Juan también está en juego.