Pedro Ponte, un empresario sanjuanino con visión internacional
Pedro Ponte es un empresario sanjuanino que fue protagonista del desarrollo minero y del transporte en la provincia, generando más de mil empleos en su momento de mayor expansión. Pero lejos de conformarse, amplió su mirada al mundo. Hoy, gestiona operaciones desde Madrid y Marbella, dos enclaves estratégicos donde sigue apostando por el crecimiento, sin olvidar sus raíces.
Por C.C
Un empresario que se hizo a sí mismo
Empresario autodidacta, intuitivo y resiliente, Pedro Ponte supo anticipar el crecimiento de la minería en la cordillera cuando aún pocos creían en ese modelo. Supo construir un imperio logístico a partir de visión, trabajo y una capacidad de gestión, que lo puso en la cima.
Luego, diversificó sus intereses con apuestas en hotelería, arte, gastronomía y transporte urbano. Hoy, en una etapa más madura, analiza cada paso sin apuro, rodeado de su círculo íntimo, observando el nuevo tablero del mundo empresarial con la misma precisión con la que alguna vez leyó el futuro de San Juan.
«Soy un sobreviviente por historia, estratega por necesidad, empresario por vocación, y visionario por naturaleza. Pero, ante todo: sanjuanino con compromiso».
Un imperio construido sobre ruedas
Pedro Ponte comenzó desde abajo, aunque algunos no lo crean, pero con una obsesión: crecer. El punto de inflexión llegó cuando detectó el crecimiento inminente del sector minero en la provincia y se posicionó como un proveedor estratégico de transporte para las empresas del sector.
Por eso, supo colocar bien sus últimas fichas, se endeudó, pero apostó por un proyecto de una red de colectivos, camiones y personal para convertirse en proveedor minero. Este proyecto superó los 1000 trabajadores entre empleos directos e indirectos. Así fue, durante muchos años, el hombre detrás de la logística minera en San Juan. «Veladero fue mi gran salto. En un momento llegamos a tener más de 1.000 empleados y contratistas, movilizando flotas de más de 180 unidades entre camiones, colectivos y equipos de soporte. Nuestra logística cubría desde Jáchal hasta plena cordillera, operando a más de 4.000 metros de altura. Fue un desafío técnico, humano y operativo. Y lo logramos con equipos locales, formados en San Juan«, detalla Pedro.
San Juan y una transición peligrosa
Respecto de su visión actual sobre la provincia, el empresario detalla: «San Juan está en una transición, pero peligrosa, si no se toman decisiones firmes, puede caer en el estancamiento. Hay talento y recursos, pero falta visión a largo plazo. No alcanza con administrar: hay que liderar».
Y amplía diciendo: «Le falta planificación seria y continuidad. San Juan produce cerca del 35% del oro de Argentina, pero no hemos logrado que esa riqueza se transforme en infraestructura ni desarrollo sostenible. La minería dejó más de mil millones de dólares en exportaciones en la última década, pero no supimos capitalizarlo como región. Con reglas claras y trabajo conjunto, podríamos triplicar el impacto económico local en diez años».
Diversificación inteligente
Dos Bahías Lake Resort – Villa La Angostura
El verdadero empresario es el que sabe cuándo moverse. Y Pedro lo hizo. Cuando su estructura alcanzó solidez, se volcó a nuevos sectores: compró hoteles, impulsó restaurantes, invirtió en transporte urbano y hasta financió iniciativas culturales. Fue uno de los primeros empresarios sanjuaninos en apostar al arte como puente entre el desarrollo y la identidad.
En las paredes de algunas de sus propiedades cuelgan lienzos de consagrados artistas de renombre internacional como el sanjuanino Mario Pérez.
Servicio de transporte de pasajeros «Mi Bus», en Bariloche
La diversificación no fue solamente una estrategia financiera, sino también una apuesta por dejar huella. Pedro nunca se quedó en su zona de confort. Sus negocios fueron siempre reflejo de una mentalidad inquieta, de largo plazo: «Algunos empresarios están acompañando el crecimiento de San Juan, pero otros siguen cómodos. No se puede crecer sin empresarios que se involucren, que propongan, que apuesten. No hay progreso sin riesgo. Y tampoco sin generosidad», cuestiona Ponte.
De San Juan a Europa: La nueva etapa
Hoy Pedro Ponte divide su tiempo entre Argentina y Europa. Su base de operaciones está Madrid. Desde allí, supervisa nuevas sociedades, alianzas e inversiones. Lo hace con bajo perfil, pero con una red que crece en silencio.
Ponte sigue vinculado con San Juan y con el mundo minero, está al tanto de los movimientos clave, de los nuevos jugadores y del impacto que los proyectos internacionales tienen y tendrán sobre su provincia natal. Consultado sobre cómo ve la provincia comenta: «La veo con esperanza, pero también con preocupación. San Juan tiene todo para ser una potencia regional: minería, sol, agua, turismo, historia. Pero necesita un plan integral.
Desde Europa uno valora más lo que tenemos, y duele ver que falta coordinación para dar ese salto de calidad. Yo no me fui, solo amplié la mirada».
Al respecto de si invertiría en minería nuevamente, expone que: «Sin dudas. La minería representa más del 60% de las exportaciones sanjuaninas, y puede ser el motor de desarrollo regional por 30 años más, pero hay que hacerlo con otra mirada: más valor agregado, más compromiso social y más profesionalismo. Si eso se diera, por supuesto que sí».
Entre admiración y envidia
Pedro Ponte no es indiferente a las miradas. Su figura genera respeto y a veces incomodidad. Muchos lo admiran por su trayectoria, otros lo critican por su estilo directo y reservado. “Viví traiciones, decepciones y fracasos. Pero aprendí a mirar todo desde otro lugar”, confiesa.
En su madurez, se muestra más reflexivo, más selectivo y más firme en sus decisiones.
Recibe propuestas políticas, empresariales e institucionales, pero las evalúa con calma, rodeado de su círculo íntimo y con la tranquilidad de quien ya ha demostrado mucho, pero aún no ha dicho su última palabra. «Estoy decidido a volver a invertir en lo humano, armar redes, crear puentes entre Europa y San Juan. A veces el mejor proyecto no es un negocio, es una idea que une mundos», detalla Pedro.
Un legado en construcción
Soltero y padre de dos hijos, Pedro Ponte continúa escribiendo su historia.
No busca reconocimiento ni cargos públicos, pero sabe que su experiencia y su red de contactos pueden ser claves en los nuevos tiempos que atraviesa San Juan: «Quiero que mis hijos y los jóvenes de San Juan puedan decir: Hubo un empresario que no se conformó con ganar, sino que devolvió”, cuenta, y añade. «Me gustaría dejar una fundación de formación técnica y empresarial gratuita, que cada año prepare a 100 jóvenes para liderar sus proyectos. Porque si yo pude hacerlo, habiendo empezado sin nada, otros también pueden».
Una mirada sobre Argentina
«Argentina lo tiene todo: recursos, talento, ubicación. Pero seguimos atrapados en un ciclo de improvisación. Desde Europa se nota aún más. Mientras otros países crecen el 3% anual, nosotros discutimos cómo frenar la inflación. Y eso desalienta al inversor. Hoy, menos del 15% del capital extranjero llega al interior productivo: eso tiene que cambiar», se lamenta Ponte.
En cuanto a si considera que vale la pena invertir en el país, el empresario resume: «Siempre vale la pena si uno piensa en largo plazo. Yo llegué a invertir más de 20 millones de dólares en activos productivos en Argentina: transporte, minería, hotelería. Pero para volver a apostar fuerte, necesitamos previsibilidad. No se trata sólo de ganar, se trata de poder proyectar. Y hoy, muy pocos pueden hacerlo sin riesgo excesivo».
Asimismo, agrega que para atraer las inversiones al país se necesitan reglas claras «Es fundamental ofrecer estabilidad, seguridad jurídica y un diálogo sincero entre Estado y sector privado. Y algo más: respeto por quienes arriesgan y generan empleo. El empresario no es enemigo, es parte de la solución».
Su gestión como presidente de Desamparados
En 2013 Pedro fue electo presidente del club de fútbol Sportivo Desamparados, que se encontraba atravesando una enorme crisis ecónomica. «El fútbol es pasión, pero también política, gestión, presión. Fue una etapa intensa. Me dio muchas amistades, y también muchas lecciones», relata. En cuanto a los aprendizajes que le dejó esta experiencia comenta: «Que no alcanza con talento: hay que tener equipo. Y todo se define en los detalles. También que la lealtad vale más que los resultados».
Desde Marbella, Madrid o desde Iglesia o Barreal, Pedro Ponte sigue siendo el mismo: un empresario con visión, coraje y una claridad poco común.
Un ejemplo de que se puede ser argentino, sanjuanino, global y coherente. Y, sobre todo, un testimonio viviente de que los grandes proyectos comienzan con una mirada, pero se consolidan con trabajo, resiliencia y una estrategia sin estridencias. «Mis lecciones más valiosas son: saber que todo pasa, que no hay derrota definitiva si uno tiene claro quién es, y que los valores no se negocian, aunque duela».