Vicuña cotiza antes de producir: ¿La minería es también un negocio financiero?
Mario Juárez, referente técnico del sector minero, explica el fenómeno detrás de la millonaria suba bursátil de Lundin Mining tras anunciar su distrito minero en San Juan
Por Lucas Laciar
Cuando en diciembre de 2024 Lundin Mining anunció la creación del distrito minero Vicuña, en alianza con BHP, las noticias no sólo sacudieron a la industria minera de San Juan.
Lo que pocos anticiparon fue la reacción en los mercados financieros: en apenas seis meses, las acciones de la firma canadiense habrían subido en torno a un 21,96 % en la bolsa de Toronto, elevando su valor bursátil en más de 2.100 millones de dólares, según información de especialistas del sector bursátil.
Todo eso ocurrió sin que la empresa aún haya comenzado obras de construcción. Mientras en la provincia se espera la llegada de camiones y obradores, en los gráficos de la bolsa ya hay quienes están cosechando ganancias.
¿Es esto algo negativo? ¿Una burbuja especulativa? ¿O es parte natural del negocio minero en el siglo XXI? Para responder estos interrogantes, ACERO Y ROCA consultó a Mario Juárez, ingeniero de minas con más de 25 años de trayectoria, exgerente de planificación en proyectos de clase mundial, vocal del CADIM y una de las voces más claras para entender las reglas del juego que muchas veces no se ven desde la superficie.
“La minería necesita ser un negocio bursátil”
Mario Juárez no esquiva la polémica. Todo lo contrario, la enfrenta con precisión técnica y con una claridad que se agradece.
“Hay que desmitificar el tema del negocio bursátil. La minería es un negocio. Que sea bursátil, es necesario. Las empresas se fondean en las bolsas, no hay nada conspirativo en eso”, comienza.
Y avanza aún más: “El crecimiento accionario es un objetivo buscado, totalmente lícito. Es parte del sistema de financiamiento. El problema es que en Argentina se ha enseñado a combatir el capital, y eso es un error garrafal”.
Para Juárez, el fenómeno Vicuña no es más que la consecuencia lógica de una operación sólida. La fusión de activos, las reservas certificadas, el contexto macroeconómico más favorable y la reputación de los jugadores implicados, como BHP y Lundin, forman, según él, un “combo” que naturalmente genera confianza e inversiones.
“Una suba del 21 % es absolutamente esperable. De hecho, ojalá fuera del 50 %. Y ojalá eso les pasara a todas las empresas en Argentina. Es síntoma de que hay confianza”, afirma.
No sólo esta empresa aumentó su valor en bolsa
Juárez explica que este fenómeno no se reduce a una sola empresa. “Todas las compañías con activos físicos sólidos han visto crecer sus acciones: oro, cobre, litio. Hay una búsqueda global de activos tangibles frente al debilitamiento del dólar, al exceso de deuda pública en Estados Unidos. La gente quiere invertir en algo real, y la minería lo es”, señala.
Y es ahí donde Vicuña se convierte, según el experto, en un caso paradigmático.
- “La fusión entre Josemaría y Filo del Sol, la sinergia entre Lundin y BHP… todo eso genera expectativas. Lo que hoy vale más en la bolsa, es la confianza. Y la confianza se construye con geología, equipos técnicos y visión estratégica”
«La minería es un negocio. Que sea bursátil, es necesario».
En este contexto Juárez profundizó sobre el caso Vicuña: .”Hay dos empresas con un proyecto sólido, con excelentes certificaciones, con una cantidad de reservas impresionantes que lo convierten en un yacimiento de clase mundial. Entonces, es esperable que la gente encuentre seguridad en ese proyecto y en la seriedad de esas empresas».
Y agrega: «Además, hay que decirlo, Argentina ha trabajado en el contexto macroeconómico, produciendo modificaciones a la perversidad con la que se manejaron las gestiones anteriores, que permiten tener más confianza en el país. Entonces, el mundo cuando se pone optimista, presta capital. Cuando presta capital a las empresas, las acciones de las empresas suben. Y es algo fabuloso, es algo que tenemos que estar muy contentos».
Mario Juárez, ingeniero de minas con más de 25 años de trayectoria, exgerente de planificación en proyectos de clase mundial, vocal del CADIM
¿Y el que no tiene millones para invertir, puede hacer pequeñas inversiones mineras?
“No sólo puede, debería hacerlo. Es parte del mercado de capitales, que es más popular de lo que creemos. El gran secreto del mercado de valores es que está hecho para todos. Pero acá seguimos pensando que solamente el capitalista señor de galera puede invertir”, responde con tono crítico.
- “Uno de los problemas es que los argentinos, y en particular los sanjuaninos, tenemos una visión comunista del mercado de capital y pensamos que el «señor Monopolio», aquel hombrecito de bigotes y galera, dueño de todo y mezquino en todo, es el único que puede participar en el negocio de las acciones mineras”.
Juárez remarca que existen brokers en San Juan, que permiten hacer pequeñas inversiones en empresas que cotizan en bolsas extranjeras. “No hay que hacer maniobras raras. Sólo buscar asesoramiento, entender el proyecto y tomar decisiones informadas. Hay aplicaciones, plataformas, incluso agentes que te ayudan a armar carteras diversificadas”.
Lo que falta
Pero también denuncia un vacío estructural: «Argentina no tiene aún un consejo profesional de ingenieros de minas que permita certificar recursos y reservas bajo normativas internacionales». Esa falta, y según el especialista, eso impide que las empresas locales puedan cotizar con transparencia en la bolsa argentina. “Eso sería clave para democratizar aún más el acceso a la inversión minera”, plantea.
«La gente quiere invertir en algo real, y la minería lo es”.
Una oportunidad, pero también una señal de alerta
Lundin Mining hoy valdría más de USD 11.700 millones en el mercado, sin haber comenzado todavía la construcción efectiva de la mina. Es una señal de potencial, sí, pero también de expectativa latente. Y como todo en los mercados, eso puede cambiar si no se materializan avances en el terreno.
Este incremento del valor de la empresa, por lo explicado por el especialista es algo espera, importante y necesario. Pero en este contexto, inevitablemente, aparece la pregunta que muchos se hacen: ¿Cuándo empieza realmente Vicuña?
La minería del siglo XXI no sólo se juega en la alta montaña. Se juega también en la pantalla de una bolsa de comercio, en los indicadores financieros, en los fondos de inversión que rastrean con precisión milimétrica dónde poner cada dólar.
El caso de Lundin Mining y el distrito Vicuña demuestra cómo un anuncio bien armado, respaldado por geología sólida y reputación empresarial, puede multiplicar el valor de una compañía en semanas.
Ahora, mientras Vicuña ya genera millones para los que tienen acciones, en San Juan muchos siguen esperando que ese valor se vuelve a la economía local, en un momento de crisis y ansiedad por el boom minero, que ya empezó a cotizarse.