TRUMP DESATA LA GUERRA ARANCELARIA AL COBRE: ¿QUIÉN PAGARÁ EL COSTO?
En una reunión del gabinete, el presidente Donald Trump dejó en claro un cambio de paradigma: anunció un arancel del 50 % sobre las importaciones de cobre, una medida que va más allá del tradicional proteccionismo sobre acero y aluminio.
Por Mark Philips
Donald Trump, presidente estadounidense, aplicará un arancel al cobre
El anuncio de Trump desde La Casa Blanca señala la culminación de un cambio drástico que se ha producido en el mercado del cobre desde que el presidente anunció por primera vez sus planes de imponer aranceles al cobre en febrero. El consiguiente aumento de los precios en Estados Unidos provocó una avalancha en toda la industria para importar metal a Estados Unidos; las reservas en el país se han disparado, mientras que el resto del mundo se enfrentaba a una creciente escasez de suministro.
“Es hora de que el cobre se produzca en América, sin excepciones”, afirmó el secretario de Comercio, Howard Lutnick, presentándolo como una medida de seguridad nacional para garantizar la autosuficiencia en un metal esencial para infraestructura, vehículos eléctricos y sistemas militares.
Los comerciantes de cobre que se apresuran a transportar cargamentos hacia Estados Unidos buscan cambiar las entregas a Hawái y Puerto Rico para reducir los tiempos de envío, ya que el plan de Donald Trump de imponer aranceles del 50 por ciento al cobre, amenaza con cerrar la puerta a un comercio de arbitraje enormemente rentable que ha afectado a la industria durante meses.
Voces que resuenan más allá de la Casa Blanca
Chile, el gran productor mundial
Desde Santiago de Chile , Máximo Pacheco, presidente de Codelco, expresó cautela: “Necesitamos saber qué productos se incluyen y si será una medida general o selectiva” . Mientras tanto, el ministro de Relaciones Exteriores Alberto van Klaveren aseguró que “Chile seguirá buscando y encontrando nuevos mercados”, evitando depender únicamente del gigante norteamericano.
México, un socio estratégico
La presidenta Claudia Sheinbaum irradió firmeza diplomática: “Podríamos reorientar nuestras exportaciones si es necesario”. México no descarta responder con aranceles a productos estadounidenses, aunque prefiere agotar las negociaciones.
Donald Trump le declara la guerra a Lula por el juicio a Jair Bolsonaro y sube aranceles a Brasil al 50 %
Brasil la mas afectada
El presidente Donald Trump anunció mediante una carta enviada al presidente Lula da Silva , que Estados Unidos impondrá una tarifa del 50% a «todas las importaciones provenientes de Brasil» a partir del 1 de agosto, como represalia por el juicio que enfrenta el expresidente brasileño Jair Bolsonaro y por lo que calificó como una relación comercial y de mercado “muy injusta” entre ambos países.
Además de las críticas políticas, Trump argumentó que las políticas comerciales brasileñas han generado “déficits comerciales insostenibles” para Estados Unidos, que amenazan su economía y seguridad nacional.
El presidente brasileño informó que responderá a la decisión de Trump aplicando la ley de reciprocidad económica, aunque no detalló si piensa subir al 50 por ciento los aranceles a las importaciones procedentes de EEUU ni cuándo lo hará.
También añadió en sus redes sociales que : «Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptará ser tutelado por nadie».
Japón y Corea del Sur, urgencia diplomática
Ambos países iniciaron consultas con Washington. En Japón, se enfatizó que cualquier tarifa de este tipo “afectará seriamente a la reconstrucción de relaciones y la transición económica”.
Australia, una advertencia directa
El primer ministro Anthony Albanese afirmó: “Esto demuestra que nada está fuera del alcance de estas decisiones”. En el ASX, las acciones de mineras locales cayeron entre 3 % y 7 % , generando incertidumbre en los mercados.
Mercado en tensión: ¿Quién gana y quién pierde?
Las bolsas han reaccionado con mucha incertidumbre y grandes movimientos ante el anuncio de la subida de aranceles al cobre
La respuesta fue inmediata en los mercados globales. En EE.UU., los futuros de cobre en Comex treparon entre un 12 % y 17 % en una sola sesión, mientras en el LME y SHFE se observó una caída; un fenómeno que los analistas describieron como “corrida especulativa antes del cierre de julio”.
Citi advirtió que esta medida “podría cortar las importaciones refinadas de cobre de EE.UU. para el resto de 2025”.
Para ciertos productores estadounidenses, como Freeport-McMoRan y Southern Copper, esta crisis representa una oportunidad: Morgan Stanley ya les asignó calificaciones optimistas basadas en la ventaja competitiva que tendrán dentro de EE.UU. En Europa, el gigante Prysmian, con producción local en Texas, vio sus acciones subir por la expectativa de mejores márgenes.
Un movimiento con consecuencias en tres tiempos
A corto plazo, los importadores estadounidenses aceleran compras para adelantar envíos antes del 1 de agosto; de allí el histórico precio de US $5.68 por libra en Comex. Pero esa marcha también generó un excedente inédito (440.000 toneladas) que presiona los precios a la baja.
En el mediano plazo, los países afectados, especialmente Chile y México, acelerarán su diversificación hacia Asia y Europa. Australia ya advirtió sobre el impacto en energías renovables.
En el largo plazo, EE.UU. puede encender el motor de nuevas minas domésticas. Sin embargo, la compleja tramitología y regulación minera demora entre 10 y 17 años, según la consultora Sprott. Existe un «truco» legislativo: Trump ya había activado el Defense Production Act para agilizar proyectos nacionales de metales críticos.
¿Qué busca realmente Washington?
EE.UU. ya ha puesto sus condiciones con idea de recaudar, habrá que ver que movimientos harán el resto de países afectados
La estrategia de Trump combina proteccionismo duro con diplomacia de presión. El secretario Lutnick lo resumió claramente: “Nuestro objetivo es terminar con prácticas que han debilitado a nuestra minería nacional”.
En términos monetarios, la estrategia rinde frutos: EE.UU. ha recaudado ya US $100.000 millones en aranceles durante 2025, y espera llegar a US $300.000 millones al cierre del año. Pero esto no está exento de riesgos: encarecerá insumos clave para la transición energética, los vehículos eléctricos, la infraestructura y el sector militar.
EE.UU. ha lanzado una bomba con el arancel del cobre: por un lado, busca reforzar su autonomía estratégica; por otro, dispara precios, tensiona cadenas globales y crea incertidumbre diplomática.
En el corto plazo, algunos ganan, otros se ajustan. Pero en el mediano y largo plazo ¿Podrá compensar EE.UU. su déficit minero con producción local?, ¿O quedará atrapado en una guerra comercial costosa y contraproducente?.