EL PENTÁGONO ENTRA EN EL NEGOCIO DE LA MINERÍA
En una decisión histórica que combina estrategia militar, política industrial y pulso geopolítico, el Departamento de Defensa de Estados Unidos (Pentágono) anunció la compra del 15% de MP Materials, la mayor productora de tierras raras del país. La operación, valuada en 400 millones de dólares, convierte al gobierno estadounidense en el accionista principal de una empresa minera por primera vez en décadas.
Por Mark Philips
El Pentágono se convierte en el principal accionista de la minera de tierras raras MP Materials
El gobierno de los EE UU se ha convertido en el mayor accionista de la minera de tierras raras MP Materials.
El Pentágono ha anunciado que adquirirá una participación del 15% en el capital de la compañía por 400 millones de dólares en una operación destinada a reducir la dependencia que tiene de China para el suministro de estas materias primas claves para la fabricación de componentes en el sector armamentístico, tecnológico e industrial
El mercado respondió con euforia: las acciones de MP Materials se dispararon un 50% en Wall Street, alcanzando un máximo no visto desde 2021. Pero más allá del furor financiero, lo que está en juego es el control de un recurso clave para la soberanía tecnológica y militar de las grandes potencias.
El nuevo oro del siglo XXI
Las tierras raras no brillan como el oro ni cotizan como el petróleo, pero sin ellas, no hay vehículos eléctricos, celulares, turbinas eólicas, ni misiles hipersónicos. Estos minerales, esenciales para fabricar imanes de alto rendimiento, se han convertido en el insumo más crítico de la transición tecnológica y energética.
El problema es que más del 90% del procesamiento global de tierras raras se concentra en China, lo que deja a Occidente en una posición de dependencia vulnerable. Con esta inversión en MP Materials, empresa con sede en Las Vegas y operaciones en California y Texas, Estados Unidos busca cortar esa dependencia y asegurar el abastecimiento directo para su industria de defensa.
Una jugada que cambia las reglas del tablero geopolítico
Después de conocerse la noticia de la compra de acciones por parte del Pentágono, las acciones de MP Materials se dispararon cerca de un 50%
El conflicto por las tierras raras no es nuevo. Desde la guerra comercial desatada en 2018 por Donald Trump, China ha usado el control de estos minerales como herramienta diplomática y económica. Cada vez que se tensan las relaciones entre Washington y Pekín, reaparece el fantasma de un bloqueo exportador que dejaría a EE. UU. sin capacidad de fabricar sus propios componentes críticos.
Con este nuevo acuerdo, el Pentágono no sólo invierte en capacidad extractiva, sino también en refinación y manufactura. Se construirá una nueva planta de producción de imanes en territorio estadounidense, con una capacidad estimada de 10.000 toneladas anuales, suficiente para cubrir la demanda nacional tanto comercial como militar.
Además, el contrato garantiza un precio mínimo de compra para proteger a MP Materials de una eventual guerra de precios que China podría lanzar abriendo masivamente su producción para desplomar el mercado global.
De Mountain Pass al corazón del Pentágono
MP Materials opera en la histórica mina de Mountain Pass, en California, y ha invertido en tecnologías de refinado y manufactura para salir del círculo de dependencia con plantas chinas. La empresa se fundó en 2017 y, en menos de una década, se ha convertido en el símbolo del renacimiento minero estratégico de EE. UU.
El acuerdo, además, prevé que la compañía construya una nueva fábrica para producir imanes de tierras raras, unos componentes altamente valorados por su potencia magnética pese a su pequeño tamaño.
Con este nuevo respaldo estatal, la compañía consolida su transformación: de operador emergente a brazo industrial del complejo militar estadounidense. La capacidad de producción ascenderá a 10.000 toneladas anuales, lo que, según ha expresado la compañía, cubre las necesidades comerciales y de defensa de EE.UU.
Y marca el camino de una nueva era en la que la minería deja de ser un sector secundario para convertirse en pilar de la seguridad nacional.
El acuerdo, además, prevé que la compañía construya una nueva fábrica para producir imanes de tierras raras, unos componentes altamente valorados por su potencia magnética pese a su pequeño tamaño
Una advertencia global para el resto del mundo
La entrada del Pentágono al negocio de los minerales críticos es mucho más que una apuesta financiera. Es un mensaje directo al resto de las potencias: la competencia por los recursos estratégicos será el núcleo de los conflictos del siglo XXI. Y no habrá lugar para la improvisación.
Para América Latina, África o Asia, el movimiento estadounidense anticipa una carrera sin retorno: quien no controle su cadena minera completa quedará expuesto a presiones externas y a la pérdida de soberanía sobre su subsuelo. La diplomacia de los minerales ha comenzado, y el mapa global ya se está reconfigurando.