¿Quién decide en una mina? El CADIM apuesta por la profesionalización
El CADIM y el desafío del control profesional en la minería argentina
Francisco Almenzar, presidente del Colegio Argentino de Ingenieros de Minas (CADIM), dialogó con ACERO Y ROCA sobre las funciones de la institución, la urgencia de contar con un organismo con poder de matrícula en San Juan, y el objetivo de profesionalizar aún más la industria minera. “Las decisiones técnicas deben estar en manos de profesionales calificados y responsables”, remarcó.
Por Yenhy Navas
Francisco Almenzar presidente CADIM
Un organismo técnico con visión federal y rol activo
El Colegio Argentino de Ingenieros de Minas (CADIM) cumple un rol cada vez más visible en el desarrollo de la minería nacional. Su presidente, el ingeniero Francisco Almenzar, destacó que una de las funciones centrales del organismo es mantener un registro detallado y actualizado de los ingenieros de minas y metalurgistas del país: dónde se formaron, qué experiencia tienen y en qué tipo de proyectos están trabajando.
“Queremos tener trazabilidad sobre los buenos profesionales y, cuando hay errores, poder intervenir para resolverlos”, explicó.
A su vez, CADIM realiza aportes técnicos y revisiones de los Informes de Impacto Ambiental (IIA) que presentan los proyectos mineros, no solo en San Juan, sino en otras provincias productoras.
La institución también colabora activamente con legisladores provinciales y nacionales. “En varias oportunidades fuimos convocados desde Santa Cruz, Catamarca o Jujuy. En San Juan no siempre ocurre, pero cada vez que nos llaman, estamos”, dijo.
Hacia un control profesional con administración de matrícula
Uno de los principales objetivos del CADIM es lograr en San Juan la creación de un Centro o Consejo de Ingenieros de Minas con poder para administrar la matrícula profesional. Mientras que Catamarca ya avanzó en ese sentido, utilizando como base el proyecto sanjuanino, en la provincia cuyana el debate aún sigue abierto.
“Es fundamental saber quiénes toman las decisiones técnicas en un proyecto minero. No es lo mismo que una mina dure 10 años a que dure 20 o 100, y eso se define con ingeniería. Por eso necesitamos herramientas para supervisar la práctica profesional, y también para sancionar a quienes no cumplan con los estándares técnicos adecuados”, enfatizó Almenzar.
El ingeniero fue enfático al señalar que muchas decisiones mineras tienen consecuencias directas en la seguridad de los trabajadores, la gestión ambiental o la viabilidad económica de los yacimientos. “Necesitamos poder suspender una matrícula si alguien no actúa con responsabilidad. La minería seria empieza por saber quién decide y con qué formación lo hace”, aseguró.
Formación continua y vínculo con la minería global
Actualmente, CADIM cuenta con más de 500 profesionales asociados, incluyendo especialistas en metalurgia, diseño de diques de cola, planes de cierre, operación subterránea y procesamiento de minerales. Muchos de ellos dictan clases en universidades y programas de posgrado en todo el país, y mantienen vínculos activos con colegas que trabajan en Canadá, Colombia, Australia y otras regiones mineras de referencia.
“Cuando nos visitan profesionales desde el exterior, aprovechamos para actualizar conocimientos. Yo mismo estoy haciendo una maestría en Gestión de Recursos Minerales. Apostamos a la capacitación continua porque sabemos que la minería cambia día a día”, sostuvo Almenzar.
Hacia una minería con certificación profesional y estándares globales
Uno de los objetivos estratégicos del CADIM es que Argentina pueda contar con un sistema propio para certificar profesionales como Qualified Person (QP), una figura clave en los estándares internacionales de reporting minero (como el código CRIRSCO). Hoy, solo un puñado de ingenieros de minas argentinos accedieron a esa calificación, y lo hicieron a través de organismos extranjeros.
“Necesitamos el control de matrícula para poder integrar una entidad nacional que otorgue el nivel QP. Eso daría transparencia y credibilidad técnica a nuestros proyectos frente a los mercados internacionales”, afirmó.
Una ley pendiente que puede cambiar el rumbo
CADIM impulsa hace años un proyecto de ley para crear en San Juan el Centro de Ingenieros de Minas y Metalurgia Extractiva. Según Almenzar, durante gestiones anteriores no hubo avances concretos, pero ahora ve con optimismo el contexto político actual.
“Estamos entusiasmados con que, durante el gobierno de actual, esta ley pueda tratarse y aprobarse. No es un pedido corporativo: es una necesidad para garantizar que en San Juan se haga la mejor minería posible, con los mejores profesionales”, concluyó.