TSUNAMI EN LA COSTA CHILENA: BHP ¿Mantuvo a trabajadores en la planta pese a la alerta?
Durante la madrugada del jueves 1 de agosto, un sismo de magnitud 8,7 sacudió el océano Pacífico y activó una alerta de tsunami que obligó a evacuar zonas costeras en varias regiones de Chile. En Coloso, una localidad del norte chileno, donde opera la planta desaladora de la minera BHP, vital para el funcionamiento de Escondida, el mayor yacimiento de cobre del mundo, los trabajadores vivieron horas de miedo e incertidumbre.
Por William Cortez
Un medio chileno expone que BHP no evacuó a trabajadores de desaladora en Coloso pese a alerta de tsunami: los mantuvo dentro de la planta cercana al mar esperando que pasara la alerta
Tras el sismo de magnitud 8.7 registrado frente a la península de Kamchatka, Rusia, el Comité para la Gestión del Riesgo de Desastres (COGRID) Regional activó una serie de medidas en la región de Antofagasta, incluyendo la evacuación total del borde costero hasta la cota 30, la suspensión de clases y de toda actividad comercial, industrial y recreativa en zonas costeras como Antofagasta, Mejillones, Tocopilla y Taltal.
Según testimonios recogidos por el trabajador portuario Javier Rojas a un medio chileno el sismo mostró la cara más dura de algunas operadoras mineras.
Se trata de trabajadores de BHP en la desaladora de Puerto Coloso, instalación clave para el funcionamiento de Minera Escondida, que denunciaron que no fueron retirados del recinto, pese a encontrarse en una zona de riesgo. Aunque no se los obligaba a trabajar al aire libre, la empresa los mantuvo dentro de la planta, lo que los dejaba expuestos en una instalación ubicada peligrosamente en primera línea marítima.
Pese a la instrucción oficial de evacuar todas las zonas costeras, Rojas expresó que la empresa no autorizó la salida del personal que se encontraba trabajando en la desaladora, una instalación crítica para el suministro de agua en la faena minera.
“No somos desechables”: el grito desde adentro
Según relata el trabajador portuario, los testimonios de los propios trabajadores son contundentes. “Nos dijeron que nos mantuviéramos en el lugar. Que no nos moviéremos. Sabíamos que había una alerta de tsunami y no hicieron nada”, denunció uno de los empleados. Otro fue más directo: “No somos desechables”.
Trabajadores de BHP en la desaladora de Puerto Coloso, instalación clave para el funcionamiento de Minera Escondida
¿Cuál es la necesidad de mantener a los trabajadores en sus puestos cuando hay una alerta de tsunami activa?
Esto es exponer directamente la integridad y la vida de las y los trabajadores. «La empresa se negó a evacuarnos no porque estuviéramos seguros en la zona que ellos designaron, sino porque querían que, apenas pasase la alarma, volviéramos a trabajar como si nada hubiera ocurrido» explicaron trabajadores mineros.
«Esto no solo es irresponsable, es escandaloso. Priorizar la continuidad operativa por sobre la seguridad de las personas refleja el desprecio absoluto por las vidas. Vamos a exigir que se respeten el protocolo de evacuación y que se garantice la seguridad de los trabajadores sin condiciones», expresaron responsables sindicales de la planta.
La desaladora: vital para la producción, pero una trampa en la emergencia
La planta desaladora de BHP en Coloso es una infraestructura clave: sin su aporte de agua, la producción de Escondida se detiene. Eso la convierte en una instalación prioritaria dentro del engranaje minero.
Pero también, como evidenció esta situación, en una trampa si no se contemplan protocolos adecuados ante riesgos naturales.
Las autoridades nacionales sí emitieron la orden de evacuación. El mar tenía un potencial destructivo real, pero según expresó el medio trasandino, en la cadena de decisiones corporativas, la prioridad no fue proteger vidas, sino preservar operaciones.
La minería no puede ignorar la dignidad
Desde la Seremi de Minería y la Delegación Presidencial indicaron que el «reporte entregado por las empresas mineras que cuentan con instalaciones portuarias, muelles, plantas y oficinas administrativas en el borde costero, fue positivo, por cuanto activaron sus protocolos de emergencia.»
Desde ACERO Y ROCA creemos firmemente que la minería del siglo XXI no puede permitirse decisiones que pongan en riesgo la integridad física y emocional de sus trabajadores. La seguridad no puede ser una declaración de valores en los manuales corporativos; tiene que ser una práctica real, tangible y diaria.
La confianza de las comunidades, de los empleados y del ecosistema minero en su conjunto se construye, y se destruye con actos concretos.
Las páginas web de muchas empresas están cargadas de la MISIÓN,VISIÓN Y VALORES de las compañías; de videos en las redes sociales hablando de la excelencia en la seguridad de los procesos que realizan, pero cuando existe un riesgo potencial de alerta que puede atentar contra la vida del trabajador minero, y hay que tomar decisiones concretas, los responsables de hacerlo ¿Están a la altura de las circunstancias?.
Una lección que no puede olvidarse
Todas las miradas están puestas en este momento en el presidente de Escondida, BHP, Alejandro Tapia
Chile, como Argentina y muchos otros países de la región, conviven con fenómenos naturales extremos. El riesgo forma parte del contexto, pero nada justifica la negligencia.
Este episodio debe servir como punto de inflexión: para revisar protocolos, para asumir responsabilidades y, sobre todo, para recordar que ninguna tonelada de cobre, oro, litio o plata, vale más que una vida humana.