Minería en debate: dos referentes opositores analizan el futuro del sector en San Juan
¿Qué piensan los políticos que no forman parte del Ejecutivo sobre la gestión minera y el momento que pasa la actividad en San Juan?
Por Lucas Laciar
Marcelo Arancibia y Franco Aranda analizaron los desafíos y oportunidades que se abren para la provincia en este nuevo ciclo minero
La minería en San Juan en debate
Marcelo Arancibia (GEN) y Franco Aranda (Frente Renovador) coinciden en que la minería representa una oportunidad histórica para San Juan. Sin embargo, sus diagnósticos y prioridades muestran matices: mientras Arancibia advierte sobre los riesgos de un modelo económico que concentre beneficios, Aranda pone el foco en infraestructura, comunicación y un salto hacia la industrialización.
En diálogo con ACERO Y ROCA, ambos referentes con proyección nacional analizaron los desafíos y oportunidades que se abren para la provincia en este nuevo ciclo minero.
Marcelo Arancibia: ¿Qué modelo de minería necesita San Juan?
Para el referente del GEN, San Juan enfrenta una discusión clave: “Debemos desarrollar, a partir de esta economía de mercado, un sector privado pujante, dinámico y capaz de competir no solo en la provincia, sino también en el mundo”.
Considera que la actividad minera, tal como está diseñada desde la Nación, coloca el recurso en manos privadas bajo concesiones, con el Estado como contralor y beneficiario vía impuestos. Pero advierte que no se puede caer en un “capitalismo extremo de ‘dejar hacer, dejar pasar’ y permitir que el gran capital concentre beneficios con muy bajo costo”.
Marcelo Arancibia: “Debemos definir el modelo de capitalismo que queremos”
Arancibia subraya que el rol del Estado debe ser activo para garantizar que la minería se convierta en un puntal de desarrollo económico, humano y social, evitando que “el beneficio se lo terminan llevando unos pocos”.
El objetivo, dice, es que la industria florezca, crezca y permita que la provincia salga “del letargo económico, social y de pobreza” en el que se encuentra, tras el agotamiento de modelos productivos tradicionales como la vitivinicultura.
Franco Aranda y el enfoque en la infraestructura para la minería
El dirigente del Frente Renovador plantea que la minería sanjuanina cuenta con estrictos controles ambientales, “mucho más que otras industrias”, aunque reconoce que el problema es de comunicación: “La gente solo se entera cuando hay algún acontecimiento negativo, pero de los controles permanentes nadie se entera”.
Aranda señala la infraestructura como un punto crítico para viabilizar proyectos de gran escala: “Para hacer minería de gran escala se necesita infraestructura, buenos caminos y trenes, lo cual es muy importante”. Y propone no quedarse en la extracción primaria: “Debemos tener la capacidad de negociar con las empresas para transformar los productos, hacer refinerías y ver si se pueden armar plantas de baterías”.
Franco Aranda: “Si somos buenos estrategas, tendremos un futuro próspero”
También defiende la prioridad de empleo local y la capacitación para cumplir con estándares técnicos y comunicarse en otros idiomas, dado que “cuando esto tenga mucho movimiento, también habrá mucha gente del extranjero y es bueno poder comunicarse bien”.
Aranda sostiene que, si se planifica como política de Estado, la minería puede generar un fuerte efecto multiplicador económico: “Si somos buenos estrategas, nos aseguraremos un futuro muy próspero para San Juan y para las próximas generaciones”.
Dos miradas, un desafío común
Arancibia y Aranda coinciden en que la minería es una oportunidad histórica para la provincia y que la mano de obra local debe ser protagonista. Sin embargo, sus énfasis son distintos: Arancibia centra el debate en el modelo económico y el rol del Estado, mientras Aranda prioriza la infraestructura, la comunicación sobre controles y la industrialización de los recursos.
La minería en San Juan se encuentra en una encrucijada, con el debate sobre su futuro en pleno auge. Las visiones de Aranda y Arancibia, aunque distintas en sus prioridades, confirman que el consenso es una oportunidad histórica para la provincia.
El verdadero desafío será traducir estas visiones en políticas públicas que aseguren que los beneficios de la actividad se extiendan a toda la sociedad.