Iglesia: un pueblo minero que olvida a sus comerciantes locales
La otra cara de la minería en Iglesia: comerciantes sin oportunidades
ACERO Y ROCA recorrió locales comerciales de Rodeo para conocer cómo impacta en las ventas la presencia de la actividad minera y si todos los comerciantes tienen las mismas oportunidades de crecimiento o acceso al trabajo con las empresas.
Por Luciana Vignoli, enviada especial a Iglesia
Lea Castillo: Falta de oportunidades e incomunicación
Lea Castillo, proveedora de descartables y venta de comestibles, en su negocio en Iglesia
Lea Castillo, es una joven comerciante iglesiana que desde hace ocho años trabaja en un negocio de venta de descartables y otros productos. En sus palabras queda expuesta la falta de oportunidades y la dificultad para acceder a los beneficios que otros proveedores sí consiguen con el sector. Castillo explica que, en muy pocas ocasiones, pudo vender insumos a personas que trabajan con empresas, especialmente a quienes preparan viandas para los mineros. Sin embargo, subraya que esos vínculos no son permanentes ni seguros. “Algunas personas que venden viandas y trabajan con los mineros me han comprado, pero no es permanente. No es seguro”, dice Lea.
Fallas de comunicación
La comerciante afirma que intentó participar en las capacitaciones y reuniones convocadas para proveedores, pero se encontró con un escenario cerrado y repetitivo donde el beneficio quedaba siempre en el mismo grupo de personas. “Vas a esas charlas y están las cinco personas de siempre y ya sabés que no tenés chances, entonces es muy frustrante porque siempre son los mismos” dice Lea y agrega que “lo he tratado varias veces, pero nunca se dio. Siempre es muy cerrado, muy hermético todo”.
La joven comerciante también remarca que falta más comunicación sobre las convocatorias para participar de las capacitaciones y reuniones. “Es muy difícil llegar. Muchas veces ni te enterás de que hay una charla o una reunión para proveedores, y después ves un posteo diciendo que estuvieron reunidos, y te cuentan que alguien que ni siquiera es de acá gana como proveedor. A mí nunca me avisan” explica Lea indignada.
Lea señala es la competencia desigual frente a supermercados grandes, que cuentan con más respaldo económico y acceden primero a las oportunidades.
Al ser consultada sobre lo que la actividad minera le ha aportado a nivel personal y empresarial, la joven es contundente con su respuesta. «Nada, ni a nivel personal ni como comerciante”. Sin embargo, Lea Castillo reconoce que hay personas que lograron progresar gracias a los contratos con empresas. “Ves que han podido cambiar el auto o que tienen ingresos seguros”.
Marcelo Ramos: Un kiosco, una plaza y una nueva oportunidad
Marcelo Ramos dueño del kiosco confitería de la plaza principal de Iglesia junto a su esposa Valeria
De profesión canillita
Marcelo Gastón Ramos vive desde hace más de veinte años en Rodeo, Iglesia. Llegó junto a su esposa Valeria, docente de Educación Especial ya jubilada. “Cuando llegamos acá, pusimos un kiosco de diarios y revistas. Estábamos ahí, entre dos arbolitos”. Con el tiempo y para modernizarse, Ramos transformó el kiosco en una pequeña confitería. El espacio con el que hoy cuenta fue construido con apoyo del municipio, que realizó el piso. «Ahora el proyecto es armar una mini biblioteca, para que sea algo así como un café literario», adelanta Marcelo.
El futuro de Rodeo
Consultado sobre la realidad de Rodeo, Ramos aseguró que el pueblo se mantiene “muy tranquilo” y reconoció que faltan oportunidades y motivación para los jóvenes. “Hay que hacer muchas cosas para que los chicos no anden en la droga, ni en el alcohol. Tienen que estar motivados, tiene que haber cosas, estructuras, infraestructuras para ellos, algo que les de un poco de esperanza y de entusiasmo y quieran quedarse acá, porque vean que tienen una salida” .
Respecto a la minería, actividad clave en la zona, Marcelo consideró que aporta recursos al departamento. “Yo creo que esta actividad deja mucho dinero acá, lo deben invertir, pero todavía faltan muchas cosas para hacer. En algún momento tiene que haber algo bueno para los pibes, que el que termina de estudiar acá tenga opciones, tenga un futuro».
José Archilla: oportunidades limitadas para los proveedores locales
José Archilla, proveedor y empleado de comercio, denunciando la falta de oportunidades en su negocio en Iglesia
José Archilla es empleado de comercio en Iglesia. Trabaja en Castillo RL, dedicada a la venta de muebles y artículos del hogar. Explica que la minería no impactó en el comercio ni lo beneficia: “Ni las mineras ni quienes trabajan allá nos compran a nosotros”, cuenta.
Paralelamente, Archilla es proveedor en el rubro mercadería en general y ropa de trabajo por pedido, y relata que: “Barrick en un principio me compraba y después no lo hizo más. Nosotros no podemos competir con precios de San Juan”.
Al respecto de los precios Archilla detalla que el problema es la diferencia de costos que hace inviable la competencia: “La cuenta es así: Para cobrar algo a 100.000 pesos lo compro en 80.000, gasto 5.000 en combustible, 5.000 en depósito y pago el 1,5% al fondo minero. No hay manera de sostener eso”. En ese sentido, José plantea que debería existir una regulación que contemple un margen especial para los pequeños proveedores.
Más que pedido, una broma
José recuerda que “Me presenté a una licitación con Vicuña para un servicio de limpieza en la oficina de Rodeo, hice todos los pasos que hay que hacer, pero la perdí con un monstruo de San Juan como la Marina” y reclama que “Yo vivo, tributo y consumo acá. Contrato gente de acá. No es justo”. Tras presentar una queja en la oficina de Vicuña, José fue contactado para realizar cotizaciones mínimas. «Me hicieron un pedido de 100.000 pesos, pagaderos a 45 días, que ni ganancia termina dejando”, explica y señala que no ha recibido respuestas que lleven noticias de cambio, ni desde la intendencia ni desde el gobierno provincial, mientras advierte que su situación no es un caso aislado. “Es poco lo que compran acá, a los iglesianos. Mi situación se repite en otras personas y lo sé porque entre nosotros hablamos, comparamos las situaciones, y es lo mismo”.
Enrique Mena: Una metodología que desgasta al proveedor
Enrique Silva Mena, comerciante y proveedor, en su empresa en Iglesia, San Juan
Enrique Silva Mena es comerciante de Iglesia y paralelamente tiene camiones, máquinas viales y empresa de transporte. Ha trabajado en Veladero y explica que “los proveedores locales no están bien atendidos por las empresas mineras” y agrega que “la idiosincrasia del pueblo y la falta de trabajo dificulta la inserción de los vecinos en los proyectos”.
Enrique especifica que cuando logra venderle a la operadora lo hace con su criterio: “Cuando me compran, es con las condiciones que yo impongo, que son justas y claras y son las que se imponen en todo el mundo”. Aun así, admite sentir impotencia al ver cómo otras empresas operan con menos restricciones, mientras él debe mantener estándares estrictos. Además de la dificultad para vender, el comerciante comenta la presión que sienten los proveedores locales para generar más empleo y ajustarse a las exigencias de las operadoras. “Es muy desgastante, porque las mineras quieren que usted ponga más gente, pero le ajustan el pantalón».
Estrategia calculada
El comerciante también denuncia retrasos en los pagos y la metodología implementada para desgastar a los proveedores. “La estructura de ellos está hecha para es. Hay que pelear por el precio, por los plazos, por elevar los estándares de calidad y de servicio, por entrar como proveedor… esa lucha es agotadora, para que uno termine diciendo -Me voy, no quiero participar con ustedes-. Entonces ahí tienen la excusa para traer gente que les resulta más funcional a sus intereses.” expone.
Enrique también explica que los proyectos locales de desarrollo de proveedores y licitaciones son oportunidades que no se distribuyen equitativamente. “De las veinte licitaciones que se presentaron ganaron los mismos de siempre», concluye.
Silencio cómplice del municipio
El testimonio de estos proveedores iglesianos pone en evidencia las barreras que enfrentan los pequeños comerciantes locales frente a las grandes empresas mineras, y expone que las oportunidades de trabajo y de comercio son muy limitadas. Queda claro que para Iglesia la promesa de desarrollo económico que acompaña a la minería está lejos de hacerse realidad.
ACERO Y ROCA durante su estancia en Iglesia concurrió a la Municipalidad, en varias oportunidades para contactar al intendente Jorge Espejo y tener su opinión y visión sobre lo que sucede en su departamento, pero no pudimos acceder a una reunión personal o telefónica con él ni con ningún funcionario de intendencia.