La jugada maestra de Chile: cómo capitalizará los proyectos mineros de Argentina
Hace unos días Ramón Rada, ex secretario ejecutivo del Tratado Minero Chile-Argentina, y economista de profesión describía claramente en una columna de opinión a un medio chileno la estrategia que el país vecino tiene trazado.
Por Redacción ACERO Y ROCA
Ramón Rada, economista y ex secretario ejecutivo del Tratado Minero Chile-Argentina
Un punto de inflexión para la minería sudamericana
Según sus palabras la minería y la energía en Sudamérica atraviesan un punto de inflexión. Dos oportunidades se perfilan como catalizadores de desarrollo: el hidrógeno verde en Magallanes, con inversiones proyectadas por más de US$70 mil millones, y el Tratado de Integración y Complementación Minera entre Chile y Argentina, firmado en 1997 y vigente desde el año 2000.
Este último es clave para entender el futuro inmediato: permite que los grandes proyectos del lado argentino aprovechen la infraestructura minera y logística instalada en Chile, optimizando tiempos, costos y conectividad con los mercados globales.
El millonario portafolio de proyectos argentinos
En este contexto, Argentina ha puesto sobre la mesa un portafolio de proyectos que supera los US$30 mil millones en la próxima década, con iniciativas de envergadura como Josemaría (US$ 4.200 millones), Filo del Sol (US$ 1.800 millones), Taca Taca (US$ 3.600 millones), Los Azules (US$ 2.700 millones), El Pachón (US$ 9.500 millones), Mara (US$ 4.000 millones), San Jorge Cobre Mendocino (US$ 600 millones), además de la ambiciosa campaña de exploración en Lunahuasi (Júpiter, Saturno y Marte) con cobre y oro de alta ley.
Chile: La infraestructura y logística que marca la diferencia
Si bien el atractivo del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) en Argentina impulsa estas iniciativas, pero muchas de ellas dependen de algo que el país aún no ha desarrollado plenamente: infraestructura minera y logística a gran escala.
Aquí es donde Chile según sus palabras, marca la diferencia. Su experiencia minera de más de un siglo, sumada a puertos especializados, plantas desaladoras, mineroductos, campamentos y una red vial consolidada hacia el Pacífico, lo posicionan como el socio natural para que los proyectos argentinos alcancen los mercados internacionales.
El Tratado de Integración Minera es clave para el desarrollo de proyectos en la cordillera de Los Andes
Chile se consolida como hub de servicios mineros
El Tratado Minero no solo trasciende fronteras, también consolida a Chile como un hub de servicios y logística para la minería argentina. Esto significa que, aunque los yacimientos estén en territorio argentino, gran parte de la operación logística, los servicios industriales y la salida marítima pasarán por Chile.
De este modo, el país tiene la posibilidad de capitalizar doblemente: primero, con su propia producción minera; y segundo, como plataforma de exportación y servicios para la inversión argentina.
Los desafíos internos para el liderazgo chileno
Para aprovechar plenamente esta ventaja, Chile debe superar sus propios cuellos de botella: modernizar el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), clarificar el marco tributario y mantener una política fiscal responsable. Estas reformas son esenciales para recuperar la confianza de los inversionistas y garantizar que el país no solo acompañe, sino que lidere esta nueva ola minera.
Un futuro compartido, con Chile en la delantera
La sinergia entre Chile y Argentina potencia el corredor minero hacia los mercados del Pacífico
Un futuro compartido con Chile a la cabeza
El panorama es claro: Argentina avanza con proyectos y capital, pero Chile posee la experiencia, la infraestructura y la logística para transformar esos desarrollos en exportaciones efectivas hacia los grandes mercados del mundo.
El Tratado Minero Chile-Argentina se erige así como una herramienta estratégica que refuerza el liderazgo chileno en la región y le ofrece la posibilidad de recuperar protagonismo global en minería, energía y servicios.
El desafío de la próxima década no será quién tiene más proyectos en cartera, sino quién logra convertirlos en realidad. Y allí, Chile ya corre con ventaja.