Más allá del camino: La logística extrema de Ramón Ossa en la cordillera sanjuanina
En los rincones más remotos de la cordillera sanjuanina, donde los caminos vehiculares no llegan y la naturaleza impone sus propias reglas, Ramón Ossa, propietario de la agencia de ecoturismo «Explora Parques», lidera campañas de exploración y expediciones culturales que combinan ciencia, logística y aventura. Desde hace décadas, su equipo ha trabajado en proyectos que desafían tanto a personas como a animales, atravesando territorios inhóspitos y organizando travesías que parecen sacadas de un libro de historia y geografía.
Por Yenhy Navas

El Cruce Sanmartiniano, una de las expediciones culturales que requiere logística de alta montaña en San Juan.
Logística en territorios de difícil acceso
La planificación de una campaña de exploración no comienza en el terreno, sino sobre los mapas. Ramón explica que el primer paso es reunirse con geólogos, ingenieros y empresas para determinar los puntos de prospección. “Se evalúa qué tramos se pueden recorrer con vehículos y cuáles requieren animales de carga, como mulas. Cada ruta se analiza según la accesibilidad, la pendiente y el terreno que habrá que atravesar”, detalla Ossa a ACERO Y ROCA.

Ramón Ossa, propietario de Explora Parques.
Dependiendo de la distancia y del tiempo que los especialistas necesiten en la zona, se calcula la cantidad de provisiones, de días de actividad y de personal requerido. En proyectos recientes, como los de Pachón, Altar y Banistra en Calingasta, la logística incluyó cuatro meses de inspección previa, revisando incluso los daños que aluviones habían causado en caminos existentes.
Flexibilidad y planes de contingencia
“Hay que ser muy flexibles con los tiempos”, aclara Ramón. Los temporales pueden obligar a suspender la actividad y reprogramar subidas y bajadas, y es fundamental tener planes de contingencia para garantizar la seguridad y el abastecimiento del equipo.
El rol de las mulas en la exploración

El equipo de baqueanos y las mulas cargadas son esenciales para la logística de prospección en la cordillera.
Aunque la tecnología y la maquinaria han mejorado el acceso a muchos sectores, en la cordillera todavía existen zonas donde los vehículos no pueden ingresar. Para estos casos, las mulas siguen siendo esenciales. Ramón recuerda campañas de hace 20 o 30 años donde se transportaban latas de provisiones y rocas recolectadas durante meses de prospección. Cada mula cargaba hasta 60 kilogramos, y era supervisada diariamente por los “baqueanos”, encargados de su carga y descarga.
Hoy, la cantidad de mulas necesarias se ha reducido significativamente debido a mejores accesos, pero aún se usan en sectores como Valle de los Patos Sur, Río Colorado, Río de los Patos a las Nacientes y el Valle del Mercedario. En estos lugares, las mulas permiten realizar prospecciones en alturas cercanas a los 5.000 metros sin necesidad de caminos permanentes.
Precauciones y preparación del equipo

La logística en la cordillera implica campamentos remotos y planificación de provisiones.
La seguridad es una prioridad absoluta. Antes de cada campaña, los animales pasan controles veterinarios rigurosos que incluyen desparasitación, vacunación y chequeos generales. Del mismo modo, los participantes humanos —ya sean profesionales, estudiantes o turistas— deben presentar estudios médicos que garanticen su capacidad física para enfrentar las exigencias del terreno.
“Primero hay que prever la climatología. Llevar el equipo correcto y suficiente comida. Si una campaña dura 10 días, siempre llevamos entre 14 y 16 días de provisiones por precaución ante posibles temporales”, señala Ramón. Además, el personal de campo está entrenado y adaptado a la cordillera, familiarizado con los caminos, las noches frías y la nieve inesperada.
En el caso de las expediciones recreativas, como el Cruce de los Andes que organiza Ramón, se busca que los participantes vayan motivados, con ganas de disfrutar la experiencia. “No es lo mismo ir obligado que ir por placer; esto impacta en el trabajo del equipo y en la convivencia durante la travesía”, agrega.
Cronograma y dinámica de las expediciones culturales

Mapa de la travesía del Cruce Sanmartiniano
Y hablando de estas travesías culturales, el Cruce de los Andes, inspirado en las rutas históricas de José de San Martín, combina disfrute, historia y naturaleza. Para 2026, están programadas cuatro fechas: dos en enero y dos en febrero. Desde marzo de 2025 las plazas se empezaron a llenar, y la preparación de los participantes incluye recomendaciones de actividad física y algunas lecturas sobre la historia sanmartiniana.
La travesía se desarrolla en etapas que permiten a los participantes familiarizarse con la equitación, la altura y los paisajes de Calingasta. “El 90% de los pasajeros son de Capital Federal o zonas urbanas. No tienen experiencia en la cordillera ni en equitación, así que es fundamental prepararles con tiempo y ejercicios de caminata previos”, explica Ramón.
Desafíos y anécdotas memorables
Cada expedición es única. Ramón recuerda días en que la nieve alcanzaba casi un metro, y aún así el equipo y las mulas lograron cruzar pendientes imposibles gracias a puntos de referencia y experiencia acumulada. Los momentos de camaradería son tan significativos como los logros técnicos: el esfuerzo compartido crea vínculos que muchas veces se transforman en anécdotas para toda la vida.
La sensación de pequeñez frente a la magnitud de la cordillera es otra constante. “En el Valle de Pato Sur, a 4.000 metros, rodeado de cerros de casi 6.500 metros, uno se da cuenta de lo insignificante que es. Eso cambia la perspectiva sobre la vida y sobre nuestro lugar en el planeta”, reflexiona.
Aprendizajes logísticos y científicos

Ramón Ossa junto a participantes de una travesía de exploración cultural en la cordillera.
A lo largo de los años, la experiencia ha enseñado a Ramón y su equipo a anticipar riesgos, optimizar rutas y coordinar el transporte de personas, animales y material geológico. Cada expedición combina logística, ciencia y cultura, adaptándose a los cambios de clima, terreno y objetivos del proyecto.
“La montaña nos obliga a anticipar cada riesgo y a coordinar de manera precisa todo: desde el transporte de material hasta el cuidado de las mulas. Sin esa planificación, nada sería seguro ni eficiente”, afirmó Ramón Ossa.
Aunque la tecnología ha reducido la dependencia de las mulas y facilitado el acceso a ciertos sectores, los métodos tradicionales siguen siendo necesarios en áreas extremas. Esta combinación de innovación y experiencia tradicional permite que las campañas sean efectivas, seguras y respetuosas del entorno natural.
Vinculación con la industria y experiencias corporativas
Además de la prospección geológica, las expediciones culturales han servido como herramientas de formación y liderazgo. Ramón recuerda su trabajo con la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), donde organizó programas basados en la historia de San Martín para fortalecer el carácter de líderes gremiales y empresariales. Tres de los últimos cuatro presidentes de CAME participaron en estas experiencias, destacando su valor como formación vivencial.

Cruce organizado para El cruce de los Andes organizado para CAME, enfocado en la formación de líderes empresariales.
Para la gente de CAME organizamos cruces de los Andes enfocados en la formación de líderes, tomando los valores y esfuerzos del ejército de San Martín. Es una experiencia que deja mil millones de enseñanzas y reflexión; hay un antes y un después del cruce”, explicó Ramón Ossa.
Sensaciones finales y objetivos
Para Ramón, el objetivo principal de cada travesía no es solo completar un recorrido, sino generar experiencias transformadoras. “Buscamos que los participantes y el equipo sientan la magnitud de la cordillera, la camaradería, el esfuerzo y la belleza del entorno. Cada expedición deja enseñanzas, reflexiones y recuerdos imborrables”, concluye.