Agua, trabajo y energía: La tensa convivencia de la minería y el vino en Cuyo
San Juan y Mendoza son provincias donde la vitivinicultura y la minería coexisten en el mismo territorio. Además, el crecimiento de la actividad minera ha generado desafíos inéditos para los productores de vino locales, especialmente en lo que respecta al uso compartido de recursos estratégicos como el agua y la energía. ACERO Y ROCA conversó con Gustavo Samper vicepresidente de COVIAR (Corporación Vitivinícola Argentina) y presidente de la Cámara Vitivinícola de San Juan y con Gerardo Gastón Olibano, gerente de desarrollo de negocios e institucional de Worlift Mendoza para conocer sus visiones sobre la convivencia de ambas industrias.
Por Yenhy Navas

Convivencia de la vitivinicultura y la minería en Cuyo.
Gustavo Samper: La visión desde la vitivinicultura de San Juan
Agua y energía en San Juan: desafíos para vitivinicultura y minería
La escasez de agua es uno de los problemas más críticos que enfrenta la provincia. Según Samper, la sequía afecta tanto a la vitivinicultura como a la minería, especialmente en cuencas como Calingasta y el río Jáchal. “San Juan hoy enfrenta un problema futuro que hay que solucionar: la minería será un consumidor importante de agua, pero no sabemos cómo se distribuirá», explicó.
“Tuvimos un par de reuniones ya hace tiempo con Ricardo Martín y otros miembros de la Cámara Minera, pero todavía no avanzamos en propuestas concretas”, señaló Samper. “No hemos tenido grandes contactos. El tema del uso de la energía y, sobre todo, del agua siempre es controversial. Todos estamos afectados porque si no hay agua, no hay actividad”.
En lo que respecta a la energía, Samper expresa: «La energía parece ir acomodándose poco a poco con la llegada de paneles fotovoltaicos, esto podría abrir oportunidades para que ambos sectores compartan tecnologías y soluciones energéticas”.

Gustavo Samper, vicepresidente de COVIAR y presidente de la Cámara Vitivinícola de San Juan.
Mano de obra y proveedores: cómo la minería impacta la vitivinicultura
El crecimiento de la minería también impacta directamente en la disponibilidad de personal especializado: “Cuando la minería arranque, la poca mano de obra especializada que pueda haber en el campo es muy factible que se la lleve la minería. No tenemos estrategia todavía para esto; habrá que volver a trabajar sobre las bases de hacer algo nuevo”, afirmó Samper.
En cuanto a proveedores locales, los vitivinicultores podrían integrarse indirectamente a la cadena minera, pero la falta de coordinación dificulta el avance. “Muchos empresarios locales están complicados para prestar servicios, y con el RIGI se puede traer mano de obra o insumos de afuera, lo que dificulta que los sanjuaninos participemos plenamente como proveedores”, agregó.

La vitivinicultura en San Juan enfrenta desafíos por los recursos hídricos y la mano de obra.
Turismo empresarial y vitivinicultura: oportunidades vinculadas a minería
El turismo empresarial también podría ser un canal para incorporar productos locales, aunque la realidad actual muestra limitaciones. “En Mendoza lo están haciendo, pero en San Juan faltan inversiones y planificación para articular experiencias que incluyan nuestra vitivinicultura”, explicó Samper.
Para que la vitivinicultura participe activamente del turismo vinculado a la minería, será fundamental invertir en infraestructura, marketing y formación de personal.
Convivencia posible: integrando vino y minería en San Juan
El concepto de “vino y minería es posible”, promovido en Mendoza, puede servir de referencia para San Juan. “Se trata de hacer convivir ambas actividades de forma equilibrada, porque si uno se prevalece sobre la otra, no funciona. La sustentabilidad pasa por entender que sin agricultura no hay comida, y sin minería no hay desarrollo industrial. Son actividades que deben coexistir”, concluyó Samper.
Desde la perspectiva mendocina Gastón Olibano: La gestión equilibrada que busca Mendoza

El modelo de Mendoza busca integrar la minería y la vitivinicultura de forma sostenible.
Impacto de la infraestructura y el capital humano
La infraestructura desarrollada, la matriz productiva diversificada y el capital humano altamente capacitado permiten que minería y vitivinicultura se integren, generando empleo, conocimiento y desarrollo territorial equilibrado en Mendoza. “La clave está en una gestión eficiente y responsable de los recursos. Si se aplican tecnologías que minimicen impactos y se cumplen estándares ambientales exigentes, ambos sectores no solo pueden coexistir, sino complementarse”, asegura Olibano.
Para Gerardo Gastón Olibano lograr un equilibrio entre vitivinicultura y minería requiere “planificación, diálogo entre sectores y políticas que prioricen la sostenibilidad”.
Lecciones del modelo Elecmetal en Cuyo y Mendoza
El grupo Elecmetal, con presencia en 45 países y participación en minería, energía y vitivinicultura, ofrece un aprendizaje claro para Mendoza y la región de Cuyo: “La diversificación no es una amenaza, sino una oportunidad para fortalecer la competitividad y el desarrollo local, integrando sectores como minería y vitivinicultura bajo una visión estratégica que prioriza innovación, eficiencia en el uso de recursos y economía circular”. Esto significa avanzar hacia una gestión transparente del agua y la energía, generar sinergias entre cadenas productivas y promover empleo de calidad.
Para que la diversificación funcione, Olibano destaca que no alcanza con sumar actividades: “Implica mapear cadenas productivas, detectar oportunidades de integración y desarrollar talento humano capaz de moverse entre distintos sectores. Por ejemplo, impulsar programas de formación y certificación técnica en minería, energía y logística. Sin personal calificado, la diversificación sostenible no tiene base”.
«Sin cooperación, no hay desarrollo sostenible posible. Cuando los actores (empresas, gobiernos y comunidades) trabajan de manera articulada, pueden diseñarse políticas que equilibren crecimiento económico, cuidado ambiental y bienestar social. Ese es el verdadero valor compartido”.

Lic. Gerardo Gastón Olibano, gerente de desarrollo de negocios e institucional de Worlift Mendoza.
Sinergias empresariales y empleo de calidad
Sobre la viabilidad de aplicar este enfoque en empresas de otras provincias, asegura: “Es posible sin dudas, pero requiere una cultura empresarial orientada a la innovación y la sostenibilidad. Los mercados globales valoran trazabilidad, reducción de emisiones y responsabilidad social. Diversificar no es sumar actividades, sino crear sinergias que hagan a las empresas más resilientes y competitivas”.
Tecnología y sostenibilidad en la minería y vitivinicultura
El rol de la tecnología en la integración de industrias distintas es clave. “Hoy herramientas como la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas o el Big Data permiten optimizar procesos, reducir impactos y garantizar trazabilidad. La tecnología no solo mejora la eficiencia, también protege la reputación y facilita el acceso a mercados más exigentes”, explica Olibano.
Minería como motor de desarrollo provincial
Olibano subraya que la minería puede convertirse en un motor de desarrollo regional: “A través de encadenamientos productivos locales, inversión en infraestructura y programas de capacitación que incluyan a las comunidades. La minería debe verse como una plataforma para diversificar la economía de Mendoza, no como un sector aislado”.
En cuanto a la economía circular, comenta: “Se han dado pasos importantes, pero aún falta escala. Incorporar prácticas como reciclaje, eficiencia energética o reducción de emisiones demanda incentivos regulatorios, financiamiento verde y transferencia tecnológica. Es un proceso inevitable si se busca competir a nivel internacional”.

La vitivinicultura mendocina como pilar de la economía provincial y su relación con nuevas industrias.
Reflexiones y mensaje para el sector minero mendocino
Para Olibano, la minería argentina y mendocina atraviesa un momento clave: “Tenemos el potencial, los recursos y el talento necesarios para convertirnos en un actor de peso a nivel regional, pero eso solo será posible si apostamos por una gestión profesional, transparente y con una mirada de largo plazo. La sostenibilidad, la diversificación inteligente y la innovación ya no son diferenciales, son condiciones para seguir siendo parte de la conversación global”.
Concluye que “el verdadero valor está en las personas: en su formación, su compromiso y su capacidad de adaptarse a los nuevos desafíos. Si logramos consolidar una cultura de seguridad, calidad y mejora continua, la minería argentina y mendocina no solo crecerá en volumen, sino también en legitimidad y prestigio. Ese es el camino: profesionalizar, innovar y construir confianza. Solo así podremos hablar de una minería moderna, integrada y sostenible, capaz de aportar valor real».