Licencia social en minería: Clave para la confianza y la sostenibilidad con las comunidades

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La licencia social para operar en minería se define como “un proceso dinámico de legitimidad”, basado en confianza, transparencia y percepción de justicia de las comunidades hacia un proyecto minero, según Rafael López Lozano, especialista en temas socioambientales en Perú.

Por Yenhy Navas

Ilustración que representa el concepto de licencia social, con personas y una mina, simbolizando la relación entre comunidades y minería.

La licencia social en minería: un proceso dinámico de confianza y legitimidad fundamental para las comunidades y proyectos.

La licencia social: Un proceso dinámico de legitimidad y confianza en la minería

A diferencia de la aceptación legal, esta licencia social “no se obtiene por decreto ni por un acta firmada”, sino que se construye y renueva constantemente: “todo proceso de adquisición de licencia social implica que la población considere la actividad como compatible con su vida y su futuro”.

La dimensión social postergada en proyectos mineros

López Lozano advierte que muchos proyectos mineros avanzan con gran solidez técnica, pero relegan lo social. Esto se debe a la visión de que “el éxito del proyecto depende principalmente de variables técnicas o económicas”, y a la burocratización de los equipos sociales: la dimensión social suele percibirse como ‘intangibles’ o como un costo y no como parte del riesgo estratégico”.

Además, señala que los equipos sociales “suelen estar subrepresentados en la toma de decisiones”, por lo que recomienda incorporar profesionales especializados para evitar “miopía institucional sobre actores, memorias y expectativas locales”.

Errores frecuentes en la relación con comunidades

Entre los errores comunes en la relación con comunidades, López Lozano destaca:

  1. Mensajes predefinidos: “Uno de los errores más frecuentes es llegar con mensajes predefinidos, sin un diagnóstico sociocultural profundo”.
  2. Homogeneización de la comunidad:Un error frecuente es asumir que las comunidades son actores homogéneos, cuando en realidad están atravesadas por diferencias de edad, género, familias, liderazgos y trayectorias migratorias”.
  3. Comunicación centrada en lo técnico: «Persisten enfoques que ignoran preocupaciones históricas sobre tierra, agua y decisiones políticas».
Retrato de Rafael López Lozano, experto en ciencias sociales y consultor en licencia social para proyectos mineros.

Rafael López Lozano, especialista en temas socioambientales, analizando la importancia de la licencia social en minería.

Integrando dimensiones sociales y culturales invisibilizadas

La sostenibilidad en minería debe incluir dimensiones sociales y culturales, a menudo invisibilizadas: “lo que suele quedar invisibilizadas son las redes de reciprocidad, los calendarios agrícolas y rituales”, señala López Lozano.

También resalta la importancia de prácticas comunitarias como el ayni (práctica comunitaria de reciprocidad basada en la ayuda mutua, donde los miembros de una comunidad se prestan trabajo o bienes con la expectativa de que el favor será devuelto en el futuro), la memoria de conflictos y los sentidos de pertenencia, que sostienen la vida local y deberían integrarse en indicadores de sostenibilidad minera.

Claves para la participación y el desarrollo compartido

Por lo tanto, López Lozano enfatiza que “todos los miembros de la organización deben reconocer que la comunidad es sujeto consciente de sus decisiones y como partícipe de su desarrollo, no ‘población beneficiaria».

Esto requiere:

  • Participación temprana con información clara y tiempos adecuados.
  • Corresponsabilidad, para que las decisiones sean trazables y visibles para la comunidad.
  • Capacidad de modificar proyectos según aportes comunitarios.

Participación y legitimidad: La minería como parte negociada de la vida local

Personas y maquinaria minera de fondo, representando la integración de comunidades en el diálogo minero.

Integrar la voz de las comunidades en las decisiones mineras es crucial para una genuina licencia social y desarrollo compartido.

La participación comunitaria se basa en negociación y legitimidad: “ser sujeto significa que la actividad minera no sea algo impuesto desde afuera, sino algo negociado y legitimado al interior de la vida local”.

Prácticas concretas incluyen: contratación local transparente, formación de jóvenes, protección de recursos comunitarios, acuerdos sobre uso de agua y tierras, y participación en monitoreos ambientales.

Tradición, memoria y usos del territorio

La cultura y memoria territorial son esenciales en la gestión minera: “la cultura es un elemento a considerar como central en el mantenimiento de una buena relación, no como anexos culturales”. López Lozano propone mapear sitios rituales, rutas históricas y prácticas agrícolas, incorporando lecciones de procesos extractivos previos.

Ambiente, ecosistemas y formas de vida: Un enfoque socioambiental integral

Representación de un ecosistema socioambiental, con elementos naturales y humanos interconectados, clave para la gestión de la licencia social en minería.

El ecosistema socioambiental: un enfoque que reconoce las interconexiones entre las actividades mineras y las formas de vida comunitarias. Imagen: Gan Chaonan para IStock

Por consiguiente, el especialista propone un enfoque de ecosistema socioambiental, donde las actividades humanas forman parte integral: “hay que reconocer que la gente organiza su vida en torno al agua, los pastos, las chacras, los caminos, y que estas prácticas son parte de un todo”.

Los impactos mineros deben analizarse considerando movilidad, relaciones de ayuda mutua y gobernanza del agua.

La legitimidad se construye, no se decreta en la minería

La experiencia peruana evidencia que “la legitimidad no se decreta: se construye”, mediante escucha activa, anticipación de tensiones y respeto a la diversidad cultural.

López Lozano destaca:

  • No hay contradicción entre minería y agricultura si se integra la voz comunitaria.
  • Conflictos escalan cuando la participación es tardía o formal.
  • Instituciones sólidas, independientes y permanentes son clave para el diálogo y confianza.

Recomendaciones para construir la licencia social: Estrategias de largo plazo

Personas en una montaña con una mano sosteniendo un letrero que dice LICENCIA SOCIAL

Recomendaciones prácticas para construir la licencia social en minería, basadas en escucha, diálogo y participación temprana de las comunidades.

Entrar despacio y escuchar primero

Realizar diagnóstico social y cultural profundo, incluyendo prácticas agrícolas y festividades.

Construir relaciones de largo plazo

Equipos locales estables, presencia constante y rendición de cuentas.

Integrar a la comunidad en decisiones clave

Acuerdos transparentes sobre agua, tierra y monitoreo, asegurando que la comunidad pueda influir en las decisiones.
En síntesis, la licencia social en la minería latinoamericana no es un trámite formal, sino un proceso continuo de construcción de confianza, respeto y corresponsabilidad entre empresas y comunidades. La experiencia peruana, analizada por Rafael López Lozano, demuestra que integrar las dimensiones sociales, culturales y territoriales desde el inicio es clave para el éxito de los proyectos extractivos.

Escuchar a las comunidades, reconocer su memoria y prácticas tradicionales, y garantizar participación real y transparente permite que la minería contribuya al desarrollo sostenible, fortaleciendo relaciones de largo plazo y consolidando su legitimidad en la región.

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