Zambia y el “Milei africano” lideran la potencia del cobre
Por Sergio Álvarez
Con un discurso anti-Estado, reducción de impuestos y fuerte apuesta al sector privado, el gobierno de Hakainde Hichilema, popularmente bautizado como “el Milei africano” por sus similitudes discursivas con ciertos referentes latinoamericanos, logró movilizar a su país hacia el centro de la escena del mercado global de cobre.
Hakainde Hichilema el «Milei africano» presidente de Zambia impulsa la producción de cobre.
Desde 2021, cuando Hichilema llegó al poder en 2021, con un 59% de los votos, Zambia comenzó un plan ambicioso: pasar de producir unas 700.000 toneladas anuales de cobre a superar el millón este año, con la meta de alcanzar las tres millones hacia 2030, una cifra que hoy solo logran potencias mineras como Chile o el Congo.
Un giro neoliberal con acento minero
Su estrategia no se apoyó en estatuas ni populismos. Más bien planteó una ruptura con la gestión estatal tradicional: seguridad jurídica, reglas claras, permisos rápidos y estabilidad fiscal. Esa mezcla, junto con la promesa de que “el Estado no interferirá”, resultó atractiva para capitales internacionales.
Desde que asumió el gobierno, Zambia recibió anuncios de inversión por más de 3.500 millones de dólares en la industria minera, con proyecciones que superarían los 5.000 millones en el mediano plazo.
Miles de millones en juego para aumentar producción
El Príncipe Guillermo del Reino Unido y al presidente de Zambia, Hakainde Hichilema, visitando una planta de procesamiento de cobre.
La apuesta es clara: multiplicar la producción de cobre, con la mira puesta en el top global. Pero para eso, el gobierno zambiano está rediseñando no sólo su estructura fiscal, sino también su infraestructura energética y logística.
Para asegurar energía a la minería, que consume cerca del 60 % del suministro eléctrico nacional, el gobierno impulsó un plan conjunto con las mineras para construir parques solares, líneas de transmisión y centrales adicionales. Así, compañías como First Quantum Minerals, con operaciones en minas como Kansanshi, firmaron acuerdos con TotalEnergies para instalar un parque solar de 430 MW que abastecerá parte de la producción.
Energía y logística: los cuellos de botella a resolver
Sin embargo, el modelo enfrenta desafíos clave. Uno de ellos es el abastecimiento eléctrico: muchos hogares siguen recibiendo tan solo unas horas de luz al día, mientras que la prioridad energética recae sobre la industria minera.
La solución prevista: combinar generación hidroeléctrica, solar y térmica, e incluso acuerdos de financiamiento público-privado para modernizar la red. Las primeras mejoras podrían notarse en 2026.
Otro nudo está en la logística: sin salida directa al mar, Zambia depende de corredores terrestres, tren o rutas terrestres hacia puertos en países vecinos, para exportar su cobre. Por eso, su estrategia contempla rehabilitar rutas ferroviarias y carreteras, y explorar conexiones hacia puertos en Namibia, Mozambique o Tanzania.
Zambia entre China y Occidente: equilibrio estratégico clave
El primer ministro chino, Li Qiang, y el presidente de Zambia, Hakainde Hichilema.
En materia diplomática y de inversiones, Zambia juega con cautela. Su gobierno dice querer atraer capitales de China, Estados Unidos y Europa, sin alinearse con ninguno en particular. Pero en los hechos, hay un suave giro hacia Occidente: nuevas inversiones estadounidenses y europeas reivindican a Zambia como destino estratégico.
El gobierno afirma estar “abierto a todos los inversores” siempre que respeten las reglas, buscando equilibrio frente a una historia reciente de dependencia financiera y devoluciones de deuda a países extranjeros.
Una apuesta ambiciosa con muchas cartas sobre la mesa
El experimento zambiano deja en claro que, con una combinación de reformas pro-mercado, estímulos al sector privado, y un plan serio de infraestructura, un país con recursos minerales puede volver a posicionarse como protagonista global. Pero los riesgos siguen siendo altos: energía, logística, volatilidad global de precios, competencia internacional, dependencia financiera, todo puede condicionar ese sueño de “potencia del cobre”.
Para quienes seguimos los avances del sector minero argentino, el caso Zambia (el “Milei africano”) representa una lección: es posible atraer inversiones mineras a Argentina, pero solo si se reduce la burocracia, se respeta la seguridad jurídica y se demuestra compromiso real con la industria.