Consumo de drogas en la minería en San Juan: La cruda realidad

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Por Lucas Laciar

Por Lucas Laciar

Cómo operan los consumos episódicos en los trabajadores con roster minero, qué advierte uno de los mayores especialistas en adicciones de la provincia y qué responde el Gobierno sobre políticas preventivas. Una radiografía urgente antes de que llegue la mayor expansión minera.

 

Trabajador minero en un campamento de altura solo y triste en su habitación simbolizando el consumo problemático de las drogas en minería

El consumo problemático de sustancias en la minería no se manifiesta como en la vida urbana; el patrón dominante es el exceso episódico durante los francos.

Riesgo latente: El consumo problemático en el contexto del roster minero

En los próximos años, San Juan podría vivir el mayor salto minero de su historia reciente, nuevos proyectos de cobre, ampliaciones y exploraciones avanzadas anticipan un escenario donde miles de sanjuaninos —muchos jóvenes, muchos debutantes en la actividad— comenzarán a circular entre la vida cotidiana y el campamento minero. Subirán 14 días a 4.000 metros, volverán 14 abajo; vivirán turnos exigentes, clima extremo, presión operativa y una disponibilidad económica superior al promedio provincial.

Ese entramado no solo implicará oportunidades, también implica riesgos. Y uno de los menos discutidos —pero más presentes— es el consumo problemático de sustancias.

La minería en roster tiene una dinámica particular: alternancia entre aislamiento y presión en altura, sueldos relativamente altos, jornadas extensas, licencias sociales acotadas, desconexión familiar y comunitaria. En ese marco, los consumos no funcionan igual que en la vida urbana, tienen otra lógica, otro ritmo y otra gravedad.

Para entender ese patrón —y sus consecuencias— entrevistamos a uno de los especialistas más reconocidos en adicciones de San Juan, el licenciado Raúl Ontiveros, director de Fundación FARO. Y para equilibrar la mirada, también incorporamos la visión estatal: lo que está haciendo —y lo que aún falta— según la Directora de Prevención y Asistencia de Consumos Problemáticos, Daniela Merlo.

El resultado es una radiografía cruda, urgente y necesaria.

Retrato de Raúl Ontiveros, director de Fundación FARO, especialista en adicciones

El licenciado Raúl Ontiveros (Fundación FARO) advierte que el consumo genera un combo de ‘desmadre económico y financiero realmente tremendo’.

«Un atracón de droga»: El patrón de consumo episódico en minería

Ontiveros no necesita rodeos, lo dice con la claridad de quien vio cientos de casos en dos décadas de trabajo clínico. “Las adicciones atraviesan toda actividad laboral, absolutamente todas”, introduce. Pero en minería, el patrón dominante tiene nombre propio: consumo episódico excesivo.

En sus palabras: “Cuando están arriba consumo no hay o es mínimo, pero cuando bajan se da el consumo más excesivo, por eso se llama episódico. Es una especie de atracón de droga. Dos semanas sin consumir y al bajar, explosionan”.

El combo explosivo: Desmadre económico, deudas y ludopatía asociada

Ese atracón suele estar vinculado a un segundo factor: el dinero. El especialista lo describe como “un desborde económico que sorprende incluso a los terapeutas”. Muchos mineros llegan con su sueldo entero gastado en pocos días, más préstamos, más tarjetas, más deudas.

“El consumo, sobre todo de cocaína, se va haciendo mayor, a tal punto que desborda lo que cobra; y a eso se le suma la ludopatía. Es un combo de desmadre económico y financiero realmente tremendo”.

La otra cara del exceso: Subir a la mina en abstinencia

Trabajador manejando un camión en una operación minera

El control de drogas en las mineras es estricto: operar maquinaria pesada en abstinencia o bajo efectos de sustancias es un riesgo operacional inaceptable, según explica Ontiveros.»

El problema no termina en el llano, empieza arriba. Quien consume 10 días seguidos, inevitablemente sube al campamento transitando abstinencia, irritabilidad, ansiedad, taquicardia, insomnio o bajón depresivo.

Ontiveros lo pone en contexto operativo: “Una persona que pasa dos semanas abajo consumiendo mucho, arriba pasa dos semanas en abstinencia, entonces aparecen trastornos de ansiedad, ataques de pánico, cuadros depresivos; eso afecta los reflejos, la coordinación, el juicio. No es menor en alguien que maneja maquinaria pesada o explosivos”.

Por eso —aclara con crudeza— los controles son estrictos“Ahí se acaba el discurso filodrogón. Las empresas controlan porque no hay margen. Una persona bajo efectos o en abstinencia puede lastimarse a sí misma o a terceros”.

Qué consume el trabajador minero hoy

El policonsumo —cocaína, alcohol, marihuana y psicofármacos— es el patrón más común entre los trabajadores, una combinación insostenible a largo plazo."

Para poder sostener y sobrevivir a la cocaína, se añade el consumo de marihuana, alcohol y Clonazepam. Imagen Pixabay

Policonsumo: La peligrosa combinación de cocaína, alcohol y psicofármacos

El patrón dominante es policonsumo en general, no solo en minería: cocaína para estimular, alcohol, marihuana o clonazepam para “regular”“Para poder sostener y sobrevivir a la cocaína, toman marihuana, alcohol, Clonazepam… eso durante un tiempo es insostenible”.

También aparecen nuevos perfiles: adultos de 40 o 50 años que empiezan a consumir cocaína por primera vez, fascinados durante meses, hasta estrellarse contra los costos emocionales y económicos.

Protocolos empresariales: ¿Despido o acompañamiento en la rehabilitación?

Trabajador en una sesión de terapia, simbolizando el apoyo y tratamiento que brindan las empresas mineras.

Ontiveros afirma que la mayoría de las operadoras mineras priorizan la rehabilitación del personal afectado por el consumo de drogas antes que el despido.

Aquí aparece un matiz interesante. No todo es sanción. Ontiveros afirma que, con matices protocolarios, la mayoría de las operadoras intenta rehabilitar antes que despedir.

“Siempre me sorprendió la intención de ayudar al trabajador. Muchas empresas se comunican para derivar. Hay despidos, claro, pero también licencias, acompañamiento y articulación con tratamientos. En algunos casos se coordina un regreso paulatino… y funciona”. Menciona incluso casos exitosos de trabajadores que, tras internación y tratamiento, regresaron plenamente operativos.

El diagnóstico crítico: «No hay políticas de prevención estatal sostenidas»

El tramo más duro de Ontiveros llega cuando habla del Estado: “Estamos muy atrás; no hay campañas de prevención, ni programas sostenidos. Siempre apagamos incendios: el auto ya chocado; no ponemos balizas”.

Y agrega, sobre el sistema terapéutico provincial: “No hemos resuelto alcohol, cocaína y marihuana, y ya tenemos ketamina, popper, tusy, alucinógenas, hongos y fentanilo en puerta. Vamos a necesitar psiquiatras, psicólogos, operadores, enfermeros especializados. ¿Dónde están?”.

La respuesta del gobierno: Plan estructural y abordaje territorial

Retrato de Daniela Merlo, Directora de Prevención y Asistencia de Consumos Problemáticos de San Juan, responsable de las políticas de prevención.

Daniela Merlo, directora de Prevención y Asistencia de Consumos Problemáticos de San Juan, destaca el Plan Provincial 2023-2027 como el marco de acción estatal.

Cuando presentamos estos planteos a Daniela Merlo, directora de Prevención y Asistencia de Consumos Problemáticos de la provincia, su primera reacción fue matizar el diagnóstico: sí hay políticas estatales, pero probablemente aún insuficientes para la escala de lo que viene. Merlo recuerda que la provincia lanzó un plan estructural:

“El gobernador presentó el Plan Provincial para el Abordaje de los Consumos Problemáticos 2023-2027. Es el marco de toda la tarea que realizamos a nivel asistencial, preventivo y de articulación institucional.

También destaca un punto no menor: se está trabajando específicamente con el ámbito laboral, incluido el minero. “Hace muy poquito hicimos una capacitación junto con la Subsecretaría de Trabajo destinada a negocios y empresas, incluso del ámbito minero. Surgió claramente el problema del consumo y de las apuestas en línea, por eso dictamos una capacitación sobre consumos digitales y apuestas en línea, por el auge que está teniendo”.

Descentralización clave: 168 profesionales distribuidos en 19 departamentos

En este punto, Merlo ofrece un dato estructural clave: San Juan tiene 168 profesionales distribuidos en los 19 departamentos, lo que evita que alguien de Iglesia o Jáchal deba viajar al gran San Juan para pedir ayuda.

“La dirección no está centralizada. Cada municipio tiene un equipo técnico especializado de psicólogos, trabajadores sociales, operadores. El primer contacto siempre está en el lugar donde vive la persona”, relata la directora.

Luego, si el caso lo requiere, se evalúa el tipo de tratamiento: ambulatorio, centro de día o internación. Hoy funcionan:

Merlo agrega algo que completa el panorama: “El tratamiento no es solo terapia. Incluye reinserción laboral, escolar, capacitaciones en oficios, actividad física y acompañamiento familiar, es un abordaje integral”. Es decir: no se parte de cero. Hay estructura, hay equipos, hay programas. La pregunta es si alcanza para lo que viene.

La gran pregunta: ¿Alcanza la estructura actual para el boom minero?

Aquí, ambas voces —Ontiveros y Merlo— se cruzan sin contradecirse. Ontiveros dice: “falta muchísimo”.
Merlo dice: “Estamos trabajando en todo el territorio, pero la demanda crece”. Ambos reconocen que: habrá más población expuesta, más jóvenes con consumos previos que intentarán entrar al circuito laboral minero y si no se articula lo público con lo privado, nadie podrá cubrir semejante volumen.

Ontiveros es claro: “Toda política que coordine solo lo estatal está coja, hay que articular con ONGs, clínicas y privados, ellos aportan la mayor cantidad de plazas terapéuticas”.

Merlo también reconoce que la articulación es imprescindible para sostener un sistema de prevención y tratamiento que pueda acompañar el crecimiento productivo. En eso, por primera vez, ambos coinciden punto por punto.

Las 7 claves del consumo en minería

  1. Consumo episódico excesivo: atracones intensos durante los días de franco.
  2. Abstinencia en altura: ansiedad, irritabilidad y riesgo operativo.
  3. Policonsumo: cocaína + alcohol + marihuana + psicofármacos.
  4. Deudas y juego: descontrol económico y ludopatía asociada.
  5. Empresas que acompañan: derivaciones, licencias, tratamiento y reinserción.
  6. Adultos tardíos en consumo: debut de cocaína después de los 40.
  7. Falta de programas sostenidos: necesidad urgente de prevención sistemática.

Conclusión: El debate urgente sobre adicciones y el futuro productivo de San Juan

Flyer institucional o folleto de la Dirección de Abordaje Integral de las Adicciones de San Juan, mostrando el contacto y la estructura de tratamiento

La Dirección de Abordaje Integral de las Adicciones trabaja con un modelo descentralizado, ofreciendo tratamiento ambulatorio, centros de día y residencias de internación.

El boom minero traerá desarrollo, inversiones, trabajo y oportunidades, pero también puede exponer aún más, una problemática silenciosa que ya existe en la provincia. Ambas voces —clínica y estatal— dejan en claro que el problema no es exclusivo de la minería, sólo que en el sector se manifiesta de manera particular y requiere respuestas específicas, sostenidas, articuladas y no reactivas.

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