RICARDO MARTINEZ CIERRA SU ETAPA AL FRENTE DE MINAS ARGENTINAS
La dimisión de Ricardo Martínez, hasta ahora máximo responsable de Minas Argentinas S.A., marca el cierre de una etapa relevante para la minería sanjuanina y para uno de los proyectos auríferos más emblemáticos del país: Gualcamayo. El anuncio llegó a través de un comunicado institucional escueto de la minera y mediante un mensaje mas extenso y personal, publicado en sus redes sociales, cargado de tono emotivo, agradecimientos y reflexiones sobre el camino recorrido.
Por Amaranta Márquez
Ricardo Martínez
Martínez habló de ciclos cumplidos, de la pasión por la geología, de los cerros mirados durante años y de un proyecto que, según sus propias palabras, logró “reencauzarse en un camino virtuoso de crecimiento”, con ampliación de recursos, reservas y expectativas de vida útil para la producción y su cadena de valor local y regional.
El mensaje de despedida y la reivindicación del proyecto Gualcamayo
En su despedida, el ahora ex CEO puso el foco en los logros técnicos y estratégicos alcanzados durante su gestión. Destacó la importancia de la renovación de onzas, la exploración como mandato permanente y el rol de la geología minera como motor del desarrollo. En ese marco, defendió una visión de largo plazo para Gualcamayo, asociada no solo a números y factibilidades, sino también a la renovación de expectativas sociales en las comunidades vinculadas a la actividad minera.
El mensaje estuvo atravesado por una narrativa íntima, donde también apareció una razón personal de peso: la necesidad de dedicar más tiempo y presencia a su familia, tras años de intensa actividad profesional. “Ya miré cerros por muchos años”, escribió, dejando entrever que la decisión responde tanto a un cierre profesional como a una elección vital.
Una gestión con luces y sombras
Sin embargo, más allá del tono conciliador del comunicado, la salida de Martínez no puede analizarse únicamente desde el plano emocional. Su gestión al frente de Minas Argentinas tuvo avances concretos, pero también episodios controvertidos, que hoy forman parte inevitable del balance.
Ramón Martínez presidente de la Cámara argentina de la construcción, CAMARCO e hijo de Ricardo Martínez, dirigiendo las obras de Minas Argentinas con la empresa propiedad de su padre Diamante Giuliani. Imagen: Minas Argentinas
Entre los puntos cuestionados se encuentra su última etapa como presidente de la Cámara Minera de San Juan, cargo que también abandonó en el mismo año. Durante ese período, Martínez se vio envuelto en un posible conflicto de intereses: la adjudicación de las obras de las nuevas oficinas de Minas Argentinas a una empresa constructora perteneciente a su familia y dirigida por su propio hijo, Diamante Giuliani construcciones, sin que mediara un proceso de licitación interna conocido o transparente.
El episodio dejó expuesta una debilidad en los mecanismos de gobernanza dentro de la operadora minera, propiedad del grupo AISA , afectando la credibilidad de la representación sectorial.
El silencio frente a los proveedores locales
Otro de los puntos que marcó su paso por la Cámara Minera fue la falta de defensa explícita de los proveedores locales, especialmente en un contexto donde era de público conocimiento el accionar del proyecto Vicuña, priorizando proveedores chilenos en detrimento de empresas y mano de obra sanjuanina.
Desde ACERO Y ROCA Magazine, y desde amplios sectores del entramado productivo local, se esperaba una postura más firme en defensa del compre local, un reclamo histórico del empresariado sanjuanino que busca que la minería funcione como verdadero motor de desarrollo territorial y no como un enclave desconectado de su entorno.
Dos renuncias en un mismo año y un final abierto
El dato no es menor: en el mismo año, Ricardo Martínez dejó tanto la conducción de la Cámara Minera como la dirección de Minas Argentinas. Dos salidas de peso que invitan a una lectura más amplia sobre el momento que atraviesa el sector, las tensiones internas y la necesidad de nuevos liderazgos.
Captura de pantalla de su mensaje de su despedida por LinkedIn, acompañado de una foto con el ocaso del sol en un cerro posiblemente de la cordillera sanjuanina
Su despedida deja una frase abierta: “Habrá tiempo quizás para seguir mirando cerros y pensando dónde está el próximo yacimiento”. El futuro dirá si ese regreso se concreta y en qué rol. Por ahora, lo cierto es que su ciclo se cierra con un legado mixto: avances técnicos indiscutibles, pero también decisiones cuestionadas que deberán servir de aprendizaje para una minería que reclama cada vez más licencia social, ética empresaria y reglas claras.