Gualcamayo y Carbonatos Profundos RIGI: del miedo al cierre a 30 años de futuro

Por Yenhy Navas
La directora de la consultora Alentar profundiza sobre la transformación cultural de la mina tras la aprobación del régimen de incentivos. Del «desgaste silencioso» de la incertidumbre a la necesidad de una «discusión estructural» sobre la formación local para sostener 30 años de operación.

Tras la aprobación del RIGI, Gualcamayo proyecta tres décadas de actividad sostenida. Imagen ilustrativa de ACERO Y ROCA
La reciente aprobación del RIGI para el Proyecto Carbonatos Profundos marca un hito definitivo. Si bien la actividad minera siempre se piensa en ciclos, Gualcamayo presentó históricamente una particularidad: un fuerte sentido de pertenencia y trayectorias largas, algo poco común en una industria caracterizada por la rotación.
Laura Zárate, licenciada Recursos Humanos quien acompaña a la organización desde 2019, explica que la posibilidad de cierre no era solo un dato técnico, sino una «variable extraña» que generaba disonancia con la historia del lugar. Ahora, el RIGI aporta el activo más necesario: previsibilidad.

Laura Zárate (Alentar): «La previsibilidad del Proyecto Carbonatos Profundos RIGI baja la ansiedad organizacional».
El fin del «desgaste silencioso» y el nuevo orden emocional
Para entender el impacto del anuncio, primero hay que entender el costo de la incertidumbre previa. Zárate define este fenómeno como un «desgaste silencioso« que provocaba prudencia excesiva, menor proyección personal y una lógica de corto plazo que afectaba el compromiso.
«Cuando se trabaja en un contexto donde la palabra ‘cierre‘ es una posibilidad concreta, esa variable atraviesa conversaciones y estados de ánimo», describe la especialista. Por consiguiente, la confirmación de 30 años de vida útil funciona como un ordenador: «La previsibilidad ordena expectativas, baja la ansiedad y habilita conversaciones de desarrollo«.

El cambio de expectativas impacta directamente en el clima interno, permitiendo que los trabajadores recuperen la proyección personal, frenada por la incertidumbre. Imagen ilustrativa de ACERO Y ROCA
Este cambio de escenario reposiciona a Gualcamayo como una empresa aspiracional, combinando tres variables que hoy valora el talento: estabilidad real, desafío técnico complejo y desarrollo profesional sostenido.
Cultura tecnológica: el reto de la planta POX más allá de los fierros
La inversión en la planta de oxidación a presión (POX) es el gran titular tecnológico, pero para Zárate, «la tecnología es el disparador, pero el desafío es más profundo». No se trata solo de la maquinaria, sino de preparar a la organización para aprender y sostener procesos complejos.
«Incorporar una tecnología de este nivel implica cambiar formas de trabajar, de liderar y de tomar decisiones», advierte. En las mesas de trabajo actuales, el foco está puesto en cómo preparar a la gente para convivir con esa innovación, bajo una premisa clara: «Sin personas formadas y comprometidas, la tecnología más avanzada se vuelve frágil«.

La planta POX será la primera en su tipo en Sudamérica y requerirá perfiles técnicos altamente especializados. Imagen ilustrativa de ACERO Y ROCA
La deuda de la formación: ¿está San Juan a la altura del desafío cognitivo?
Quizás el análisis más agudo de Zárate radica en lo que ella denomina el «impacto cognitivo» del RIGI. La ejecutiva plantea que la minería argentina viene postergando una discusión estructural: pasar de importar soluciones a desarrollar capacidades locales.
«Es un espejo que le devuelve a toda la industria minera, y a la provincia, una pregunta incómoda: ¿Estamos formando profesionales a la altura de lo que decimos querer desarrollar?«, cuestiona.
Según su visión, las currículas locales a menudo avanzan desconectadas de las necesidades reales, lo que obliga a cubrir puestos clave trayendo gente de afuera. «Formarse en serio en minería suele implicar salir de la provincia y asumir costos elevados«, señala. Por ello, sentencia que el verdadero desarrollo no es solo empleo, sino «inversión sostenida en formación de alto nivel«.

Para Laura Zárate, la clave del éxito radica en la formación local de alto nivel, para operar las nuevas tecnologías y evitar la dependencia exclusiva de talento importado. Imagen ilustrativa de ACERO Y ROCA
Estrategia para 1.500 trabajadores: método frente al crecimiento acelerado
Ante la proyección de picos laborales de hasta 1.500 personas, el desafío deja de ser puramente logístico para ser estratégico. Laura explica que gestionar ese volumen requiere «método y planificación» para no solo cubrir vacantes, sino integrar personas a una cultura.
Desde Alentar, la estrategia para este crecimiento acelerado se basa en cuatro pilares:
- Anticipar perfiles críticos.
- Construir bancos de talento con tiempo.
- Diseñar procesos de selección robustos pero ágiles.
- Acompañar con programas de onboarding y adaptación cultural.

La gestión de la «nueva Gualcamayo» incorpora miradas diversas en la toma de decisiones, sumando variables como salud mental e inteligencia emocional a la mesa directiva. Imagen ilustrativa de ACERO Y ROCA
«No se trata solo de cubrir puestos rápido, sino de hacerlo bien; de acompañar a los líderes que reciben equipos nuevos».
Liderazgo y bienestar: las nuevas variables en la mesa de decisiones
Finalmente, el proceso abre la puerta a una nueva concepción del liderazgo en minería. la licenciada destaca su participación en mesas de decisión no como algo simbólico, sino «técnico y estratégico«.
Para la especialista, la minería del futuro incorpora variables que antes eran ajenas a la mesa directiva: «la regulación emocional, la salud mental y el bienestar laboral«. «No se trata de género, sino de calidad y pluralidad en la toma de decisiones«, concluye , reafirmando que el éxito del proyecto a largo plazo dependerá de la capacidad de formar equipos y liderazgos responsables.