De la exploración a la realidad: los filtros que definirán la inversión minera 2036

Por Yenhy Navas
La proyección de la actividad minera en la región andina hacia el año 2036 presenta un escenario de grandes oportunidades, pero también de filtros decisivos que determinarán qué iniciativas lograrán convertirse en minas operativas. Claudio Valencia Montero, Director Ejecutivo Quartile Mining, analiza la cartera de proyectos y advierte que las cifras macroeconómicas pueden ser engañosas si no se examina la madurez real de los activos.

Los desafíos logísticos en alta montaña definen el éxito de la inversión minera 2036. Imagen ilustrativa de ACERO Y ROCA
Según el experto, la comparación directa entre Argentina y Chile suele derivar en interpretaciones simplificadas que no resisten un análisis de valorización de activos más profundo. Por lo tanto, para entender el potencial real del sector, resulta indispensable desglosar los datos más allá del volumen aparente de proyectos.
Comparativa de inversión: Realidad de la inversión minera en Argentina y Chile

La gran mayoría de las iniciativas argentinas se concentra en exploración y prospección. En Chile, una mayor proporción se sitúa en evaluación avanzada y ejecución efectiva, lo que mejora las inversiones. Imagen ilustrativa de ACERO Y ROCA
A primera vista, Argentina muestra una vitalidad sorprendente. El país presenta un número de proyectos mineros comparable al de Chile, e incluso la cifra resulta superior cuando se observa el universo completo de la actividad. Sin embargo, al analizar el capital involucrado, la diferencia es drástica: mientras la cartera chilena proyecta una inversión superior a los US$ 115.000 millones, los proyectos argentinos suman cerca de US$ 35.000 millones.
¿A qué responde esta brecha si el potencial geológico es evidente? Valencia aclara que Argentina cuenta con una base de activos interesante desde el punto de vista exploratorio. No obstante, la disparidad financiera se explica fundamentalmente por el grado de madurez económica y la probabilidad efectiva de que ese capital (CAPEX) se materialice.

Claudio Valencia Montero advierte sobre la necesidad de madurar la cartera de activos.
Etapas de desarrollo para la inversión minera 2036
El factor central de esta ecuación es que solo una fracción reducida de los proyectos argentinos se encuentra en etapas realmente invertibles. Los datos duros de la cartera revelan una pirámide invertida:
- En construcción: Apenas 7 proyectos activos.
- Factibilidad: 9 proyectos avanzados.
- Prefactibilidad: 6 proyectos en estudio.
- Evaluación Económica Preliminar (PEA): 8 proyectos iniciales.
La gran mayoría de las iniciativas locales se concentra en exploración y prospección, fases que aún no cuentan con estimación de cifras de inversión. En Chile, una mayor proporción del portafolio se sitúa en evaluación avanzada y ejecución efectiva.
Permisos y licencia social como filtros de ejecución
Más allá de las carpetas de proyectos, el desafío hacia 2036 no es la falta de capital. Desde la inteligencia competitiva, el reto real es la capacidad de avanzar «desde el PowerPoint hacia la ejecución«.
Existe el mito de que faltan inversores. En realidad, en la región andina el financiamiento rara vez es el primer filtro. El dinero existe y está dispuesto a entrar, pero lo hace de manera condicionada: si los riesgos no están acotados, el financiamiento se posterga o se encarece, transformándose más en un reflejo del riesgo que en su causa.

El diálogo con las comunidades es el filtro más crítico para la inversión minera 2036. Imagen ilustrativa de ACERO Y ROCA
En consecuencia, el filtro más crítico hoy es el sistema de permisos, especialmente cuando se combina con una licencia social inestable.
La incertidumbre regulatoria como barrera
Los procesos de aprobación se han vuelto largos e impredecibles, lo cual introduce un riesgo significativo en los cronogramas y en el costo final de los proyectos. A su vez, la licencia social ya no funciona como un trámite único; es un proceso continuo que puede reabrirse en distintas etapas, incluso después de obtenidos los permisos formales.
Esta incertidumbre genera retrasos y sobrecostos que erosionan la viabilidad económica antes de la decisión de inversión. Valencia advierte que muchos proyectos quedan en el camino no por razones técnicas, sino por la imposibilidad de convertir permisos y aceptación social en certidumbre. Aquellos que permanecen demasiado tiempo en esta zona gris pierden prioridad estratégica y terminan archivados.
Viabilidad de un clúster de proveedores en la región andina
Finalmente, el análisis aborda la oportunidad para la cadena de valor. Respecto a la consolidación de un «clúster andino» de proveedores entre Chile, Perú y Argentina, Valencia considera que es económicamente viable, pero no como un mercado único en el corto plazo.
Aunque existen incentivos naturales por la presencia de operadores comunes en los tres países, las asimetrías regulatorias, laborales y tributarias siguen siendo significativas. Por este motivo, es probable que los proveedores con mayor capacidad de internacionalización provengan inicialmente de Chile, dado su mayor grado de madurez minera y experiencia exportadora.
Lo razonable es esperar una integración selectiva y por especialidades. En este escenario, los proveedores chilenos podrían liderar la expansión, complementados progresivamente por actores peruanos y argentinos.
Los servicios con mayor potencial para cruzar fronteras son aquellos de alto valor agregado y portabilidad:
- Ingeniería y gestión de proyectos.
- Estudios económicos.
- Tecnologías digitales y puesta en marcha.

La fase de exploración en valles áridos es el motor inicial del potencial argentino. Imagen ilustrativa de ACERO Y ROCA
En definitiva, más que un bloque monolítico, hacia 2036 se consolidará un ecosistema regional articulado por nichos de conocimiento, que crecerá a medida que los proyectos avancen hacia la construcción.