La empresa invierte, sostiene empleo y tiene la infraestructura lista, pero una autorización nacional y los problemas políticos en Calingasta mantienen frenado el traslado. El impacto va más allá del oro: afecta regalías, confianza y expectativas de inversión.

 

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El proyecto Hualilán está listo para dar un paso clave hacia la producción, pero sigue detenido. Mientras tanto, la mina continúa trabajando de manera sostenida, mantiene empleo local y acumula costos que no siempre se ven. «Estamos haciendo voladuras y acopio. El ritmo no se ha reducido por el momento, pero una vez que tengamos el traslado, empezaremos de nuevo al cien por ciento”, relata Sonia Delgado, directora de Challenger Gold (operadora de la mina).

Hoy, Hualilán no está frenado por decisión de la empresa. Está en pausa, esperando una habilitación nacional que permita avanzar con el traslado de material y normalizar una operación que, puertas adentro, está preparada para arrancar al cien por ciento.

Un proyecto listo para producir, pero sin habilitación de Vialidad Nacional

La empresa todavía no inició el traslado de material desde Hualilán hacia Casposo. La razón no está en una decisión propia ni en una discusión técnica local. Delgado lo deja claro desde el inicio: “No hemos empezado el traslado puesto que no estamos habilitados. El Ministerio nos ha pedido un ensayo de carga del puente y ese trámite se realiza a nivel nacional, así que estamos esperando la autorización de Vialidad Nacional en Buenos Aires para realizarlo. Es un trámite que demora, y sirve para determinar cuántas toneladas pueden pasar”. La directiva remarca que se trata de un procedimiento formal que excede a la empresa y a la provincia.

La inversión del puente Bailey: una obra privada para destrabar el conflicto

Lejos de quedarse de brazos cruzados, Delgado detalla: “Hemos hecho una propuesta que fue evaluada: compramos un puente Bailey y estamos haciendo la ingeniería de detalle para instalarlo. Es una obra con el puente más un alcantarillado y la obra por un predio privado para salir a El Morado. Esa es la propuesta aprobada”, explica Delgado.

La obra aún no está ejecutada, pero el proyecto avanza en paralelo a los permisos. “Todavía no se ha instalado”, aclara cuando se le consulta por la ubicación concreta del puente, dejando en evidencia que el cuello de botella no está en la voluntad empresaria, sino en los tiempos administrativos.

Política y elecciones: la señal negativa que reciben los inversores extranjeros

Lo que varias fuentes consultadas no entienden es la postura del intendente Sebastián Carbajal, que parece estar en contra de la mina ya que el diálogo, a pesar de las diferencias, no es el mejor. Incluso, el propio diputado calingastino, el ex intendente Jorge Castañeda señaló a este medio que “parece que nadie quiere ver una foto de Orrego (gobernador de San Juan) con un doré en Calingasta”. Los comunicados del intendente llenan más de interrogantes a los actores del sector.

Si bien Delgado evita meterse en el cruce político, reconoce y lamenta que “lo que no están viendo es que estas acciones, más allá de lo que digan sobre la minería, muestran algo diferente hacia afuera, hacia los inversores extranjeros”.

La advertencia es directa y apunta al corazón del financiamiento minero: “Nosotros buscamos financiamiento afuera, no en Argentina. Todas las compañías que cotizan en bolsa están mirando esto: si un proyecto pequeño que producirá 85.000 onzas en tres años tiene un problema, imagínate los grandes proyectos”.

El recelo de las grandes mineras ante el conflicto de Hualilán

Sobre esto, el propio Castañeda había dicho que sabía que los inversores de grandes proyectos mineros instalados en el departamento veían esto con recelo y que estas empresas estarían ralentizando su trabajo a la espera de que el tema de Hualilán calme a sus inversores.

Inversión y empleo: el costo invisible de la demora en Calingasta

Más allá del puente, Delgado detalla el impacto local con precisión: “Hualilán ya está invirtiendo mucho en Calingasta. Toda la mano de obra que está trabajando en Casposo es del departamento, los equipos se alquilan allí y al propietario privado le alquilamos la finca entera”. Dentro de esa obra específica, “están trabajando entre 15 y 20 personas de Calingasta”.

La magnitud de la inversión no es solo estructural. “Más allá del puente, está la ingeniería, hidrología, estudios de suelo y las alcantarillas, que se fabrican a medida en Brasil o Córdoba a pedido. Es una cuestión mucho más profunda que solo comprar un puente”, subraya Sonia.

Mientras tanto, la empresa toma una decisión clave para evitar riesgos y conflictos: “Nosotros no vamos a pasar por la Villa ni por el puente Los Patos hasta que tengamos el ensayo de carga que nos habilite”.

Hualilán tenía previsto iniciar el traslado en diciembre. La demora tiene impacto económico, pero la empresa elige no poner cifras sobre la mesa. “No tiene sentido a esta altura. Por supuesto que complica bastante”, reconoce Delgado.

Inversión y empleo: el costo invisible de la demora en Calingasta

La demora también impacta en decisiones estratégicas. Sobre el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), Delgado es cauta: “Tenemos pensado entrar después de producir. Como todavía no tenemos fecha de la primera colada ni de cuándo vamos a arrancar, no podría decir si nos dará el plazo, a menos que se prorrogue”.

A nivel operativo, la empresa ya hizo su parte. “Vamos a tener nuestra propia planta y nuestro propio campamento definitivo”, señala Delgado. Hoy, “tenemos la planta de combustible, todas las torres para conectividad y la báscula lista y calibrada. Tenemos todo listo para arrancar”.

Para Delgado, el problema trasciende a Hualilán: “Es una lástima porque se termina afectando a la provincia. Las regalías se dividen entre provincia, ministerio y departamento, además de los fideicomisos. Es un perjuicio para la actividad que tratamos de promocionar”.

“Cuando buscás financiamiento exterior, lo primero que te preguntan es si tenes consenso social; si ven conflictos por cosas pequeñas, los grandes proyectos también quedan bajo la lupa”.

Ficha técnica: por qué el puente Bailey es la solución logística

1. ¿Cuál es el costo promedio de un puente Bailey?

El costo promedio de un puente Bailey varía según los requisitos específicos del proyecto, el tamaño, los materiales y la ubicación. Los precios pueden oscilar entre 10,000 y 100,000 dólares o más, según Bailey Bridge Solution. (La empresa no detalló el costo del puente que comprarán ya que están en la evaluación de costos).

2. ¿Cuánto tiempo lleva instalarlo?

También depende del tamaño y la complejidad del proyecto. Sin embargo, una de las ventajas clave de estos puentes, es su rápido montaje, que puede completarse en cuestión de días.

3. ¿Son adecuados para instalaciones permanentes?

Si bien los puentes Bailey están diseñados principalmente para uso temporal, pueden adaptarse para instalaciones permanentes en determinadas situaciones. Sin embargo, es esencial considerar las regulaciones locales y los estándares de ingeniería antes de proceder con una instalación permanente.

4. ¿Cuáles son los requisitos de mantenimiento?

Requieren inspecciones y mantenimiento periódicos para garantizar su integridad estructural. Esto incluye comprobar si hay óxido, desgaste y daños en los componentes. El mantenimiento de rutina puede ayudar a prolongar la vida útil del puente.

5. ¿Se pueden personalizar para proyectos específicos?

Sí, puede hacerse para satisfacer las necesidades específicas de un proyecto. Esto incluye modificaciones de tamaño, capacidad de carga y características de diseño para adaptarse a las condiciones y requisitos únicos del sitio.