La vida de un chofer en el transporte de personal minero de alta montaña
Por Yenhy Navas
Alfredo Marinero, oriundo de Rodeo y empleado de COMINSA, se desempeña como chofer de media distancia en el Proyecto Vicuña, una posición que le permite ser testigo del crecimiento industrial desde sus cimientos. Según explica el entrevistado: «Estar dentro de un proyecto que va a ser de una gran envergadura y que posiblemente puede llegar a ser mina es algo muy importante».
Alfredo Marinero, chofer de COMINSA, referente del transporte de personal minero.
En este contexto, el trabajo se organiza bajo un estricto régimen de 14 días de labor por 14 de descanso (14×14). Aunque reside en Rodeo, Marinero cumple este sistema regresando a su hogar cada noche, luego de trasladar al personal que se aloja en las cabañas de la zona.
Protocolos de seguridad y rutina técnica antes del ascenso
Por otro lado, la seguridad en la minería de alta montaña no admite improvisaciones. La jornada comienza a las 5 AM con la preparación personal y técnica. «Cinco y media tengo que estar haciendo arrancar el coche y revisarlo previamente, luego se realiza la inspección técnica rigurosa», detalla Marinero.
El manejo en suelo compactado exige una precisión milimétrica para garantizar la seguridad.
Inspección diaria para un transporte de personal minero seguro
- Control minucioso del estado de las cubiertas para evitar incidentes en terreno hostil.
- Revisión de niveles de aceite y agua para garantizar el rendimiento del motor en altura.
- Verificación de la limpieza general de la unidad para el confort de los trabajadores.
Además, a las 7 AM en Malimán, se cumple el paso administrativo más crítico: la firma del ATS (Análisis de Trabajo Seguro) junto al supervisor. En este documento se identifican los riesgos del camino y las alertas climáticas del día.
Manejo en cornisa: los retos geográficos hacia Vicuña
En cuanto a la ruta, el traslado hacia el Proyecto Vicuña es una tarea compleja, dado que el camino se encuentra en plena fase de apertura. El trayecto desde Rodeo hasta Chinguillos suma aproximadamente 130 kilómetros diarios entre ida y vuelta.
Marinero describe las condiciones del terreno con precisión: «A partir del kilómetro 20 tenemos todo piso compactado, consolidado, no tenemos asfalto. Al kilómetro 43 tenemos la pasada de río«. Por consiguiente, el manejo en zonas de cornisa exige una técnica diferenciada, ya que la prioridad es la estabilidad de los pasajeros frente a las irregularidades del suelo y la presencia de maquinaria pesada.
Vista del cruce de río en el kilómetro 43 de la ruta hacia el proyecto; uno de los principales desafíos logísticos durante la temporada de deshielo o lluvias.
Clima extremo y riesgos estacionales en la cordillera
Asimismo, el clima cordillerano impone sus propias reglas según la estación:
- En verano: El foco está en las «crecientes» de los ríos por lluvias en alta montaña, que pueden alcanzar los escalones del vehículo.
- En otoño: El viento Zonda se convierte en el principal riesgo para la estabilidad de las unidades de gran porte.
- En invierno: La prioridad es gestionar el congelamiento del camino y la nieve mediante el uso de cadenas.
Trayectoria y responsabilidad: 20 años en la industria minera
Finalmente, es importante destacar que la experiencia de Alfredo Marinero comenzó en el año 2002. Tras pasar por divisiones de combustible y proyectos como Veladero y Gualcamayo, hoy aplica todo su conocimiento en Vicuña. Durante 9 años, también se desempeñó como chofer de camionetas guía en la ruta Tudcum-Veladero.
Para él, la clave del oficio no es solo la técnica, sino la conciencia humana: «Tomar la responsabilidad sabiendo que atrás no traemos una caja… traemos gente. Detrás de esas personas hay una familia que los está esperando«. Este enfoque garantiza que, a pesar de los riesgos de la alta montaña, el objetivo primordial sea siempre el regreso seguro al hogar.