Expo Minera 2025 / Infraestructura Minera. Luis de Benito «San Juan debe planificar su minería»
La minería sanjuanina se prepara para un salto histórico, pero un experto con décadas de trayectoria advierte: el mayor desafío no es solo encontrar cobre, es tener agua para extraerlo. Desde la Expo Minera, Luis de Benito, referente internacional en infraestructura minera, aporta su visión sobre los desafíos que vienen y cómo evitar los errores que ya sacuden a Chile.
Por Lucas Laciar
La minería del cobre promete posicionar a San Juan entre los principales productores globales. Pero tras la efervescencia de los anuncios, un interrogante clave gana terreno: ¿Qué pasará con el agua?
En una extensa charla durante la Expo “La Minería y la Gente”, el ingeniero sanjuanino Luis de Benito comparte su perspectiva. Con más de 30 años de experiencia asesorando a gigantes mineros en América Latina y una especialización única en acueductos de alta montaña, de Benito no duda: “La historia de Chile es una advertencia para San Juan”.
Una vida entre tuberías: un sanjuanino que aprendió en las grandes ligas
Luis de Benito dirige LDB Pipeline, una consultora de ingeniería radicada en San Juan desde hace cinco años, tras una carrera profesional que lo llevó por proyectos en varios países. “Soy sanjuanino, pero trabajé casi toda mi vida profesional afuera. Cuando llegó la pandemia, decidí volver y armar esta consultora desde la provincia”, cuenta a ACERO Y ROCA.
Especializado en diseño y ejecución de ductos de transporte para agua, gas y petróleo, su mayor especialidad hoy son los acueductos mineros de agua desalada, una ingeniería que conecta las plantas en el océano con minas situadas a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar.
Chile como espejo: la gran transición hídrica que San Juan debería mirar
Desde su experiencia, de Benito explica que Chile vive hace más de 15 años una revolución en materia hídrica: “Las mineras chilenas fueron empujadas a transformar el uso del agua continental por agua desalada. Primero por la presión social, después por la crisis hídrica, y finalmente por cambios regulatorios muy fuertes”, sostiene.
De Benito señala que el fenómeno es global y responde a una cadena lógica: “La transición energética necesita electrificación. Y la electrificación necesita cobre. Para producir más cobre, se necesita más agua. Pero esa agua ya no puede salir de los acuíferos porque están en crisis. Chile aprendió a los golpes”, afirma.
El costo del agua minera: millones de dólares para seguir produciendo
De Benito no esquiva un punto central: el dinero. “Construir acueductos para minería es tan caro como construir una mina. Proyectos de 2.000 a 3.500 millones de dólares solo para llevar el agua”, advierte.
El ingeniero enfatiza que estas cifras se justifican por un contexto muy concreto: “Las mineras ya no consiguen permisos para agua continental. Hubo casos de permisos a perpetuidad que fueron anulados. Hoy obtener agua subterránea es casi imposible”, comenta sobre la realidad chilena.
¿Una conexión binacional? Agua que podría cruzar la Cordillera
Según el intendente de Iglesia, Luis Espejo, desde Vicuña enfatizaron que tras 7 años de empezado el proyecto usarán agua desalada que traerán del Pacífico.
El dato no pasa inadvertido: algunos de los grandes yacimientos sanjuaninos están próximos a minas chilenas que ya proyectan grandes ductos. Consultado sobre la factibilidad de un proyecto binacional, de Benito observa: “Si una empresa tiene intereses a ambos lados de la cordillera, la lógica económica podría justificar extender el acueducto hacia Argentina”.
El ingeniero matiza: “Esto no es sencillo. Ninguna mina chilena diseña pensando en vender agua. Ellos dimensionan su planta para lo que necesitan y quizás un poco más para crecer. Pero no sobredimensionan para exportar agua”, aclara.
Sin embargo, desde el punto de vista técnico, confirma: “Ya existen ductos que cruzan la cordillera. Hay cinco ductos energéticos entre Argentina y Chile, de gas y petróleo. Técnicamente, transportar agua sería posible”.
Agua para minería: uso industrial, no para consumo humano
Ante la consulta sobre la calidad del agua desalada, de Benito diferencia: “El agua que usan las mineras es para uso industrial. Pero existen plantas que también producen agua para consumo humano. En Chile hay 24 plantas desaladoras, 17 abastecen minería y el resto uso agrícola – humano”, detalla.
Subraya que la conversión es posible, pero costosa: “Para que el agua desalinizada sea potable necesita tratamiento químico adicional. Para minería no es necesario”.
San Juan ante el espejo de los acuíferos: evitar el colapso
De Benito deja una advertencia clara: “San Juan puede usar agua continental en los primeros años, como hizo Chile. Pero no debería llegar al límite de crisis que vivió Chile, porque los acuíferos no se recuperan fácilmente”, enfatiza.
Considera que la provincia está a tiempo para planificar: “Se puede prever una transición paulatina, pero sería irresponsable no aprender de lo que ya sucedió a un lado de la cordillera”, sostiene.
La gran esperanza sanjuanina: soñar con trenes de cobre
No todo es alerta. El ingeniero también transmite entusiasmo con el potencial productivo de la provincia: “San Juan tiene capacidad para soñar en grande. Ojalá algún día tengamos nuestros trenes de cobre”, dice mientras muestra una imagen impactante.
Se refiere al tren minero de Codelco, que todos los días transporta cientos de toneladas de cátodos desde Chuquicamata hacia el Pacífico. “Cada tren lleva 370 toneladas de cobre puro. Algunos días circulan dos trenes diarios. Es un espectáculo productivo y logístico”, grafica.
“Construir acueductos para minería es tan caro como construir una mina. Proyectos de 2.000 a 3.500 millones de dólares solo para llevar el agua”.
De Benito cree que San Juan puede aspirar a eso: “Las minas proyectadas acá tienen potencial similar. Con buena planificación, podríamos ver algo parecido en la próxima década”, se ilusiona.
Una mirada para el futuro: minería sí, pero con visión a largo plazo
Para cerrar, el experto deja un mensaje de optimismo con responsabilidad: “La minería de cobre puede transformar San Juan, pero no debe repetirse la historia chilena de crisis ambiental. Si se planifica desde ahora, combinando acuíferos, agua desalinizada y cuidado de los recursos, podemos lograr desarrollo sin hipotecar el futuro”, concluye.
La experiencia internacional ya está sobre la mesa. San Juan está a tiempo de elegir qué modelo seguir.