Destituyen a la presidenta del Concejo Deliberante tras negarse a firmar un comunicado contra el Gobierno. Hay quienes piensan que detrás del conflicto minero en Calingasta hay una estrategia política para impedir que el proyecto arranque antes de las elecciones.

Lo que parecía un conflicto técnico por el paso de camiones mineros en Calingasta terminó convirtiéndose en una batalla política que derivó en la destitución de la presidenta del Concejo Deliberante, Patricia Castillo, la paralización del transporte de mineral en el proyecto Hualilán y la sospecha creciente de que el freno responde a razones electorales.

Fuentes políticas locales aseguran que detrás del bloqueo a Hualilán habría un objetivo puntual: que el gobernador Marcelo Orrego no pueda exhibir, ni en persona ni en fotos públicas, el primer doré del proyecto antes de las elecciones de 2025.
La frase incluso fue planteada a ACERO Y ROCA por el diputado calingastino Jorge Castañeda, quien dijo a este medio y luego la reiteró en declaraciones radiales: “Parece que no quieren ver una foto de Orrego con el doré en Calingasta”.

Una reunión cordial que terminó en “traición política”

El jueves pasado, representantes del Ministerio de Minería, la empresa Hualilán, concejales de Calingasta y miembros de CASEMICA mantuvieron un encuentro para avanzar en la solución provisoria mientras se acondiciona el camino definitivo de El Puntudo. La reunión fue distendida. Los concejales se retiraron incluso tomando café junto a los representantes de la empresa.

«Fue una reunión muy linda. El ministerio explicó los pasos que se habían dado con la vía. La empresa explicó en qué situación se encontraba. Se permitió todo tipo de preguntas», relató a este medio el diputado Castañeda. Pero al día siguiente apareció un comunicado del Concejo Deliberante denunciando “destrato” y exigiendo “respeto” para las autoridades electas. Nadie pudo precisar cuál habría sido el destrato. Y allí comenzó a tensarse todo.

La entonces presidenta del Concejo, Patricia Castillo, se negó a firmar: «Yo no vi ese destrato. Yo no voy a firmar esto ni voy a votar esto porque yo no vi ese destrato», les dijo a sus pares.

Sin embargo, posteriormente fue presionada a refrendar formalmente la resolución “por deber institucional”, según ella misma explicó a este medio. Y esa negativa inicial detonó su salida.

La destitución: ¿Castigo por no seguir la línea política?

El lunes, en la sesión prevista para el cambio de autoridades, tres concejales se unieron y desplazaron a Castillo de la presidencia. Santos Zárate quedó como presidente; Juan Ramos como vicepresidente; y Nora Olivares, secretaria administrativa.

Según relataron fuentes políticas, el comunicado había sido redactado por un concejal alineado con el exintendente Roberto Garcés y aprobado por él. La decisión de Castillo de no acompañarlo fue interpretada como una “traición”.

Castillo confirmó que esa postura fue la razón directa de su caída: “Exactamente ha sido por eso. Ayer un concejal me lo dejó claro. Yo quería seguir como presidenta, pero armaron toda la jugada para sacarme. Fue una camita”.

La concejal reveló además que dos bloques habían acordado previamente un esquema para desplazarla: “Yo ya no confiaba ni en mi propia sombra. Armaron todo entre ellos y quedó claro que querían sacarme a como diera lugar”.

Castillo también señaló que su quiebre con el intendente Sebastián Carbajal viene de antes: “Sinceramente, fue porque no obedecí. A mí me trajo el pueblo. Yo solo le debo obediencia al pueblo, no a quien me puso en la lista”.

Agregó que sufrió denuncias, presiones políticas e incluso amenazas: “Tuve una amenaza de muerte a mis hijos. He pasado mucho en estos dos años. Me sacaron sin compasión de la presidencia, pero sentí alivio. Trabajar bajo tanta presión es imposible”.

El freno del intendente: un puente que nunca llegó

En la reunión del jueves se había acordado pedir un puente Bailey como solución provisoria para que los camiones evitaran el centro de Villa Calingasta. La nota debía ser firmada por el intendente Carbajal. Pero Carbajal no lo firmó (hasta el momento de cierre de esta edición).

Sonia Delgado (directora ejecutiva de Hualilán) tenía todo listo para viajar el sábado y recorrer el camino alternativo y lo hizo. Sin embargo, nada pudo avanzar. El intendente, según trascendió en medios calingastinos, afirmó que no iba a “traicionar” lo decidido en la primera reunión vecinal.

Castillo —que sí participó de la jornada técnica del sábado— confirmó que esa decisión generó aún más enojo interno:

“Me critican porque voy. Pero yo tengo que estar en todos lados para después explicarle a la gente. Si me invitan, voy. Y necesito que respeten también mi decisión”.

¿Hay una jugada electoral detrás del conflicto Hualilán?

¿Qué hay detrás de esta parálisis? Fuentes del para Castañeda: «Los que realmente tiran órdenes no están en el Consejo, están en otros lugares«. «Lo que están buscando es que Marcelo Orrego no pueda sacarse una foto con Hualilán, porque si no todo esto ya lo deberían haber arreglado«.

Si Hualilán arranca antes de las elecciones, Orrego podrá mostrar un nuevo proyecto metalífero funcionando. Esa foto, esa imagen con el doré, cambiaría el clima político provincial.

Castillo coincide en que el conflicto tiene un trasfondo que supera lo ambiental: “Es una mezcla de todo. Primero se enojan porque no los invitan. Después porque los invitan por WhatsApp. No van. Es algo personal. Y lo que menos les importa es la gente”.

El efecto dominó: otro gran proyecto de cobre en alerta

El freno a Hualilán no solo impacta en ese proyecto. Otro megaproyecto de cobre en la zona, «está muy preocupado» y ha puesto en standby contrataciones que estaba haciendo para la temporada crítica, revela la fuente.

¿La razón? «No está consiguiendo el dinero suficiente para comenzar la construcción del proyecto…los inversores internacionales en las bolsas de Australia, Nueva York y Europa están mirando con desconfianza: «Pará, ¿en qué problema estamos?», se deben preguntar al ver que un proyecto con todos los permisos aprobados no puede empezar por conflictos locales».

«Si vos ves que transitan bateas con 30 toneladas, transita tránsito pesado con maquinaria pesada, como una pala que pesa más de 30 toneladas. Si todos los días vemos camiones transitando con módulos para ir haciendo los distintos campamentos a lo largo de los caminos mineros, la actividad se está moviendo«, argumenta la fuente. «Lo que pasa es que no entra en la cabeza esto de que 30 camiones nos van a cambiar la vida a los calingastinos y eso lo aprovechan aquellos sectores antimineros para alargar su mensaje que está todos los días en la prensa local».

Carbajal, el intendente, entre dos fuegos

El intendente de Calingasta Sebastián Carbajal, quedó apresado entre distimtos polos: los proveedores mineros y trabajadores que esperan actividad, los sectores antimineros y los comerciantes, hoteleros y jubilados que también dependen indirectamente del desarrollo económico que trae la minería.

Esa oscilación permanente de Carbajal está generando desgaste político interno.

Una señal errática al mundo minero y financiero

Mientras la política interna paraliza Hualilán, San Juan envía una señal errática al mundo financiero en pleno contexto de competencia global por inversiones. El puente Bailey sigue sin pedirse. El camino de El Morado no se habilita formalmente. Casposo espera el mineral. Y Hualilán está detenido.

Castillo, ya fuera de la presidencia, deja un mensaje final: “Yo voy a seguir trabajando para la gente de Calingasta. Es mi único objetivo. Y por eso estoy haciendo lo que estoy haciendo”.

El próximo capítulo del conflicto en Calingasta

La pregunta es si finalmente primará el desarrollo productivo o el cálculo político.
Por ahora, Calingasta sigue esperando. Y Hualilán también.