La Iglesia católica alza la voz: Se debe poner un freno a la minería depredadora
Por Sergio Álvarez
El 29 de noviembre de 2025, el Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) lanzó un contundente comunicado en el que alertó sobre los graves efectos de la minería metálica en la región. En su misiva, firmada por altos representantes de la Iglesia, entre ellos José Luis Escobar Alas, arzobispo de San Salvador, se expresa la profunda preocupación por “el avance del extractivismo depredador, especialmente de la minería”, y cómo dicho avance está perjudicando a comunidades enteras.
Obispos
“Nos duele el clamor de las comunidades y de las demás criaturas heridas por el avance del extractivismo… la minería que devasta, contamina, secuestra el agua, restringe el acceso a los bienes comunes, se apropia de los territorios, sacrifica los modos de vida de las comunidades…”, lamentó Escobar Alas en nombre del SEDAC (Secretariado Episcopal de América Central).
Para la Iglesia, no se trata sólo de minerales: se trata de agua, vida, dignidad, territorios, identidad. Y también de la voz de quienes defienden estos valores.
Denuncian criminalización de defensores y defensoras
El comunicado advierte que junto al impulso minero, se ha desatado una ola de persecución hacia aquellos que defienden la tierra. Según SEDAC, muchos líderes socioambientales han sido criminalizados, calumniados, forzados al exilio, o incluso asesinados, por oponerse a los proyectos mineros. Ese miedo, esa represalia, clama también por justicia. Para la Iglesia, la protesta no es sólo espiritual: es de comunidad, de conciencia, de humanidad.
Un contexto de leyes y decisiones controvertidas
José Luis Escobar Alas, arzobispo de San Salvador, es un referente de la cruzada contra la minería depredadora en Centroamerica
Este llamado llega tras un giro normativo dramático en la región. En diciembre de 2024, la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó , con 57 votos a favor, la Ley General de Minería Metálica, que revocó la prohibición vigente desde 2017.
Para muchos salvadoreños, el agua siempre fue más valiosa que el oro. La Iglesia y buena parte de la población lo entendieron así en 2017, cuando se aprobó la prohibición. Hoy, con la ley derogada y la minería de nuevo en la mesa, sus temores resurgen con fuerza. En ese sentido, el SEDAC no es una voz aislada: ya en marzo de 2025, la Iglesia salvadoreña presentó ante el Parlamento unas 150.000 firmas exigiendo la derogación de la nueva norma.
Más allá de una postura religiosa: un llamado al sentido común
Para muchos, la defensa del medioambiente, del agua, de las comunidades, no es una cuestión de fe: es una cuestión de supervivencia. En un país con escasez hídrica, alta densidad poblacional y ya expuesto a efectos del cambio climático, retomar la minería, aunque digan “responsable”, suena como un riesgo demasiado grande.
mineria y medio ambiente
El pronunciamiento del SEDAC retoma esa advertencia: no sólo se trata de defender “la Casa Común”, sino de proteger los derechos de quienes viven de ella, de quienes dependen del agua, de quienes desean seguir habitando sus tierras.