Crisis hídrica en San Juan y el valor del reúso del agua

Por Yenhy Navas
Actualmente, San Juan atraviesa la segunda crisis hídrica de su historia reciente, más profunda que la registrada a fines de los años ’60 y comienzos de los ’70. Además, según Augusto Wetten, hidrogeólogo y fundador de la Consultora Ansilta.
El registro oficial de más de 112 años de lecturas del caudal del Río San Juan muestra el comportamiento natural de su escurrimiento con una pendiente general negativa, lo que implica que el sistema tiende a sequías cada vez más profundas y a períodos de bonanza hídrica más acotados.
Ciclos naturales del río San Juan y la gestión de la sequía

Dique, río seco y campos productivos, ilustrando la crisis hídrica y la dependencia de la gestión del agua en San Juan. Imagen creada por ACERO Y ROCA
De hecho, Wetten explica que sin más recursos que el río principal, “nuestra capacidad productiva agrícola caería al 35%”. Sin embargo, la provincia cuenta también con embalses superficiales (diques) y subterráneos (acuíferos), que funcionan como “cajas de ahorro” y han permitido sostener el 100% del agro junto con todos los demás usos, incluida la minería.
El comportamiento cíclico del río obliga a la provincia a planificar cuidadosamente cada recurso hídrico disponible. Según Wetten, “la pendiente negativa indica que naturalmente el sistema tiende a sequías cada vez más profundas y bonanzas hídricas más acotadas”. Esta información histórica es clave para la gestión minera y agrícola en la región.

Augusto Wetten, hidrogeólogo y fundador de la Consultora Ansilta, analiza el ciclo negativo del río San Juan.
Impacto en la producción agrícola y minera: Planificación urgente
La escasez hídrica afecta directamente la capacidad productiva. “Hoy, sin más recursos que nuestro río principal, nuestra capacidad productiva agrícola caería al 35%”, destaca Wetten, resaltando la importancia de complementar el recurso superficial con embalses y acuíferos subterráneos.
Por ello, para Wetten, la gestión integral del agua es fundamental: “Se ha logrado con gestión, sin dudas, y si bien hoy podemos ‘contar la historia’, nos ha costado mucho a la provincia de diversas formas”. La planificación requiere equilibrar oferta y demanda de agua mediante modificaciones técnicas y administrativas, un proceso que debe ser debatido antes de su implementación. “Quien marca el ritmo de avance no somos nosotros, sino la naturaleza, que a través de los registros históricos nos muestra el difícil camino por transitar”.
De hecho, la minería, la agricultura y otros sectores dependen de esta planificación para operar dentro de los límites del recurso hídrico disponible.
Embalses y acuíferos: El respaldo hídrico para minería y riego
Por otro lado, respecto al agua superficial, Wetten destaca avances en infraestructura hidráulica y ajustes en la erogación para garantizar la dotación a todos los destinos: “Se ha materializado el interés de los tomadores de decisiones en mejoras muy importantes de infraestructura hidráulica”. Los diques y canales permiten sostener la producción y el consumo de agua en períodos de escasez. Estas obras buscan asegurar que todos los sectores, incluida la minería, cuenten con agua suficiente para sus procesos productivos.
Reservas subterráneas y reposición gradual de acuíferos
En cuanto a los acuíferos, Wetten explica que han sido fundamentales como caja de ahorro, permitiendo suplir déficits del sistema superficial: “Resta agradecerle devolviendo tantos favores con una reposición gradual de sus reservas subterráneas, para que lentamente recupere su salud (nivel + calidad)”.
Además, resalta la importancia de un plan de monitoreo mediante perforaciones para registrar el comportamiento del agua subterránea: “Estamos deseosos de que ello se materialice en obras así como ya sucedió con la cara externa o visible del sistema”. Según Wetten, ambos sistemas “pertenecen a la misma moneda, uno recarga al otro, conformando por tanto un único bien a gestionar”.
Minería y eficiencia hídrica en San Juan: Circuito cerrado
De manera específica, Wetten detalla el consumo de agua en minería: “El procesamiento mineral naturalmente insume un volumen progresivo de agua que al corto-mediano plazo se estabiliza reponiendo lo perdido por evaporación, porque en este proceso el agua requerida viaja dentro de un circuito cerrado”.

Monitoreo de agua subterránea: los acuíferos son la «caja de ahorro» que sostiene la producción en San Juan. Imagen creada por ACERO Y ROCA
Circuitos cerrados en procesamiento mineral: Eficiencia y flujo de caja
El sistema de recirculación minimiza pérdidas y asegura eficiencia hídrica. Además, el impacto económico está directamente ligado a la eficiencia: “El agua que se pierde, es también metal que se pierde, afectando directamente en el flujo de caja del proyecto y siendo contraproducente su descuido, por eso siempre es vital que el monitoreo sea de
ambas partes, minera y autoridades provinciales”. Esto permite que la minería opere con eficiencia sin comprometer la sostenibilidad del recurso hídrico provincial.
Urgencia en la organización del agua y la gestión integral
En este sentido, Wetten insiste: “Requerimos orden y organización urgente”. Ordenar el sistema hídrico implica equilibrar recursos superficiales y subterráneos, asegurar reposición de acuíferos y garantizar la sostenibilidad de todos los sectores productivos, incluyendo la minería. La provincia debe avanzar en una gestión que combine infraestructura, monitoreo y planificación, permitiendo que cada litro de agua sea utilizado de forma eficiente y responsable.
La minería como solución hídrica: Lecciones de España y la UE
En América Latina, donde las zonas áridas y semiáridas concentran gran parte de la actividad minera, la escasez de agua se ha convertido en un desafío estructural. Los proyectos mineros, tradicionalmente asociados con un alto consumo hídrico, enfrentan hoy la necesidad de reconceptualizar sus procesos: no solo como extractores de recursos, sino como potenciales contribuyentes a la economía circular del agua y la gestión hídrica en minería.

Vista aérea de un proyecto minero en zona árida con depósitos de agua reutilizada. Imagen creada por ACERO Y ROCA
José Héctor Cortés Hernández, abogado y maestro en Ingeniería Ambiental. Él sostiene que la clave está en reconsiderar el agua residual como materia prima. “La minería en regiones áridas debe ser reconceptualizada como parte de la solución, incorporando el reúso hídrico en procesos internos de las plantas, como refrigeración, limpieza o reincorporación a otros procesos industriales”, señala.
Experiencia española en reúso: Un sistema obligatorio para la Minería
La experiencia española demuestra que la obligatoriedad y la clasificación por calidad son la clave para lograr eficiencia y seguridad en el uso del agua. Cortés Hernández comenta: “La lección de España es que no deja el reúso a la voluntad o incentivo: establece un sistema obligatorio que obliga a considerar el agua residual como recurso reutilizable”. Esta experiencia es transferible a países mineros latinoamericanos con tradiciones jurídico-administrativas similares, pero donde la implementación suele ser voluntaria o fragmentaria.
Principios de la Minería-Economía circular para Latinoamérica
La reclasificación de calidades permite adaptar cada clase de agua recuperada a procesos específicos, garantizando seguridad y eficiencia. Cortés Hernández explica que las aguas residuales mineras deben definirse según el proceso industrial al que se destinarán, mediante planes de gestión de riesgos que consideren los contaminantes mineros y protejan la salud de trabajadores y comunidades.
Además, el establecimiento de tarifas progresivas por extracción de agua dulce puede transformar la inversión en infraestructura de reúso en una ventaja competitiva. “Si no se penaliza la captación de agua dulce, la inversión en infraestructura de reúso será percibida como un costo, no como una ventaja competitiva”, agrega Cortés Hernández.

José Héctor Cortés Hernández, experto que propone adoptar la Minería Economía Circular Agua en Latinoamérica.
Barreras y desafíos de la economía circular del agua
Tensión con comunidades y recursos hídricos
En este punto la aceptación social y la confianza pública son fundamentales, especialmente en zonas donde el agua residual podría generar rechazo por temor a riesgos sanitarios. La tensión más evidente surge por el consumo de agua dulce destinada a comunidades locales, que exige regulaciones estrictas y planes de gestión claros.
Falta de normativa armonizada
No obstante, la ausencia de normas nacionales armonizadas limita el despliegue seguro de la economía circular. Algunos países latinoamericanos aún no perciben con claridad la escasez permanente de agua, y la minería podría considerar la inversión en reúso como un gasto innecesario si no existen incentivos legales o económicos claros.
Integración legal obligatoria
La circularidad real solo se logra mediante imposición jurídica, no voluntaria. Esto implica que los marcos regulatorios nacionales deben obligar al reúso, establecer estándares de calidad, exigir monitoreo y asegurar cumplimiento.

Esquema de sistemas de reúso hídrico en minería, un pilar de la Minería Economía Circular Agua. Imagen creada por ACERO Y ROCA
Beneficios económicos y de sostenibilidad en la minería
En Europa, algunos países utilizan aguas recuperadas para recarga de acuíferos, riego y refrigeración industrial, demostrando que la inversión inicial en infraestructura puede generar beneficios económicos y ambientales.
La adopción de la economía circular del agua permite que la minería no solo reduzca su huella hídrica, sino que contribuya al manejo sostenible de los recursos. Cortés Hernández concluye: “Por ello, la integración legal de estos conceptos puede convertir el reúso de agua en un habilitante para proyectos mineros, no solo en una buena práctica”.
Hacia un modelo latinoamericano de economía circular del agua
La experiencia europea demuestra que la economía circular del agua requiere obligatoriedad, monitoreo y diferenciación de calidad. Para la minería latinoamericana, esto se traduce en:
- Obligaciones legales claras sobre reúso de agua residual.
- Clasificación por calidad y uso industrial, con planes de gestión de riesgo.
- Esquemas económicos que hagan atractiva la inversión en infraestructura de reúso.
En consecuencia, si América Latina adopta estos principios, la minería podría transformarse de gran consumidora de agua a protagonista de la economía circular del agua, combinando rentabilidad, sostenibilidad y responsabilidad social en contextos de creciente escasez hídrica.