Navidad en la cordillera: El desafío de crear un hogar en los campamentos mineros
Por Yheny Navas
La gestión de servicios en sitios remotos enfrenta su prueba de fuego durante el cierre del año. En la industria minera, la operación jamás se detiene, lo que exige una planificación quirúrgica a las empresas de catering y servicios generales. Selva Aciar, propietaria y gerente general de Misae, revela cómo transforman la logística en campamentos de exploración para crear una «familia circunstancial» durante las celebraciones de Navidad y Año Nuevo.
Mesas preparadas con detalles especiales: la calidez es la prioridad en los proyectos de exploración.
Logística de montaña: Cómo se abastece un banquete a 4.000 metros
Organizar las festividades en la cordillera requiere una previsión que supera ampliamente la rutina diaria. Por este motivo, la preparación inicia mucho antes del evento en sí. El equipo comienza con el área nutricional para diagramar los menús especiales, mientras que la logística se activa con una antelación de entre 7 y 15 días, dependiendo de la distancia y la accesibilidad del proyecto.
El control de insumos críticos
Esta anticipación permite garantizar la calidad, disponibilidad y control de cada insumo en zonas aisladas donde no hay margen de error. Aciar destaca que la coordinación entre los departamentos de compras, logística, cocina y supervisión resulta clave para evitar improvisaciones. En consecuencia, los días previos se viven con un movimiento interno muy particular: desde la planificación del menú especial hasta el orden del depósito, nada queda librado al azar para asegurar el éxito del servicio.
Selva Aciar, Gerente de Misae: «En las Fiestas, no solo nutrimos cuerpos, sino que nutrimos vínculos».
Calidez en la altura: La diferencia entre la gran operación y el campamento de exploración
A diferencia de los grandes proyectos mineros en operación que cuentan con infraestructuras masivas, los campamentos de exploración presentan un escenario más íntimo pero con recursos limitados. Sin embargo, esta falta de grandes producciones o shows en vivo impulsa la creatividad del equipo para romper la rutina.
Ambientación creativa: Transformar un comedor en un salón de fiestas
El personal trabaja minuciosamente los detalles para generar un clima festivo. Decoran el salón y las mesas adaptándose al espacio disponible, siempre cuidando que la ambientación sea segura y funcional. De esta manera, logran el objetivo central en estos campamentos más pequeños: «acercar lo más posible al estar en casa«, aunque el entorno sea hostil y remoto.
Pasar la Navidad en campamento minero requiere una logística impecable para que nadie se sienta lejos de casa.
El menú de Nochebuena: Sabores que conectan al minero con su hogar
En el servicio de alimentación para la minería, la comida durante las fiestas cumple una función que trasciende lo nutricional. La empresa busca que los trabajadores sientan la mesa familiar mediante platos típicos, combinaciones conocidas y aromas que evoquen recuerdos. Así, los cocineros contemplan los gustos, costumbres y particularidades de cada equipo, adaptándose a las condiciones reales del campamento.
Aciar describe la presentación de los platos como un «rompimiento» de la estética diaria del servicio. Se trata de un menú pensado desde la memoria emotiva. «No solo nutrimos cuerpos, sino que nutrimos momentos, vínculos y memorias que acompañan a quienes viven la montaña como su segunda casa«, afirma la ejecutiva.
Guardianes de la montaña: El personal de servicio que sostiene la Navidad
Un pilar fundamental en la prestación del servicio es la preparación del personal que sube a trabajar durante las fiestas. Mientras muchas operadoras permiten que parte de su personal baje para estar con sus familias, los equipos de cocina, limpieza y apoyo de Misae quedan como «guardianes del campamento», sosteniendo la operación y asegurando el funcionamiento del sitio.
Contención emocional
Para gestionar el impacto emocional de la distancia, la empresa realiza charlas motivacionales antes de cada turno especial. Además, fomentan que los rituales internos nazcan de manera natural, como brindis sencillos en la cocina o palabras de aliento entre compañeros. El propósito es claro: quien sirve debe estar bien anímicamente para poder acompañar y contener al trabajador minero.
El brindis a la medianoche: Cuando las jerarquías se borran en la inmensidad
El momento del brindis en los proyectos remotos genera una atmósfera única. Selva relata que, a la medianoche, el silencio del campamento y la inmensidad de la montaña se combinan con una energía humana muy intensa. En ese instante, ocurre un fenómeno social particular: las jerarquías se diluyen y las diferencias se suavizan.
Las etiquetas laborales desaparecen y los compañeros de turno pasan a ocupar roles afectivos de «hermano», «tío» o «amigo de la infancia«. Se genera una fraternidad difícil de replicar en el contexto urbano. «Incluso el más reservado, el que siempre se mantiene al margen, esa noche se integra», asegura Aciar. Finalmente, se consolida un vínculo de acompañamiento genuino entre el equipo de servicio y los trabajadores, donde el brindis tiene un valor enorme de contención.
El compañerismo es el motor que sostiene la operación mientras el resto del país celebra en las ciudades.
Visión 2026: Resiliencia y esperanza para el sector de servicios mineros
Aunque el cierre del año actual se presenta en un contexto recesivo y con menor actividad comparado con temporadas anteriores, la estrategia de la empresa apuesta por la esperanza. A pesar de los ajustes de recursos, Aciar enfatiza que no se negocia la emoción, la dedicación ni el sentido de propósito. La visión para el 2026 busca proyectar un crecimiento sostenido y mayor estabilidad, convirtiendo estas fiestas en un símbolo de resiliencia y visión positiva para el futuro del sector.